ajo la dirección de su hijo Manuel M. Velasco, la carismática, querida y archipopular Concha Velasco regresa a los escenarios murcianos con El funeral, que, tras recorrer buena parte de la geografía española y regional, vuelve a estas tierras para visitar el auditorio El Batel de Cartagena. La obra, «una comedia disparatada», según la define su director -y también autor del texto-, convierte a la apreciada estrella vallisoletana en Lucrecia Conti, una querida actriz del cine, el teatro y la televisión en España que acaba de fallecer y cuyo velatorio, en un gran teatro para que pueda ser despedida por sus admiradores, se convierte en un homenaje de reconocimiento en el que repentinamente aparece el fantasma de la propia diva dispuesta a decir adiós al mundo terrenal a lo grande.

A partir de entonces se suceden situaciones hilarantes, tanto para el espectador real como para el público que asiste sobre el escenario al inédito velatorio, con fantasma incluido. La noticia corre como la pólvora y es Alberto Luján, representante de la actriz fallecida, el encargado de contener a la prensa que se agolpa a las puertas del teatro. Este personaje, «un chulo vacilón madrileño», como lo califica Manuel M. Velasco, está encarnado nada menos que por Jorge Sanz , que sustituye en el papel a Antonio Resines tras sufrir una lesión en una pierna que le obligó a pasar por el quirófano; el proceso de recuperación se prevé largo y complicado.

El funeral «garantiza las risas», asegura el director, autor e hijo, que ha escrito una versión exagerada de la Concha Velasco actriz que en la pieza teatral «se ríe de sí misma», añade. Y es que Lucrecia Conti va a aprovechar al máximo los minutos convertida en fantasma para captar la atención de los presentes y solucionar problemas profesionales y personales: desde aceptar una serie de televisión en la que hace de muerta, a autorizar que se reproduzca su figura en cera para el Museo de Madrid, o decirle a una de sus nietas si puede ennoviarse con un chico al que todos le ven cierto parecido familiar.

Mientras la fallecida disfruta de este tiempo de gloria convertido en un espectáculo, todos los medios de comunicación envían al teatro unidades móviles y periodistas para entrevistarla. No es para menos, ya que la situación es inédita para todos.

De Concha a Conti

El funeral fue anunciada como la obra teatral de despedida sobre el escenario de Concha Velasco. Unas controvertidas declaraciones de la intérprete durante la presentación de la obra hicieron que muchos medios dieran por hecho que esta sería la última gira de la actriz; algo que ha negado, aunque de forma ambigua.

Sea como sea, la vallisoletana ha reconocido que El funeral es una obra ideal para despedirse. De hecho, en el fondo se interpreta a sí misma, y es que Lucrecia Conti es el nombre que quisieron imponer a la actriz en sus inicios profesionales; nombre que ella rechazó y que ahora aprovecha para meterse de nuevo al público en el bolsillo.

Una vez más, la polifacética artista vallisoletana, capaz de ser Juana la Loca o Hécuba, conquista con El funeral -obra que, si no se tuerce, se mantendrá en la cartelera teatral española hasta el año 2020- a público y crítica: «Majestuosa, técnica y emocionante», señalan los organizadores.