Con 'Medea' ganó un Max en 2016 bajo la dirección de Andrés Lima. Ahora repite y se pone bajo su mando para dar vida a un icono del feminismo en 'La vuelta de Nora', secuela de Casa de muñecas de Ibsen, con la que este fin de semana llega al Teatro Romea de Murcia en una de sus primeras funciones tras el estreno absoluto de la obra. Hablamos con Aitana Sánchez Gijón.

Después de una carrera como la suya supongo que no afronta los estrenos como antes.

Yo creo que peor. Sí, sí..., esto va a más. Es tremendo por la responsabilidad y la sensación de mantener la expectativa de la gente que te ha visto otras veces y espera cosas de ti. Da lo mismo que haya salido bien la anterior, es la sensación de empezar de cero cada vez y de que nada tienes ganado. Tienes una trayectoria, una experiencia, y eso es bueno porque te mantiene alerta, con el nivel de exigencia alto.

¿Recoge Nora la evolución real de la mujer en la sociedad?

Sin duda. Nora es un icono, un hito del teatro y, en su momento, cuando Ibsen escribió en 1789 Casa de muñecas, fue muy revolucionario, removió el estamento familiar y el rol de la mujer como mera compañera y cuidadora de los hijos y del hogar. En 15 años ha conquistado mucho y también renunciado a mucho. Las mujeres en un siglo hemos avanzado muchísimo, aunque es más lo que nos queda por conseguir. Pero este es un momento de despertar y no hay más que ver lo que está pasando en todo el mundo para darse cuenta de que las mujeres somos cada vez menos tolerantes con ciertas cosas.

¿Qué ha aportado Nora a Aitana Sánchez-Gijón?

Pues esa determinación de defender su espacio por encima de todo y no depender de nadie para seguir su camino, sino contar únicamente con sus propias fuerzas aun a riesgo de perderlo todo. Es un ejemplo de mujer íntegra y luchadora, y de ser consecuente consigo misma. Aprendo de ella y hay cosas que reconozco en mí. En este caso yo soy una mujer feminista y Nora lo es como una de las pioneras. Pero lo que le toca vivir a ella es mucho más hostil que mi propia realidad. Soy una privilegiada y siempre lo he sido, pero no dejo de padecer el machismo de la sociedad.

¿Era necesario ya alzar la voz como ha ocurrido con el movimiento #MeToo en Estados Unidos?

Por supuesto. Ha sido fantástico. Está siendo y es el inicio de algo gordo. Ya se lo van a tener que pensar dos veces los acosadores y los que usan el poder para aprovecharse de las circunstancias. Hay un cambio de conciencia, hay cosas que asumes como un mal inevitable, como algo que sucede, pero no, esto no es así porque es así y ya está; es que no tiene que ser.

¿En España también?

Pues es algo en todos los sectores y todos los países; es algo endémico y transversal, desde el inicio de todos los tiempos.

¿Se lleva siempre algo de sus personajes?

Nunca me lo llevo a casa, tengo mucha mili. Si me llevara a todos tendría una personalidad múltiple y me internarían en un centro mental. Pero es verdad que hay personajes de intensidad emocional fuerte. No es que te creas el personaje, pero hay algo de la energía y del desgaste emocional que puede teñir tu propio estado de ánimo.

¿Qué diría a quienes dicen que el cine español es malo?

Mira, el otro día estaba en la cola de Correos y una señora me decía que no le gustaban estas películas que se hacen ahora y se puso a hablar de una actriz en concreto. Le pregunté si la había visto en el teatro porque es una actriz excelente. La gente habla sin saber y sin conocer. Y la mayoría de la gente que pone a parir nuestro cine no lo ve. Hay como una inquina no sé muy bien por qué, pero nuestro cine es de una gran riqueza y variedad. Hacemos películas buenas y malas, pero se hacen cosas fabulosas.

¿En qué podría mejorar?

Creo que podrían mejorar las condiciones en que se hacen porque cada vez se trabaja con menos presupuesto, con menos medios, con menos tiempo, a costa de los equipos que asumen calendarios de rodaje inasumibles. Con la crisis estamos acostumbrados a trabajar en precario. A veces piensas que ojalá luego el resultado no fuera bueno, pero como los profesionales tienen un gran pundonor pues sale bien a coste de un desgaste brutal de los equipos.

¿Qué diría si alguno de sus hijos quisiera ser actor?

Bueno, los dos ya están en ello. Me siento halagada porque quiere decir que la profesión de su madre la viven bien, tanto como para querer dedicarse a lo mismo.