El pianista y compositor murciano Abdón Alcaraz es ante todo un virtuoso del piano que ha sabido combinar lo más puro del flamenco con los sonidos del jazz. Escrupuloso en la técnica, innovador en la composición y perfecto en la ejecución, Abdón se ha convertido en uno de los timoneles del flamenco/jazz ( 'Reikiavik' era una mirada a lo ortodoxo con ecos guitarrísticos en la ejecución del piano, que pintaba colores).

Hace tiempo que Abdón empezó a hacer cosas que llegarán muy lejos, como este estreno absoluto -jamás se escribió un concierto flamenco para piano y orquesta hasta hoy- que protagoniza con su 'Con-Cierto flamenco para piano y orquesta', acompañado de la Orquesta Sinfónica de Cartagena -dirigida por Paco Suárez, de la European Romaní Symphonic Orchestra- y el guitarrista Salvador Martínez como invitado, en la XXVI Cumbre Flamenca de Murcia. Si bien es cierto que antes se realizaron obras pianísticas y orquestales basadas en patrones rítmicos y melódico-armónicos del flamenco, este género nunca se elevó a la categoría compositiva de concierto para piano, entre otras cosas porque ha estado ligado a la guitarra desde sus orígenes.

'Con-Cierto flamenco para piano y orquesta' es una obra programática que transmite la grandeza del flamenco a través de la unión del piano con la orquesta clásica, y lo eleva a nuevas dimensiones a través de la inclusión del cante, el baile y el compás flamenco. Al escenario también se subirán la tuna de la Facultad de Medicina, la Coral Myrtea y el tenor J. Javier López como voces corales, Verónica Sobrinos (cante y palmas), Gautama del Campo, José Luis Navarro y Loles Souanz (baile y palmas), Carlos Tin (saxofón), Miguel Ángel Orengo (percusión) y Juan Rojo (bajo eléctrico).

El concierto se desarrolla a partir de tres movimientos ejecutados a dos (característica romántica). Estamos ante un gran músico, con una expresión intimista y acaparadora, explosivo y rítmico, que fascina a puristas y curiosos y cuya música no va destinada exclusivamente al público del flamenco. Es momento de abrir los ojos y los oídos.

¿Es este su mayor desafío? ¿Qué se proponía con la composición de este Concierto flamenco para piano y orquesta?

Desde luego, es el trabajo en el que más me he exigido, ya que no solo he compuesto y escrito la música, sino que además he tenido que estudiar orquestación e instrumentación a la par que desarrollaba la obra. Desde luego fue todo un reto que afronté solo por el mero hecho de escribirlo. En mi mente no pasaba ni de lejos la posibilidad de estrenarlo; tan solo me motivaba la necesidad impetuosa de dejar algo escrito, de escribir mi piano y de esa manera aportar a la música lo que soy.

Beethoven, y la mayoría de los compositores, tenía a su disposición una orquesta para probar sus composiciones. ¿Aquí no tenemos esa posibilidad?

No que yo sepa; sí en otros países. No sería mala idea poder disponer de un día a la semana con una orquesta para poder probar los pasajes escritos y hacer correcciones. Esto no solo ayudaría al proceso compositivo, sino que además favorecería la experimentación. Hoy en día los compositores tenemos programas de edición de partituras magníficos con sonidos reales, pero eso solo es una referencia, no puedes fiarte del resultado. El ordenador no tiene humanidad, nunca se equivoca.

¿En qué consiste el Concierto Flamenco para piano y orquesta

Es una obra escrita en tres movimientos basada en dos melodías que eclosionan en el final. Obviamente el piano, en toda la obra, juega un papel absolutamente protagonista alcanzando en algunos momentos altos niveles técnicos. Hay mucho contrapunto, polirritmia y desarrollo de melodías con acompañamiento, siempre buscando la 'flamencura'. Abandolao, alegrías, taranta y bulerías son los palos que encontramos en su desarrollo. No solo se trata de trasladar el toque de la guitarra al piano; yo profundizo en escribir el piano de manera que suene flamenco, lo toque quien lo toque, por eso la digitación del mismo es vital. Quizá eso haya sido lo más complejo de hacer, sin duda. Hay que conocer muy bien el flamenco para ahondar en esta aventura compositiva, por eso creo que quizá nunca antes se compuso un concierto flamenco para piano y orquesta, si bien es cierto existen obras para piano donde el flamenco está más que vivo, pero no se llegó a elevar a este nivel, aunque yo no tengo el conocimiento absoluto, así que tampoco puedo asegurarlo al 100%; tampoco es lo más importante del asunto. Dedicarle dos años de tu vida a escribir una obra de esta envergadura solo se puede hacer si uno no tiene pretensión alguna más que la necesidad de dejar algo para la posteridad. Se trata de aportar, nada más.

