Sarah McKenzie, que fue comparada con la primera Diana Krall, ha conseguido, una voz propia que la sitúa entre las grandes cantantes de jazz. Originaria de Melbourne, Australia, aunque afincada en París, se graduó en jazz en la West Australian Academy of Performing Arts de Perth. Con 4 aclamados discos editados (Don´t Tempt Me, (ABC 2011), Close your eyes (ABC 2012, premiado con un ARIA al Mejor Álbum de Jazz), We could be lovers (Impulse, 2014) y Paris in the rain (Impulse, 2017)) comenzó a llamar la atención de muchas estrellas internacionales de visita en Melbourne.

Sarah McKenzie, que ya pasó por Jazz San Javier dejando un imborrable recuerdo, ha actuado en icónicos recintos del jazz como los festivales de Monterrey, Marciac y Perugia, Dizzy´s y Minton´s en Nueva York, además de los principales clubs de París, Londres, Viena, Munich y Sidney. Junto a la Boston Pops Orchestra estrenó una de sus composiciones en el Symphony Hall de la ciudad, y We Could Be Lovers fue premiado con el galardón Bell en la categoría Mejor Álbum Vocal Australiano. Brian Bacchus (Norah Jones, Gregory Porter) produjo sus dos últimos álbumes.

We Could Be Lovers, el cautivador debut de Sarah McKenzie con Impulse! Records, introdujo al escenario del mejor jazz el nombre de esta pianista, cantante y compositora. Como evidencian las vigorosas composiciones originales de McKenzie junto a los grandes clásicos del jazz americano y un par de joyas en forma de versiones de rarezas, McKenzie fundamenta sus aspiraciones con un profundo y sincero respeto por la tradición jazzística, además de transitar por una avenida personal compositiva cuando cita a nombres de la talla de Duke Ellington, Oscar Peterson, Gene Harris y Shirley Horn como sus referencias. El jazz vocal goza de buena salud y Paris in the rain, el último disco de McKenzie, asi lo acredita. Esta joven de 28 años ha dado el salto a la arena internacional, y si en su anterior trabajo todavía contaba con la ayuda de músicos australianos, en este caso han colaborado con ella algunos de los más destacados músicos del momento, todos norteamericanos, o trabajando en USA desde hace mucho tiempo- Al igual que en We Could Be Lovers, el repertorio está compuesto mayormente por standards, desde el inicial Tea for two a Embraceable you, pasando por In the name of love o Day in day out, que se completan con cinco composiciones propias. Por cierto, el disco está inspirado, o tiene como eje central, los viajes de Mckenzie a través de Europa, y muchas de las canciones elegidas para el disco tienen que ver ese ánimo viajero, caso, por ejemplo de When in Rome o el tema que da título al disco, una creación de la cantante que se atreve con algunas frases en francés.

Voz de terciopelo, interpretación exquisita acompañándose ella misma con el piano, textos cantados que se dirigen relajadamente al oído de cada espectador, Sarah McKenzie regresa a Jazz San Javier con sensualidad, lirismo, canciones propias que parecen de otros tiempos (de lo familiares que nos suenan) mezcladas con standards (a menudo alejados del repertorio habitual), haciendo realidad la idea de que se pueden ampliar los límites con una poética tan propia como arraigada en la tradición.

Actitud y estilo

El grupo de pub-rock y rhythm and blues Nine Below Zero pasó por Jazz San Javier en la novena edición. El pub rock británico de los 70 fue un movimiento que reivindicó las energéticas raíces del rhythm and blues y el rocknroll (en una época en que el rock progresivo y otros espesos sonidos inundaban el mercado), y se convertiría en los cimientos del punk rock y la new wave que llegarían poco después. Fundados en Londres en 1977, justo en medio del boom del punk-rock en Inglaterra, la inspiración de NBZ, sin embargo, era bien distinta, con miras al blues de Chicago y con influencias de John Mayall, The Kinks y The Who. Eran compañeros de escuela y amigos que compartían un amor por el blues, todos nacidos en los 60, y bien podrían haberse resignado a haber perdido el tren para el resurgimiento del blues británico. El propio Alexis Korner, uno de los pioneros del rhythm and blues británico, dijo de ellos que eran una de las bandas más excitantes.

Los NBZ eran (y siguen siendo) una fogueadísima banda de rhythm and blues lindante con el pub rock que se incluye en el mod revival, más allá de las coincidencias estilísticas y temporales, debido a la afilada visión comercial de su mánager de la época, Mickey Modern.

Formados por Greaves en 1977 con el nombre de Stan´s Blues Band y una orientación cercana al rock duro, su cambio de nombre a finales de 1979 por el título del clásico de Sonny Boy Williamson II significó un replanteo de su música hacia un blues ortodoxo más del agrado de la parroquia mod. Pese a todas estas anomalías (para la época), su vibrante directo les había granjeado una sólida reputación entre el público punk del circuito de pubs londinense.

Su oportunidad surgió en 1979, a partir de un bolo en el Dingwalls que les abrió las puertas de las grandes salas de la capital. Grabaron una primera maqueta de cuatro temas, que acabaría apareciendo como EP para A&M Records a finales de año con el título de Pack Fair and Square, en medio de una intensiva agenda de conciertos. En 1980, Mickey ´Stix´ Burkey de los Spoof Order sustituyó a O'Neill en la batería, justo a tiempo para la grabación del primer LP de la banda, el directo Live at the Marquee, grabado el 16 de julio de ese año, que fue un clásico instantáneo, capturando al grupo en directo. Siguieron más y más giras antes de la grabación de Don´t Point Your Finger, su primer disco de estudio, en enero de 1981 y con el famosísimo Glyn Johns a los controles. En el disco destaca la dura, aunque infecciosa, composición You Can´t Please All The People All The Time.

Aquel año parecían tenerlo todo de cara: aparecieron en la tele en el Old Grey Whistle Test, el South Bank Show y, legendariamente, en el primer capítulo de la serie The Young Ones. Además, a través de Johns, entraron en contacto con la realeza rock, los Who y los Kinks, bandas a las que telonearon en sus giras británicas de 1981.