Lola Herrera dice adiós a Carmen Sotillo, la protagonista de Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes, y el personaje más importante de su carrera. La interpretó por primera vez hace casi 40 años, en 1979, entonces, como ahora, bajo la dirección de la cordobesa Josefina Molina, única mujer directora que ha obtenido un Goya de Honor. Ahora, se despide de ella en una gira que llegará mañana hasta El Batel.

¿Qué supone para usted este texto de Delibes?

Supone un antes y un después. Llegó en un momento especial de mi vida y de la sociedad española, en 1979. Estábamos abriendo ventanas a una nueva situación política. El mérito, en realidad, es del texto que dirige, como en 1979, Josefina Molina y que se adapta a cualquier época. Miguel Delibes fue notario de una etapa que llega hasta nuestros días y que aún no está ordenada.

¿Con qué momentos de su trayectoria se queda?

Todos los momentos forman un momento. El camino, como decía el poeta, es lo que hace un todo. Para llegar a un momento hace falta pasar por muchos.

No ha parado de trabajar. ¿Tienen igual fortuna actrices de su generación?

Ha habido mucha gente que ha decidido quedarse en su casa y otros que no han tenido trabajo. Cada compañero tiene circunstancias diferentes. En mi caso, siempre he peleado por tener una continuidad en mi trabajo, que es mi pasión y una parte importante del motor de mi vida.

¿Es esa pasión fundamental para seguir trabajando?

No. Hay mucha gente que quiere trabajar y no puede. No basta solo con la pasión. Estamos en un momento en el que muchos harían cualquier cosa por trabajar. En las actrices cuenta muchísimo la edad o la trayectoria. El trabajo depende de muchos factores.

¿Cuáles son sus planes de futuro?

Me quedan muchas cosas por hacer y por vivir. Una vida es insuficiente, pues siempre dejas cosas por hacer. Hay gente que con 60 años está harta de la vida y sin alicientes, pero no es mi caso. Soy curiosa, vitalista y creo que estoy integrada en este mundo, pese a que tengo fecha de caducidad.

Su hija es artista. ¿Tiene el relevo asegurado en casa?

Mi hija Natalia es una actriz con más de 20 años de trayectoria. No le gusta asomarse a todos los escaparates y quizás por eso su popularidad es menor. Como música, canta de maravilla. Tiene una voz propia de las mejores cantantes de jazz.