¿Qué tiene la novela negra para haber llegado hasta el favoritismo de los lectores?

Intriga, supongo. La intriga funciona siempre. Funciona incluso a la manera clásica y manida, esa que han practicado ya cientos y cientos de autores.

¿No correremos el riesgo de saturarnos y agotar el género?

Es que yo creo que el género está agotado, al menos en cuanto al fondo; respecto a la forma, aún queda algo que decir.

¿Usted se sintió desde siempre atraído por este género?

No. Yo soy más de drama rural.

Ahora que han pasado algunas décadas de expansión, ¿se atrevería a valorar la evolución que ha tenido el género en España?

Lamento repetirme, pues ya lo he manifestado en varias entrevistas, pero he de decir la verdad: me llevé el 'Getafe', pero apenas leo novela negra, no entiendo de novela negra y me interesan muy pocas novelas negras. O sea que no me atrevo.

Elija a un personaje y a un autor del género a quienes les hubiese gustado conocer.

Ninguno, ninguno; no me gusta conocer gente.

¿Y qué le ha traído a participar en estas jornadas?

Promoción y cerveza.

¿Cuáles son sus armas y métodos preferidos para matar?

El almocafre, por supuesto, con la víctima doblada, cosechando a solas en un garbanzal y canturreando La hija de Juan Simón.

Una complicada: elija un personaje real para quitar de en medio y justifique el crimen, claro.

Usted quiere que me detengan (otra vez), ¿no es eso? He de esperar a que anulen la Ley Mordaza. Y a que las monarquías sean aún más tocables y se las pueda eliminar de una putísima vez.

¿Cómo podemos valorar el papel de la mujer en la novela negra actual?

Valoro la literatura que se hace, no el sexo de quien la hace.

¿Son realmente la parodia y el sarcasmo buenas armas para una novela negra?

No sé si armas, pero creo que sí son una buena vía de comunicación con el lector. Y un bálsamo que tiene el escritor para no pegarse un tiro, de coca o del otro.

Usted maneja una prosa poco usual en el género, ¿es consciente de ello, forma parte de sus señas de identidad?

Soy consciente. Es mi estilo. No se lo presto a nadie. Redactar una buena historia no es suficiente. Hay que escribirla.

Algún pajarito ha dicho que usted no cree que La japonesa calva sea una novela negra, ¿alguna vez se va a atrever a hacer una novela negra aposta?

La estoy escribiendo ahora mismo, va de un expolicía torturador franquista, y de un asesino, y de una piscina, y de? Pero tampoco creo que sea una novela negra. ¡Es que no me salen! Quizá me falte el detective, yo no tengo detective, voy a ver si me compro uno en el mercadillo de Lo Pagán.

Ofrézcale algún consejo al lector de novela negra.

Compre usted, por Dios. Vivimos de usted. Y sólo nos dan un 10%.