En la Isla del Fraile, en Águilas, no vive nadie. Su último morador fue un inglés extraño ('don Hugo', lo llamaban, aunque lo llamaban de lejos, porque este hombre, sospechoso de haber sido espía en la Primera Guerra Mundial, no se relacionaba con nadie) que, según se detalla en el libro Historia de Murcia y Cartagena en pildoritas, de José Vilaseca, murió «sin dejar herencia ni heredero... ni haber pagado un solo céntimo en impuestos, por lo que la isla volvió, de nuevo, a ser propiedad del municipio». Ahora es del Estado. Y esconde, bajo tierra, una historia que se remonta al Imperio...

Juan de Dios Hernández, arqueólogo municipal de Águilas, subraya que «toda la isla es una factoría de salazones de época romana». En concreto, «la factoría más importante de los siglos IV y V», periodo que supuso su «época de apogeo», manifiesta. En el islote se hallaron, en su momento, ánforas y vasijas para llevar aceite, vinagre y, cómo no, garum, un auténtico manjar de la época.

¿Qué ocurre? Que, para poner ne en marcha una excavación arqueológica en condiciones, «no hay financiación», lamenta Juan de Dios Hernández. El arqueólogo sostiene que «la idea es excavar, para que salga la factoría entera» que permanece bajo tierra, aunque es consciente de que acometer algo así, en un momento en que «en ningún sitio se excava», sería en el marco de «un proyecto a gran escala y con un montante económico considerable».

Ahora mismo, desde el Ayuntamiento «tenemos que controlar mucho» para que no se den «excavaciones clandestinas» en la isla. Y es que se ha detectado que hay gente que llega con su barco y coge cosas, algo que «está prohibido», sentencia el arqueólogo.

Hace ya más de cinco años que el Ejecutivo autonómico declaraba Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Sitio Histórico la Isla del Fraile. ¿Y por qué se llama así? «Aquí no ha habido nunca un fraile, que sepamos», apunta Juan de Dios Hernández. Al respecto, José Vilaseca apostilla que el nombre es por la colonia de focas monje (o focas fraile) que había en el lugar, aunque el último ejemplar desapareció en 1979. Enfrente, en la costa, la Playa Amarilla y su necrópolis tardo-romana... enterrada bajo una rotonda.