Desde hace más de doce años, el Cruce 4 Caminos de Balsicas da nombre al restaurante creado por la pareja formada por Francisco Tomás Cegarra y su esposa Carmen Martín en Torre Pacheco como homenaje a la panadería que en ese punto regentó durante muchos años su abuelo, un panadero muy querido en Balsicas hasta el punto que una de sus calles cuenta con el nombre Panadero José Cegarra.

Francisco (Fran para los cercanos) heredó de su abuelo el amor por la panadería desde niño hasta que a los quince años se decantó por la cocina tras estudiar en la Escuela de Hostelería de Almería, donde conoció a Carmen Martín, con quien forma equipo en su acogedor restaurante pachequero con la ayuda de Óscar López en la cocina. Prueba de su pasión por la panadería es que Fran elabora a diario el pan con creciente, a partir de masa madre, que cada día se consume en su restaurante.

Cuando accedemos al 4 Caminos, en la Calle Chipre de Torre Pacheco (en la carretera hacia Los Alcázares), nos llama la atención su robusta puerta de madera tras la que encontramos una pequeña barra en la que nos recibirá Carmen. Una isleta central forrada de brillantes manises negros separa en dos zonas el amplio comedor con capacidad para unos 70 comensales, aunque nunca ofrecen más de 45 servicios. Paredes blancas y grandes cuadros con imágenes de orquídeas completan la decoración del local y muestran la otra gran pasión de Fran, la fotografía de flores silvestres.

Cocina sincera

La cocina que vamos a encontrar en 4 Caminos es una cocina sincera, tradicional, auténtica y con elaboración donde recuperan auténticas recetas de la abuela con platos tan especiales como su particular versión del ‘atascaburras’, un plato tradicional en Andalucía y Castilla-La Mancha con bacalao, patatas cocidas, almendra y puerros o los ‘gurullos’ que ofrecen en temporada de otoño, un especialísimo guiso con níscalos y codorniz que tardan tres días en elaborar.

La carta de 4 Caminos sólo incluye dos menús degustación, uno por 16 euros y otro por 28 euros, además de otras sugerencias que se pueden pedir por raciones.

El primero de los menús, por 16 euros, incluye cuatro platos al centro a elegir entre ensalada templada de jamón de pato, paté casero con compota de manzana, mejillones en escabeche casero, atascaburras, escalivada con rulo de cabra y jamón, palitos de maíz dulce con queso cheddar y salsa agridulce, tosta de queso azul con miel y nueces, queso brie frito con confitura de tomate, croquetas de ibérico, tortitas de camarón, pastel de zarangollo con queso curado, creppes carbonara, morcilla de Burgos a la plancha con tomate concasse, pincho de ibérico con chimichurri, ternera en salsa o tallarines al pesto con tomate Cherry. El menú de 28 euros incluye tres entrantes a elegir entre los platos anteriores además de bonito en ajada con tomate partido, jamón ibérico con queso curado de oveja, carpaccio de solomillo con parmesano, bacalao con aceite de ñoras, croqueta de boletus y jamón con crema de parmesano, huevos revueltos con trufa, alcachofas al ajillo con gambas, strudel de setas y parmesano, revuelto de morcilla de Burgos con ajos tiernos y gambas y un segundo plato a elegir entre rape a la marinera, lomos de lubina a la plancha , gallo pedro al horno, bacalao rebozado, arroz pelado de pardete y gambas, caldero, pasta nero di sepia con langostinos, pierna de cabrito confit de pato, pluma, entrecot de ternera, carrillera o lechazo. Entre sus postres caseros destaca su panacotta con piñones garrapiñados o la tarta de fresas. Su amplia cava cuenta con 37 referencias de exclusivos vinos parcelarios de todas las denominaciones.