En estas fechas hay una tradición artesanal en la Región que cobra todo su esplendor a través del arte belenístico. Por todos los rincones de nuestra tierra nos encontraremos con innumerables representaciones de nacimientos con la seña inconfundible de la huerta y de los toques artesanos.

Murcia destaca por la excelente puesta en escena en cuanto a iluminación en sus calles, y el poder acercarse con los niños y la familia a ver los belenes cobra un brillo especial.

Lo bueno es la fusión de distintas disciplinas en cuanto a los belenes, puesto que van de la mano la artesanía que viene de la mano del barro y de la música que acompaña a estas instalaciones. Las peñas huertanas suelen tener un toque inconfundible a la hora del montaje: plasman las tradiciones más ancestrales de la huerta en los recorridos que vamos haciendo a la hora de ver un nacimiento. Detalles que mezclan escenarios bíblicos con rincones fácilmente reconocidos por quienes los visitan. Suelen meter los edificios más emblemáticos de cada zona.

Podemos encontrarnos desde una barraca, enseres propios de la huerta, norias, o la misma Catedral de Murcia, haciendo alusión a todo elemento propio de la tierra murciana. Limoneros, naranjos, pavos, cerdos... todo reproducido a una escala mínima, pero con un cuidado detalle. Apreciando incluso en el interior de las casas las colchas huertanas que se ponían de lana en las camas de antaño, los cabezales de madera, y, cómo no, la referencia al gusano de seda que tanto dio a nuestra tierra hace muchos años.

Si se escucha siempre que las fechas para poner el Belén en los hogares es la fecha del puente de la Constitución, que coincide con la entrada del Adviento, estos días son ya de ir calentando motores y haciendo un hueco a la agenda para ir visitando todo ese legado. Uno de los mejores belenes, del que podemos estar bien orgullosos es el que hizo Francisco Salzillo.

Hay un retrato suyo en la sala de exposiciones del Ayuntamiento de Murcia, con sede en la Glorieta de Murcia. Una exposición muy recomendable para iniciar ese paseo belenístico, puesto que podemos explicarles a los más pequeños, quién era Salzillo para meterles de lleno en los paseos que haremos más tarde.

Nada más entrar a la Plaza del Cardenal Belluga, nos encontramos el Palacio Episcopal con sus enormes puertas abiertas a todo el público, con una decoración preciosa en cada arco que componen el patio interior del mismo. Una visita que puede seguirse si nos vamos a la Iglesia de San Juan de Dios que se encuentra a escasos metros, a la espalda del Instituto Cascales y junto a la Escuela de Arte Dramático y Danza. Por la tarde nos encontraremos encendida una enorme campana de luz sobre una fuente, lugar especial para hacerse fotos e inmortalizar un paseo por la ciudad.

Puente Tocinos, Sangonera La Verde, Lorca y Totana, son zonas en las que hay gran tradición en la realización de figuras de Belén. Los centros de artesanía de la Región tienen, a lo largo de todo el año, puntos de venta de este tipo de cerámica, pero es a través de los puestos de artesanía que se montan por ejemplo en la zona de Alfonso X El Sabio, en donde siempre se encuentran las mejores piezas y de la mano directa de los propios artesanos. Cada año son muchas las familias que compran una pieza o varias, para ir incrementando el belén familiar. Tanto para regalar, como para coleccionar, es un buen modo de contribuir con nuestras compras al sector artesanal de nuestros comerciantes. Uno de los mejores belenes es el realizado por el artesano Cayetano Gálvez Serrano y lo podemos visitar en los Garres en el salón parroquial que hay en la Plaza de la Iglesia.

Los fines de semana tiene un horario de 10 a 14 y de 18 a 22 horas. Un belén al más puro estilo napolitano y que es toda una obra de arte, que con toda seguridad tendremos la suerte de disfrutar en la capital murciana para el próximo año, dada la belleza de cada una de sus piezas.

En pueblos como La Alberca con su tradicional belén de la Asociación de Belenistas de la Alberca, en la Plaza del Casino , así como el que montan en el Jardín de Floridablanca, o el de Alquerías, Monteagudo, Casillas. Pero los céntricos son como hemos dicho, los del Palacio Episcopal, el de la Iglesia San Juan de Dios, y el de la Fundación Cajamurcia junto a la Gran Vía. Todo adorno es bueno para la casa, así que iluminemos cada rincón que podamos con lo mejor de nosotros mismos.

Aprovechemos el paseo para explicar a los niños la importancia de las tradiciones y de la cultura etnográfica, que es aquella que habla de las tradiciones de la tierra.

Mantengamos despierta la curiosidad, la escucha atenta y sobre todo la mirada puesta en esta ciudad de Murcia que se despierta estos días resplandecientes de luz. Si Murcia es una tierra que es famosa por la luz, pero en estas fechas hay una luz que debemos seguir, la de las tradiciones, y qué mejor que de la mano de los más pequeños, los niños.