Las puertas se abrieron y las esperas llegaron a su fin. Tras horas y, algunos, días de colas, ya estaban dentro. Miles de jóvenes se agrupaban en las gradas y la pista del Estadio de la Nueva Condomina, cargados con pancartas, globos y camisetas de Operación Triunfo, donde el nombre más repetido era el de Aitana y la frase más vista 'pa mala yo'. Venidos de la Región y algunos de fuera, como Javier, fan de todas las generaciones de OT, llegado de Almería a propósito para el concierto: ''La magia de OT 1 fue increíble, y aquello que vivimos que en ese momento fue inexplicable ahora lo hemos revivido, hemos vuelto a esa esencia''.

Los 16 'triunfitos' hicieron su entrada bajando las gradas del fondo, despertando el primer griterío del estadio. El siguiente vino cuando dio comienzo el espectáculo, con un vídeo que mostraba a cada uno de los concursantes, y el público se emocionó según aparecía su favorito: Cepeda, Alfred, Aitana y Amaia, los nombres más coreados.

Ricky Merino, que se declaró deseoso de probar marineras y paparajotes en la Plaza de las Flores, fue el encargado de abrir la música al grito de ''¡Acho, Murcia!'', con un tema que ya anticipaba lo que buscarían los artistas esa noche: Let me entertain you.

El primer tema a dúo vino de la mano de Amaia y Ana Guerra, y poco después, el toque reinvidicativo con Marina llevando en el micrófono la bandera del arco iris por la libertad sexual, algo que también pidieron Raoul y Agoney al canto de ''por el amor, la libertad y la visibilidad'', tras su romántica Manos vacías.

El concierto empezaba a brillar con luz propia, pero aún estaba por aumentar la intensidad. De hecho, justo entonces llegaba el punto explosivo con la discotequera Euphoria de Miriam y Thalía, que puso a bailar a las gradas. La primera ovación fue por la voz de Nerea en Quédate conmigo, y sus palabras: ''Nosotros cantamos para que sintáis lo que nosotros sentimos''. Una belleza musical que continuó Amaia con su piano en directo interpretando Miedo, tema con el que se proclamó ganadora de OT. La pamplonica se mostró feliz y agradecida al público murciano, a pesar de no haber podido asistir al chupinazo de los Sanfermines: ''Pero no quiero que penséis que este concierto no me hace ilusión, porque me hace muchísima, de verdad'', con su inocencia característica. Su mejor amiga, Aitana, saltó al escenario para interpretar juntas Con las ganas, mejorando incluso la versión que hicieron en el programa. La intensidad de la luz de la noche ya era más fuerte.

''La última firma de discos que hice fue aquí, y me llevé muy buen recuerdo'', declaró Aitana, justo antes de cantar junto a Cepeda uno de los temas más esperados, sobre todo por el después: ¿Habrá beso de Aiteda?; bueno, no lo hubo, y aunque se notó cierta decepción entre el público, el dúo transmitió mucha ternura en la interpretación de No puedo vivir sin ti.

No faltó el Eloise de Agoney, a lo que una madre que acompañaba a su pequeña decía: ''Lo gracioso es que cuando yo escuchaba esto mi hija me decía que vaya música de vieja me gusta, y ahora mírala, le encanta''. Pero es el fenómeno del momento, toca entenderlo: ''Nosotros vivimos OT 1.

Y llegaba, fue aquí cuando la iluminación de la noche estuvo al máximo, y fue con Alfred y sus rarezas. Su Que nos sigan las luces, tema que optó a representar a España en Eurovisión, fue el momento de mayor belleza visual de la noche; el cantante barcelonés logró que no quedara nadie sin encender las luces de sus teléfonos móviles, convirtiendo el Estadio Nueva Condomina en un cielo estrellado. Ello, unido a una perfecta e intensa interpretación de Alfred, culminaron en el toque más mágico de la noche.

Y, a partir de ahí, ya todo fue luz. La actuación que siguió inmediatamente después brilló con una intensidad como la que solo Amaia y su Shake it out podían conseguir. Desgarradora, grandiosa. Y no podía faltar City of stars, la canción que inició el fenónemo 'Almaia', el Chenoa y Bisbal de OT 2017. ''Son parejas muy distintas, como dijo Aitana, cada persona es cada persona, no se puede comparar; pero yo me quedo con Amaia y Alfred'', reconocía una fan.

Invisible de Miriam, Chandelier de Aitana, y el hit del verano, Lo malo. Los temas se sucedieron, ajenos y propios, y es que Cepeda, Roi y Miriam cantaron sus singles, incluso Ana Guerra, que justo el viernes estrenaba el suyo, comenzó a interpretarlo a capela, a lo que Manu Guix le acompañó al teclado, despertando la emoción de la canaria, en una tierra muy especial para ella, ya que como recordó, estas Fiestas de Primavera la hicieron madrina de las tunas, ''así que aquí me siento como en mi segunda casa''.

Y aunque Camina, el himno de esta generación de OT, parecía ser el punto y final de la noche, el público la pidió cantándola a coro, ese tema que nos representó en Eurovisión. Y la tuvieron. Tu canción, su canción, la de todosTu canción, con una magia enorme sobre el escenario. Y para terminar, La revolución sexual, con los dieciséis sobre el escenario, globos entre el público que unas fans sujetaron todo el concierto, esperando para soltarlo justo en ese instante, para que con ellos, el confeti y el tema se creara el ambiente perfecto de alegría para poner el broche final.

Una noche para el recuerdo de una generación. La cuestión es cuánto durará ese recuerdo. Ahora los triunfitos están empezando a sacar sus propios singles, unos temas que marcarán el futuro de una promoción de artistas que mucho tendrán que trabajar para que su carrera musical no termine una vez que ya haya pasado este momento de euforia tras el programa televisivo y, sobre todo, una vez finalizada la gira. Pero, de momento, las luces sí les siguen, y será el tiempo el que dirá si estos artistas siguen brillando y persistiendo en la memoria del público. Quién sabe, pero mientras tanto, ellos tienen aún caminos de muchas luces por recorrer y el público tiene 'pa mala yo' para aburrir.