La representación prevista para hoy , dentro de la Semana de Teatro de Caravaca de la Cruz, es Obra de Dios, una hilarante comedia de Txalo Producciones protagonizada por el actor Mariano Peña. El señor del Universo, creador de los Cielos y la Tierra, visita el teatro Thuillier para reescribir sus Diez Mandamientos y dar respuesta a todas las preguntas que el hombre se repite. Y hoy conversamos con Mariano Peña sobre Obra de Dios.

P En primer lugar, ¿cómo se reciben esos Diez Mandamientos?

R No sé cómo se reciben, sé cómo se envían: con muchas ganas de hacer pasar al público un rato superagradable y de echarnos unas risas a la vez que reflexionamos sobre todas las historias, estas anécdotas o parcelas de la Historia Sagrada. Llevamos un año de gira y aún nos quedan muchos sitios que recorrer, entre ellos Caravaca, y ahí estamos, con las mismas ganas del primer día.

P Una función dirigida por Tamzin Townsend, cuya obra Héroes estuvo en la Semana de Teatro de 2017. Tengo entendido que el respeto fue la primera premisa para comenzar a preparar el texto de David Javerbaum...

R Sí, fue una de las primeras premisas, primero porque somos bastante respetuosos, tanto la directora como yo; y segundo, porque ya sabemos que España es un país muy religioso y muy católico. No era nuestra intención entrar como un elefante en una cacharrería, tirando ídolos por los suelos y tumbar creencias, para nada. Lo que sí pretendemos, que me parece que es un símbolo de inteligencia (no tenemos abuela -entre risas-), es reírnos de nosotros mismos, de nuestras historias, y mirarlo todo desde el prisma del humor. Pero, evidentemente, nada más lejos que faltar el respeto o reírnos de las creencias de nadie.

P ¿Qué tal ha sido trabajar con Tamzin? Tengo entendido que es una persona muy meticulosa...

R Sí es que es muy meticulosa, pero yo también lo soy, así que se ha juntado el hambre con las ganas de comer. Desde el primer momento teníamos los dos muy claro lo que queríamos y, además, coincidíamos en todos los temas. No ha habido lucha por defender criterios, al contrario: ha sido una comunión entre ambos. Durante los ensayos ha habido mucho trabajo y esfuerzo, pero ha sido más bien un juego y, sobre todo, porque la comedia tienes que potenciar esa parte lúdica y con ganas de pasártelo bien. Si no, esto no funciona.

PAdemás, lo acompañan dos angelitos muy peculiares.

R Son mis dos bastones. Bernabé Fernández y Chema Rodríguez, dos actores estupendos que durante la obra son mis ´muletazas´, estoy encantado de trabajar con ellos. Es una función de una hora y veinte minutos y ahí están ellos para conducirme, dirigirme y apoyarme en todo momento. Hay un ángel que bajará y le transmitirá a Dios las dudas del público, hacen una labor muy importante a lo largo de la obra.

P Después de todos los personajes que ha hecho a lo largo de su carrera, hacer de Dios ha sido un reto...

R Hacer de Dios ha sido un reto más, porque cada personaje es un reto nuevo. Me encanta los retos y, sobre todo, los personajes que me dan quebraderos de cabeza. Aquí juego con ventaja, porque Dios baja a la Tierra para dar a los espectadores del teatro Diez Mandamientos nuevos; pero, como Dios no tiene rostro ni figura para hacerse visible, lo que hace es utilizar a un actor conocido y televisivo, por lo menos eso piensa él, para darle cuerpo a sus palabras. A ese actor que posee es a Mariano Peña, que ese señor si que me suena y lo conozco muy bien (risas).

P Mariano, ¿es complicado abandonar el papel de Mauricio Colmenero y volver a presentarse como Mariano Peña?

R Yo siempre me he presentado como Mariano Peña. Sí es cierto que la sombra de Mauricio es muy alargada y, además, en contra de lo que pueda parecer, le estoy y le estaré eternamente agradecido. Es un personaje que me ha dado mucho reconocimiento y es de ser bien nacidos ser agradecidos, así que estoy encantado con este personaje me ha dado mucho. Es cierto que todavía la gente me llama Mauricio. Lo que es evidente es que transcendió.

P Un personaje que caló entre toda una generación. La generación ´Aida´...

R Evidentemente fue un personaje que caló tanto en jóvenes como en adultos. Es curioso que un personaje tan políticamente incorrecto pudo levantar ese cariño y admiración del público en general, esa fue mi gran sorpresa. Porque estamos acostumbrados a que los personajes malos sean odiados y no queridos por el público, mientras que los personajes buenos siempre han sido muy elogiados y queridos.

P Y ya por último, próximos proyectos en mente.

R Estamos grabando una nueva serie que se llamará Pequeñas coincidencias, que se estrenará en Amazon, y posteriormente en los canales de Atresmedia, que también está en la producción.