¿Cuál era la intención de componer este Concierto?

La intención era y es dejar patente que la música es una. Esta obra camina en la delgada línea que separa el mundo de lo 'culto' del mundo de lo 'popular'; hay para todos. Algún crítico dirá que no es flamenco, y otros dirán que no es clásico; algo parecido me ocurrió cuando publiqué Reikiavik: unos decían que tenía mucho de jazz y no era flamenco, y otros que tenía mucho flamenco y no era jazz. Será que me gusta la controversia. Lo importante es que le guste a la gente en general, y sobre todo que sirva de invitación a descubrir que ni todo es lo que es ni nada lo que parece.

¿De dónde ha salido la inspiración para este concierto?

De muchas horas de trabajo y de mucho reflexionar. El momento inspirativo viene y se va, está vivo. Nada de lo que he escrito está por estar. Si la inspiración se iba de vacaciones, yo me iba con ella. Digamos que todo lo que escribo es sincero, no me puse un tiempo para acabar ni estaba sujeto a encargo alguno, por tanto todo fluyó como fluía mi propia vida, eso fue lo más bonito de todo.

¿En cuántos movimientos se desarrolla este Concierto Flamenco?

Son tres movimientos ejecutados a dos (característica romántica): Expedio, Laetitia y Libera me. Los nombré en latín porque esta obra tiene un mensaje: "Liberar a la música de la propia música y liberarme a la par con ello del olvido y el silencio". 'Expedio' significa dar libertad, 'Laetitia' dar alegrías, y 'Libera me' pedir ser liberado; librarse de la muerte eterna y trasgredir siempre desde el respeto al conocimiento puro. Todo compositor escribe porque necesita decir algo, porque necesita trasladar lo que siente, conoce y experimenta, sin importarle nada más.

¿Qué lo diferencia del concepto clásico de concierto para piano?

Siendo sincero, no se diferencia en mucho como tal. Hay cadencias pianísticas, existe una coherencia entre todos los movimientos, y un desarrollo armónico y melódico general. Es más, en algún que otro momento dejo intuir un aire musical que te traslada a Beethoven, Chopin, Claude Debussy, Rachmaninov, Falla o incluso al gran Miles Davis. Pero si bien es cierto, a diferencia del concepto clásico de concierto, en algunos pasajes el piano pasa de solista a convertirse en mero instrumento acompañante. Por norma general en el clásico esos compases suelen ser de silencio para el solista, pero no olvidemos que estamos haciendo flamenco; el piano da el toque y eleva a la orquesta a parajes insospechados donde el flamenco y lo clásico se fusionan, como dos ríos en uno, desembocando en el océano de la música en donde esperan el baile, las palmas y el cante para embellecerlo todo; son el viento que empuja el barco para que la música navegue por ancho mar.

¿Cuánta parte de flamenco tiene la receta de esta composición?

Yo diría que un 80%. No obstante, en todo momento el objetivo es sorprender, por tanto hay ingredientes que, aunque en algún momento no suenen a flamenco, acaban teniendo ese sabor.

¿La receta de la carrera de Abdón quizás sea la libertad de crear?

Creo que eso lo tiene todo el mundo, aunque unos estamos mas chalaos que otros. Mi receta es estudio, trabajo y mucho corazón.

¿Cualquier instrumento, en su caso el piano, puede servir para hacer el flamenco, o lo que importa es el alma del que lo interpreta?

Lo que importa es que si tocas flamenco, suene a flamenco, y si no suena, que al menos sea porque quieres, porque sabes, y no por ignorancia o falta de talento. Eso es imperdonable.

Transcribir el toque flamenco y aplicarlo a la técnica de ejecución pianística, ¿qué requiere?

