La Historia, la Mitología y la mejor gastronomía a partir de un producto de primera calidad y la pasión y el cariño de Mihail Angelov (Michel) y su esposa Natalia Dimitrova, cuentan en Murcia con un espacio de lujo, frente a la iglesia de San Lorenzo, desde la apertura hace justo un año del restaurante La Fragua de Vulcano Burn Experience.

Se definen como especialistas en ‘fuego vivo’ para la elaboración de sus platos a partir de los hornos Josper y Yakitori, así que no es ninguna casualidad que hayan invocado al hijo de Júpiter y Juno y esposo de Venus, Vulcano (dios del fuego y los volcanes en la mitología romana) a la hora de elegir su nombre.

La Historia con mayúsculas de la ciudad de Murcia también es un valor añadido en nuestra visita a Vulcano, ya que más de la mitad de su salón del sótano está ocupado por los espectaculares restos arqueológicos de los únicos baños árabes del siglo XII que se conservan en la ciudad y restos de la antigua muralla que rodeaba Murcia.

Cuando accedemos al restaurante desde la calle San Lorenzo, lo primero que nos llamará la atención son las suculentas y apetitosísimas tapas de autor que Michel desplega sobre la barra donde no será difícil encontrar un espectacular arroz de bogavante, pulpo al estilo murciano, un cochinillo al horno o su aplaudido gallo pedro rebozado con harina de patata, con el que ganaron la edición de este año de la Ruta de la Tapa.

Además de la barra, el comedor superior cuenta con veladores y mesas con blancos manteles con capacidad para unas 40 personas y el salón del sótano, repleto de rincones exclusivos llenos de historia, tiene capacidad para 48 comensales. Excelentes guisos, pescados, carnes con 160 días de maduración y arroces completan la carta de la Burn Experience de Vulcano.

Cuentan con menú ejecutivo por 18 euros y menús para grupos desde 30 euros.

Mil sabores, un solo lugar

La carta de La Fragua de Vulcano cuenta con una gran variedad de sugerencias para comenzar como su jamón ibérico de cebo de campo, quesos de autor con frutos rojos escarchados y nueces, embutidos ibéricos, hueva de mújol y mojama con almendras, tartar de atún rojo con aguacate y trufa, escalope de foie a la brasa con mermelada de higos y pan de pasas, ensaladilla con alcachofas, gunkan de atún rojo con salsa picante o niguiris de anguila con foie braseado y perlas de wasabi. Además, cada día ofrecen nuevas sugerencias según mercado como mariscos, spring roll de pollo o alcachofas rellenas de marisco.

En su apartado ‘directo al fuego’ nos ofrecen almejas salteadas con ajo y piñones, calamar a la brasa, zamburiñas gratinadas con salsa ponzu y katsoubushi, berberechos, ostras francesas, croquetas de jamón ibérico y queso manchego, de sashimi de atún con mayonesa de wasabi, esféricos de sepionet con alioli de coco, huevos a baja temperatura con crema de trompeta negra, tartufo y polvo de jamón, huevos rotos con gulas, gambas, panceta y tartufo, suquet de lomos de gallineta o ebi fry con salsa de chile dulce.

Cuentan con una decena de diferentes yakitoris, de la huerta, del mar o de la granja y bocados de pan de cristal con solomillo de ternera, cebolla caramelizada, foie y mayonesa de Dijon y de pan especial con lechuga, tomate, angus, queso cheddar y salsa gaucha.

Las carnes maduradas son su especialidad, como su entrecot de angus, chuletas de cordero, paletilla de cabrito, pluma ibérica o solomillo de ternera y en su carta no faltarán nunca pescados como lubina, dorada, bacalao y rodaballo.

Espectaculares postres caseros y grandes vinos de bodegas poco conocidas completan su carta.