El más rico que he probado hasta el momento. Ideal para tostadas, acompañante perfecto de quesos y patés. Súper sencilla elaboración y perfecta conservación dentro de una bolsa o recipiente hermético. Congela de maravilla y está delicioso. ¡Lo tiene todo!

Ingredientes

90 g. de harina de fuerza, 25 g. de levadura fresca de panadería, 1 cucharada de postre de azúcar o miel, 2 cucharadas de postre de sal, 1 huevo grande, 50 g. de mantequilla a temperatura ambiente, 60 g. de leche semidesnatada, 180 g. de agua tibia, 25 g. de semillas de amapola y huevo batido para pincelar.

Elaboración

1. Templamos el agua en el microondas y añadimos el azúcar o miel y la levadura, removiendo hasta su completa disolución.

2. Tapamos y dejamos que repose esta mezcla durante 10 minutos.

3. Ponemos la harina en el bol de la amasadora (o recipiente hondo si preferimos amasar a mano).

4. Añadimos la sal, el huevo ligeramente batido, la leche y la mantequilla derretida.

5. Amasamos a velocidad media y transcurridos los 10 minutos, añadimos al bol la mezcla de levadura que teníamos reservada y las semillas de amapola.

6. Amasamos hasta conseguir una masa lisa con todos los ingredientes bien integrados. Aunque resulte algo pegajosa no debemos añadir más harina, solo la necesaria.

7.Tapamos la masa y dejamos que repose durante 1 hora, hasta que doble su tamaño.

8. Amasamos de nuevo durante 1 minuto y ponemos la masa en un molde alargado forrado con papel vegetal y ligeramente engrasado con un poquito de aceite de oliva.

9. Pincelamos la superficie con huevo batido y dejamos que leve de nuevo durante media hora.

10. Metemos al horno precalentado a 180 grados, horneando a esta temperatura hasta que se vea doradito.

11. Desmoldamos sobre una rejilla metálica y dejamos que se enfríe del todo.