Equivocarse mucho. Todavía está por escribir un libro sobre la técnica de ejecución en el flamenco. Si bien existen algunos tratados, yo sigo investigando en ello y aprendiendo de los errores. La práctica y la escucha es vital para el desarrollo de la técnica pianística, ya sea del flamenco, ya sea de lo que sea. Pero me voy a mojar y reiterarme en algo que creo ya te dije alguna vez: si no tocas Bach lo tienes muy crudo con el flamenco.

Es un trabajo muy complicado en el que ha empleado mucho esfuerzo y que ha compartido con Paco Suárez para su adaptación sinfónica, para su orquestación. ¿Qué consejos ha seguido?

La verdad es que obviamente sería un necio si no hubiera pedido consejo a maestros como Paco Suárez, el cual, como director de la obra en este estreno, tenía mucho que decir. Pero no solo he contado con ayuda y consejo de Paco; también he compartido la obra con otros compositores, como Domingo J. Sánchez, Salvador Martínez, Ginés Abellán y Francisco Rico. Por decirte, le envié la obra al mismísimo Roque Baños: "enhorabuena", me dijo. Todos han dado consejos. Algunos los seguí y otros no, pero siempre he mantenido la constante de escribir yo la música, de que la autoría fuese mía. Para mí ese es el éxito de este trabajo. No quita que haga revisiones; seguro las haré, hasta el mismo Peter Tchaikowsky las hizo de alguno de sus conciertos para piano. Y por supuesto que seguiré pidiendo consejo a los que saben más que yo, cómo no. Uno nunca deja de aprender.

¿Hay más prejuicios en el flamenco que en otras músicas? ¿Se ha hecho impermeable a las críticas de los puristas?

Como dice el refrán: en toda casa cuecen habas. Siempre me preocupa lo que los críticos puedan decir, sea bueno o malo; lo importante es que hablen de uno. Pero cuando uno trabaja duro y es sincero con lo que hace, no hay crítica que pueda destruir tu trabajo. Los críticos pasan como pasa la vida, pero mi música perdurará. Y esto es lo verdaderamente importante del asunto.

¿El flamenco está vivo?

¿Alguna vez murió? El flamenco está por explotar, y hoy en día está mas vivo que nunca. Aunque sí he de decir que no todo vale; al menos para mí.

Háblenos de la formación orquestal que va a participar en este estreno inédito en la música.

Inmensa. En algún momento del concierto habrá más de 100 músicos en escena. Concretando, para este día 22 de febrero en el Teatro Romea cuento con la batuta del maestro Paco Suárez, que dirigirá a la Orquesta Sinfónica de Cartagena, la cual se completa con la colaboración especial de Pablo Orenes en el contrabajo y Alex Ballesta en la lira y percusión menor. Además habrá un gran coro compuesto por la coral Myrtea y una sección de voces de la Tuna de Medicina de Murcia, que tendrán como solistas al tenor murciano José Javier López Sabater y a la soprano Laura Russin (directora de la coral Myrtea).

Completa el elenco el cuadro flamenco formado por la siempre magnífica voz de la cantaora cartagenera Verónica Sobrinos, el gran Miguel Ángel Orengo en la percusión flamenca, Antonio Peñalver al bajo eléctrico, José Luis Navarro y Loles Souanz en el baile y palmas, y por último dos personas muy especiales para mí: Carlos Tin al saxo alto y tenor, y el premiado Filón de las Minas de la Unión en 2015, el genial saxofonista Gautama del Campo. Un inmenso elenco de músicos que además cuenta con la colaboración estelar, y como artista invitado, del maestro Salvador Martínez 'Salvi' en la guitarra eléctrica y española. Es lo que hay.

Se dice que los grandes pianistas comentan que estudian poco, pero al final se pasan el día practicando.

La verdad es que la práctica y el estudio van ligadas de la mano, aunque una cosa es tocar el piano y otra muy distinta estudiarse una obra. En el proceso de estudio hay infinidad de elementos a tener en cuenta; es un proceso lento y costoso que requiere de mucha concentración y sobre todo control. No me creo que un gran pianista estudie poco, aunque una vez aprendida la pieza, el estudio se convierte en mero gozo del pianista; ya no se estudia, se toca.

Cíteme algunos pianistas que admire. ¿Qué subrayaría de cada uno de ellos?

