La compañía Ron Lalá regresa a la Región después de su paso por el Festival Internacional de Teatro, Música y Danza de San Javier el pasado verano. Lo hace con Crimen y telón, la obra que entonces presentó en el Auditorio Parque Almansa y que esta noche subirá el telón del Teatro Villa de Molina de Segura y, mañana, el del Teatro Romea de Murcia.

Como ya hicieran los madrileños hace un par de años con Cervantina -un superéxito que, a la vez, fue un homenaje al autor del Quijote a costa de una presunta epidemia causada por un supuesto virus (la cervantina) que relacionaba la escena con el placer de volver a disfrutar de ella-, Ron Lalá vuelve a utilizar las tablas para rendir un homenaje, esta vez al teatro universal.

Lo hace en clave de género negro, ambientando la obra en un cercano y ficticio futuro en que las artes están prohibidas. El planeta, convertido en Ciudad Tierra, es liderado por una inteligencia artificial con un ejército de drones. El detective Noir, en este contexto, recibe un encargo peculiar: descubrir quién ha asesinado al teatro. Y la investigación es complicada porque el asesino puede ser cualquiera, incluso un espectador en el patio de butacas del Villa o el Romea.

La obra, dijo el director de la compañía, Yayo Cáceres, durante su presentación, es «una canción de amor al teatro» en la que, además de mucho talento y una pizca de sabiduría lectoria, Ron Lalá incluye una «fusión retrofuturista» de diferentes músicas, que van desde el jazz hasta el barroco, y de vestuario, pasando del noir clásico al steampunk o «estilos clasicistas». Para ello, el montaje y la representación, están apoyados con diferentes instrumentos, como guitarra, batería y piano, que ayudan a los actores «en los ritmos y el tempo de la obra». Aunque, su objetivo final, como todo lo que hace Ron Lalá, es el entretenimiento del público.