Imprevisibles en el sonido, coherentes con el mensaje y radicales para analizar los problemas, Mafalda son un grupo de activistas que usan la música para deconstruir todo lo que nos imponen desde que nacemos.

Lo hacen con un cóctel musical que fusiona estilos tan dispares como ska, funk, hardcore, punk, reggae, metal o hip-hop, y que con su penúltimo disco, La última vez que te escucho, explotó, valiéndoles la confirmación en casi todos los grandes festivales del estado, con una respuesta de público inmejorable en todos ellos. Su original propuesta musical, cargada de cambios de intensidad y de estilo, con suculentos juegos melódicos, invita al oyente a levantarse ante el inmovilismo y a hacer frente a la estructura patriarcal de la sociedad. Denuncia social y conciencia política son las señas de identidad de los valencianos.

Mafalda presenta mañana en Garaje Beat Club su cuarto disco, Palabras forman caos, en el que mantienen su línea combativa basada en «dar voz a quien no la tiene y apoyar a quien lo merece», explica uno de sus tres vocalistas, Marcos de la Torre.

El combo que destilan deriva en un estilo que denominan como 'reggaecore' y que en esta casión se presenta en quince canciones como Las que faltaron, La colmena, Mi pena y mi suerte, Necesarias pero absurdas, Mossega, Desde el suelo o R.O.C.K. Pese a ello, Marcos no ve necesario definirse y pide que se les escuche «sin referencias» porque así es «imposible» encasillarles. «Tenemos un sonido propio, reconocible», arguye Marcos, que comparte las labores de vocalista con Vera y Bárbara.

Deben el nombre del grupo a la canción Buenos Aires, que en el 2001 publicó Ismael Serrano, cuya letra decía «Mafalda juega a la guerra nuclear», aunque Marcos de la Torre matiza que si en sus principios «nos representaba», en la actualidad «no nos define», y añade que mucho menos «el personaje de Quino». A su juicio, la banda «trata temas políticos de una manera agresiva y apoyando un movimiento político», pero no son «ni una cooperativa, ni un grito contra el sistema».