Sinceramente, no tengo ningún favorito. Sería fácil caer en el tópico y hablarte de figuras como Lang Lang, Vladimir Horowitz, Claudio Arrau, Daniel Barenboim, Krystian Zimerman, Tete Montoliu, Chick Corea, Oscar Peterson, Bill Evans, Thelonious Monck, Herbie Hancok, Jon Lord, Michel Camilo, Chucho Valdés€., pero prefiero hablarte de los que he conocido en persona: Domingo J. Sánchez, Chano Domínguez, Adolfo Delgado, Pepe Torres, Diego Amador, Pepe Rivero, Moisés P. Sánchez, Carlos Sáez e incluso de algunos otros que están empezando, como Esteban Romero. Cada uno diferente y cada uno con una virtud que, en la mayoría de los casos, suele ser única e inimitable, pero prevalece que todos ellos han sido constantes en el estudio y sobre todo han creído y siguen creyendo en su trabajo, y lo han defendido hasta la saciedad; es más, lo siguen y seguirán haciendo pase lo que pase hasta el final. Pero si de todos me he de quedar con un pianista, me quedo con Paco de Lucía que, aunque no lo tocase con las manos, sí que tenía un piano en la cabeza. Esto para mí es irrefutable.

¿Se considera un concertista a la antigua, en el sentido de la amplitud de repertorio, de su visión humanista del teclado, y de su escuela, tan vinculada a la tradición?

Para nada. Yo soy un pianista que se adapta y se renueva constantemente desde el respeto a las bases del conocimiento. Me gusta el cocido con pelotas que hace mi madre, pero también me gusta la cocina experimental, me encanta comer en restaurantes como el Hispano en Murcia donde a veces el chef Nacho Abellán tiene un bonito detalle y te sorprende con elaboraciones del todo modernas y diferentes fusionando sabores. Yo soy un aventurero, un capitán pirata. Me fascina navegar, bien lo sabe quien me conoce.

¿Puede describir su propio perfil como pianista?

El de ahora es el de un pianista que tiene un ojo puesto en las bases del conocimiento y el otro en lo que los pianistas actuales van proponiendo, en el futuro. Valoro el trabajo y la improvisación, y no siento envidia por nadie. Me encanta la música, y siempre estoy dispuesto a echar una mano a quien está dispuesto a cogerla. Algunas veces también duermo, como, bebo agua, hago mis necesidades, lloro y padezco lo mismo que todo el mundo; no me considero especial. Creo que nunca nadie me ha regalado nada, pero sí que algunos me han ayudado desinteresadamente, por eso a mí me gusta ayudar a los demás. Ojalá y el mundo se moviera en estos hilos.

Los artistas transmiten un mensaje ¿cuál es el suyo?

Existe un mensaje específico diferente en cada obra, pero si hablo del sentido de mi obra debo decir que en eso no separo a la persona de la figura de artista. Existe un único mensaje, y es que, dado el inexorable paso del tiempo, en esta vida hay que dar alegrías y libertades. Debemos vernos reflejados en los ojos del prójimo y amar lo mucho que podemos aprender de los demás. Hay que ser desprendido y cuidar de las cosas y personas que forman parte de tu vida. La música es libertad, tenéis que amar la música, todos somos ciudadanos del mundo.

¿Cuál es su visión de la música en la actualidad? ¿Se muestra optimista o pesimista?

Si te refieres al mercado (al business de la música) y a la cultura musical que tiene la sociedad en general, creo que por desgracia vamos de mal en peor, y en España aun más. Hoy en día no priman aspectos como la calidad musical, el esfuerzo o el talento, sino las muchas veces que sales en la tele. Creo que el pueblo no se da ni cuenta de que está siendo manipulado por las grandes compañías discográficas y por entidades aun mayores. Está bastante claro: cuanto menos piense el pueblo, más manipulable será. Creo que si las cosas siguen así, estaremos cerca de entrar en una Tercera Edad Media en la que esta vez el dios dinero y el interés material prevalecerán sobre todas las cosas. Hace falta una revolución ya. Necesitamos un Johann Sebastian Bach.

¿Cuál es su meta como pianista? ¿Qué sueña? ¿Cuál sería su recital o concierto ideal?

