Esta semana ha dado comienzo en la excavación arqueológica del yacimiento tardo-romano de Los Villaricos en la localidad de Mula, un espacio de vital importancia para conocer las costumbres y legado industrial de los antiguos moradores muleños durante el siglo III después de Cristo. Un yacimiento arqueológico del cual ha sido incoado expediente para que sea declarado como Bien de Interes Cultural, y en el que se viene trabajando desde hace 30 años.

La excavación, dirigida y coordinada por los profesores de la Universidad de Murcia Rafael González Fernández y Francisco Fernández Matallana, junto al arqueólogo municipal, José Antonio Zapata Parra, cuenta con una veintena de alumnos, que centrarán la campaña estival de este año el trabajo de excavación en dos partes distintas del yacimiento.

Por un lado, parte del equipo se centrará en el área de la necrópolis en un curso dirigido al estudio antropológico y, por otro, el resto de alumnos seguirá los trabajos en el área de producción junto al lugar donde se encuentra una almazara de aceite y una bodega de vino lo que deja al descubierto que Villaricos fue una gran villa productora en la que destacan tanto la vivienda principal con unas importantes termas como la zona de producción.

Es aquí donde el pasado año se localizaban diversos objetos que determinarían que ese espacio podría ser utilizado para zona de tintado de prendas de vestir, entre otras producciones por determinar, ya que las vasijas y las conchas localizadas podrían ser utensilios para el tinte u otras manufacturas todavía por determinar.

Gracias a las campañas de investigación realizadas en Villaricos desde 1985 se han podido constatar toda una serie de aspectos que lo convierten en uno de los ejemplos más notables de villa romana conservados en la Región de Murcia.

Aceite, vino y cementerio

La identificación de áreas de carácter residencial, junto con otras relacionadas con la transformación y almacenamiento de un producto de primera necesidad en el mundo antiguo, como era el aceite o vino, así parecen demostrarlo. Por otra parte, a través de estas campañas de excavación, se descubre la existencia de elementos decorativos característicos de estos establecimientos, tales como mosaicos, pinturas o mármoles que debieron satisfacer los deseos de lujo y comodidad de sus propietarios.

La perduración en el tiempo de este establecimiento rural como residencia y explotación agropecuaria, queda constatada mediante la identificación de un total de cuatro fases desarrolladas a lo largo de cinco siglos de existencia. Desde una primera fundación, a fines del s. I o inicios del s. II d.C., hasta la finalización de su actividad, que habría que situar hacia mediados-finales del s. V d.C., se aprecian toda una serie de remodelaciones y transformaciones en los distintos espacios excavados.

Además, ha quedado constatada otra fase, documentada a través de la transformación y reutilización en un edificio de planta absidal con clara funcionalidad religiosa, en torno al cual el resto de espacios se han convertido en un improvisado cementerio aprovechando cualquier hueco lo más cercano posible al edificio para inhumar a sus muertos.

De diferentes universidades para completar su formación

Durante los próximos quince días, una veintena de alumnos de diferentes universidades españolas, realizarán excavaciones en la villa romana de Villaricos, situada a cuatro kilómetros de la ciudad de Mula.

Se trata de aprender. Además de la experiencia, la formación. La campaña de excavación se prolongará durante quince días sirviendo, además, para la formación de alumnos de arqueología mediante el curso de introducción en colaboración con el Cepoat (Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía).

El Consistorio muleño colabora con la campaña de excavación en el alojamiento de los participantes y la participación en la misma de personal de mantenimiento para colaborar en las labores de desescombro.