Si nos remontamos a los años setenta, allá por 1973 había en la zona del Vivero de La Manga del Mar Menor, junto a lo que era una discoteca y un bingo, una de las primeras instalaciones del karting de la Región. Por aquel entonces, en ella trabajaba como empleado José Lacárcel Navarro, quien finalmente se hizo cargo del negocio de los karts algunos años después. Junto a su mujer, Carmen García, este matrimonio de La Unión regenta uno de los lugares a los que todo niño ha de hacer parada -y carrera-, cuando visite la zona: el Gokart Karting de La Manga.

Allí (Calle de la Manga, 2) disponen de unas impresionantes instalaciones -unos 30.000 metros cuadrados- con tres circuitos distintos en los que, según la franja de edad, hay diferentes tipos de coches que corren a varias velocidades. El circuito 1 está destinado a los mayores, con edades comprendidas entre los 16 y los 99 años. El circuito 2 está enfocado a los niños hasta los 11 años, y el circuito número 3 es el Junior, en el que podrán conducir los niños entre 11 y 16 años.

Cuando vemos los campeonatos de Fórmula 1 nos podemos preguntar qué se siente al volante de un coche con tales prestaciones y con esa velocidad sobre el asfalto del circuito; bien, pues algo muy parecido a esa adrenalina que otorga la velocidad y la inercia del movimiento es lo que pueden sentir los niños al frente de un Kart. Nada que ver con las atracciones de ferias temporales o en parques tematizados en los que los niños saltan un rato; aquí ellos son los dueños al volante. Además, esa sensación de sentirse mayores, de ir solos y de enfrentarse a ese pequeño reto de manera autónoma, les hace coger seguridad.

En el momento en el que prueban por vez primera, piden volver y subirse de nuevo para circular, porque se sienten con la decisión y el control en sus manos. Es curioso ver la mirada de los niños a la espera de subir a los coches, al igual que cuando se ponen el casco y se les conduce hasta la zona de pista, se sienten con una energía especial, la que da los circuitos, la que da la competición.

Más allá del aprendizaje -siempre cooperativo- en el que insisto una y otra vez, aquí el reto es enfrentarse a uno mismo, despojarse de los miedos e ir avanzando; eso sí, siempre con respeto por el resto de corredores. De hecho, esta experiencia les ayudará a entender que han de respetar al resto de compañeros de carrera, y de estar muy pendientes de lo que acontece a su alrededor, tanto por delante como por los laterales.

Por el Karting de La Manga han pasado figuras realmente especiales, como el piloto Dani Macía, que empezó con ellos cuando llevaban la escuela de Kars y ha acabado participando en campeonatos de España KZ-2 como el Fórmula Toyota o Fórmula Renault. También han circulado por sus instalaciones eminencias de la talla de Fernando Alonso -en sus comienzos-, Carlos Sainz -a la edad de 11 años- o Nygel Mansell. Además, dada la cercanía de las instalaciones al Club de Golf La Manga, no es raro el encontrarnos con equipos de fútbol que pasan algunas temporadas por allí. Así, el Liverpool, el Borussia de Dortmund, la Selección Inglesa de Fútbol o el Albacete Balompié han estado por allí.

Es, por tanto, una zona de campeones en la que aunque no tengamos intención de dedicarnos profesionalmente a la velocidad, sí podremos darle la oportunidad a nuestros niños de sentirse como unos auténticos pilotos.

Es importante saber que hay que mantener unas medidas de seguridad básica cuando se montan los niños. Una de ellas es la referida al calzado: hay que evitar las chanclas y usar calzado cerrado para que el pie esté protegido y no se resbale. Es importante llevar el pelo recogido si lo tenemos largo, hacerse una coleta y ponerse antes de colocarse el casco una redecilla que te dan los propios monitores en pista. No se pueden llevar pañuelos al cuello ni nada que cuelgue o se pueda enganchar, como bolsos o cualquier otra cosa.

Las instalaciones están abiertas desde las once de la mañana a la una de la madrugada, y en verano están abiertas todos los días de la semana. En invierno que cierran los lunes por descanso del personal y mantenimiento general.

El centro dispone de una flota de 100 coches, con 25 en las pistas y disponibilidad del resto para cualquier evento o necesidad de sustitución en caso de avería. Los coches son de fabricación española, concretamente de la casa Egarakar, con sede en Barcelona, que tiene larga tradición en los circuitos de competición en cuanto a deportes de motor.

Julio Lacárcel, Laura y David Benítez están al frente de un equipo de monitores y personal de pista que atienden fenomenal a los niños y mayores que deciden probar esta experiencia al volante. Además, los peques no sólo podrán disfrutar de la velocidad, sino también adentrarse en una zona de hinchables en los que saltar y dar rienda suelta a toda esa energía que llevan con ellos.

En el circuito, es especialmente bonita la hora de la puesta de sol: las vistas son espectaculares, ya que la situación del mismo hace que divisemos una zona del Mar Menor hacia La Isla del Barón, la Isla Grossa y la Isla del Ciervo, así como las Salinas. Y cuando ya cae la noche y las luces se encienden, los edificios de la Manga se configuran al fondo como un paisaje en medio de la noche lleno de luces, totalmente mágico en medio del circuito.