En el piano es complicado ponerse metas, pero para mí la más importante es conseguir tocar el piano al menos en un 80%. El piano es un dragón que hay que dominar; por norma general te suele tocar él a ti, y en contadas ocasiones lo tocas tú. Es en ese momento cuando el que escucha se hace partícipe del momento musical. Espero que con los años llegue el día en que se le de la vuelta a la tortilla. Si aspiras a conmover el alma de los demás, primero has de controlar tu alma; eso es lo verdaderamente difícil. Sueño con levantarme cada día sin más preocupación que componer y tocar. Ojalá y un día veamos el cartel 'Abdón Alcaraz at Carnegie Hall'. Ese día, todo el esfuerzo y sacrificio de una vida se verá totalmente recompensado; ese es el día. Aunque, como concierto ideal, no te quepa duda de que también lo será el día que vea cómo otro pianista toca mi música. No creo que pueda existir mayor satisfacción.

El estreno es en la Cumbre Flamenca. ¿Va a haber más conciertos en otras ciudades?

Espero que sí; si no, como dicen en una de mis pelis favoritas, Contact, vaya una cantidad de espacio-tiempo desaprovechado. En verdad, todo eso dependerá de los programadores y del público en general. Los artistas necesitamos del público igual que el público necesita del artista. Todavía no hemos empezado casi a desarrollar el 'booking' de este nuevo trabajo, si bien es cierto hay propuestas muy interesantes para este 2019, como el estreno en diciembre con la Filarmónica de Tailandia en Bangkok y también en San Petersburgo, así como la repetición en Murcia del concierto con la Orquesta Sinfónica de la región de Murcia, y, por supuesto, visitar Badajoz, tierra del maestro Paco Suárez, para hacer el concierto con la Sinfónica de Badajoz. Tampoco se descarta la posibilidad de volver a hacer el concierto con la Sinfónica de Cartagena en Cartagena. Pero ahora mismo estamos en la segunda fase: la ejecución y grabación. Todo habrá de llegar. Como dice Paco Suárez, "lo que está pa ti es porque es tuyo, y eso nadie te lo puede quitar".

¿Hay intención de grabar este concierto, de grabar un disco?

El concierto se va a grabar en audio y video. De eso se encargarán los técnicos de Zona Audio y el equipo de cámaras de Murcia en vivo. No obstante, no hay que pasar por alto que, sin la herramienta principal, poco podemos hacer. Para esta ocasión contaré con un maravilloso Kawai Shigeru SK7, todo un Ferrari de los pianos, que me cede Iberpiano y Kawai España para la ocasión, y que por supuesto pondrá a punto el señor Tomás Amela, para mí uno de los mejores afinadores y mecánicos del piano de España. No obstante, y siendo sincero, grabar un estreno es tremendamente dificultoso, y rara vez se consigue la mejor ejecución en una toma. Tiene que estar todo supercontrolado por el staff manager. En este caso, Alicia Baltasar (Surefolk) tiene la responsabilidad y mi confianza total. No quepa duda que estamos trabajando para que el resultado sea lo suficientemente aceptable como para publicar un disco. Eso ya no depende de mí; rezo por que así sea.

¿Se sienten nervios ante el estreno?

De momento, lo que tengo es mucho estrés; los nervios llegarán entre bambalinas cuando esté a punto de empezar. Es un concierto muy difícil de tocar. Si no fuera porque lo he escrito yo, diría que el compositor es un cabronazo. Ahora solo pienso en seguir estudiando hasta el último día. Mi labor como compositor acabó en el momento que entregué la partitura al director de orquesta y que envié las partichelas a los músicos y bailaores. Ahora tengo el rango de intérprete de mi propia obra, y lo voy a dar todo. No hay lugar para el fracaso. Te prometo que es a lo máximo que puedo llegar, y eso es lo que realmente tiene más valía: que el público va a escuchar el concierto interpretado por la misma persona que lo ha compuesto (no suele ser muy habitual); es como escuchar a Beethoven tocando sus conciertos. En este caso, es el primer concierto flamenco para piano y orquesta que se ha escrito; no sé que más se le puede pedir al día 22 de febrero. El Teatro Romea y el público que asista será testigo de algo verdaderamente mágico; os daré todo lo que soy hasta el final. No me importa el éxito; eso para mí ya lo he ganado al escribirlo y al tener la oportunidad de estrenarlo, que me brindó mi buen amigo Antonio Parra. Tanto él como Antonio Montoya hicieron una apuesta más que atrevida programando este estreno para La Cumbre Flamenca en esta XXVI edición. Ahora ya solo me ocupa llegar al corazón de las personas y emocionar. Ready, steady, go!

Viernes 22. Teatro Romea. 21,00h. 36/24/14?