MGMT, La Casa Azul y Nunatak serán los encargados de dar la bienvenida a los universitarios en Murcia en una fiesta que es ya un clásico y por la que otros años han pasado bandas como Wilco, Editors, Mando Diao, Hives, Franz Ferdinand o Kaiser Chiefs.

MGMT es una de las bandas más representativas del pop electrónico y la psicodelia de la última década. Combinan como nadie la fuerza del rock psicodélico con un electropop espumoso, y su música ha sintonizado con las emociones de una generación que quiere bailar y sentir a la vez. En la Plaza de Toros de Murcia -recinto habitual del Welcome- presentarán su último disco, Little dark age, una obra mayúscula de psicodelia electrónica e instrumental, pero seguro que sus fans podrán escuchar los hits que les han convertido en clásicos de la escena. Y eso que no ha sido fácil para ellos mantenerse.

Ser esclavo de tu éxito es una maldición muy común en el pop, y algo peligroso, porque te puede acabar paralizando. Eso es un poco lo que les pasó a MGMT, que tras el bombazo de Oracular spectacular en 2008 e intentar experimentar con el pop psicodélico en los exigentes pero notables Congratulations y MGMT, pasaron de ser los autores guays de Kids y Time to pretend a ser una banda rara que no sonaba en la radio y que no hacía hits. La realidad es muy cruel, y si no entregas lo que se supone que la gente -discográfica, medios, público- espera de ti, puedes pasar de héroe a villano en menos que canta un gallo. Andrew VanWyngarden, una de las mitades del grupo y motor creativo de MGMT, salió tocado de ese pequeño descenso a los infiernos.

Para curarse, se compró una casa en Rockaway Beach y se pasó un par de años surfeando, comprando vinilos y escuchándolos con sus amigos. Tras recuperar las ganas de hacer música, a Van Wyngarden se le ocurrió hacer un disco colaborativo en el que participaran sus amigos y los de Benjamin Goldwasser. Una fiesta de genios que reunió, entre otros, a Ariel Pink, Connan Mockasin y Dave Fridmann. El resultado de esa tormenta festiva de ideas fue Little dark age, donde MGMT dan rienda suelta a su amor por el synth-pop de los ochenta sin olvidar su ADN psicodélico. Su cuarto trabajo de estudio se convierte en la colección de canciones más compacta de su carrera, y quizás la que muestra mejor su doble naturaleza: la epidérmica de los hits y la excéntrica que les anima a juguetear y a retorcer las estructuras del pop.

Por su parte, La Casa Azul presentará La gran esfera, un disco que va a suponer un antes y un después en la discografía de Guille Milkyway. Se trata de un salto al vacío en todos los sentidos. Los seguidores de La Casa Azul siguen mordiéndose las uñas mientras lo esperan. Guille ha confesado que lleva seis años preparándolo, aunque de forma interrumpida. Ha sido grabado ya tres o cuatro veces, y se recuperó hace año y medio. El resultado será muy «heterogéneo», entre el italo disco y el dream.