Soria, la ciudad a orillas del río Duero, que hechizó a Bécquer y Antonio Machado, dio nombre a uno de los discos más emblemáticos del pop español: Camino Soria, la obra cumbre de Gabinete Caligari, con la que su autor, Jaime Urrutia, alcanzó la gloria. En dos meses de trabajo intensivo alumbraron nueve canciones sin tacha que, como ocurría en Cuatro rosas, bebían de Bob Dylan, los Rolling Stones, los Kinks, Lou Reed, los Doors, la Motown y, sobre todo, los Beatles.

Gabinete Caligari eran un grupo sin prejuicios, formado por unos tipos a los que les gustaban los toros, capaces de mezclar el pasodoble con el rock; y solo de Camino Soria se vendieron 300.000 copias. Pero, subidos al tren del éxito, emprendieron una gira extenuante que terminó pasándoles factura.

Con motivo de su treinta aniversario, Camino Soria se reeditó hace unos días, y Jaime Urrutia, maestro de estampas emocionales, acompañado por Los Corsarios, recupera de la memoria para sus conciertos ese disco, que ha conseguido atravesar el difícil paso del tiempo y seguir sonando fresco y contemporáneo. Por eso, su concierto de esta noche en Molina es una ocasión muy especial para reencontrarse con él y recuperar el célebre verso «todo el mundo sabe que es difícil encontrar en la vida un lugar», con el que empezaba el himno nostálgico que tituló esta cima del pop. El rockero chulapo hará un repaso a su carrera.

¿Cómo se llevan estos 30 años?

Joder, parece una eternidad. No me lo puedo creer, tanto tiempo... La reedición de Camino a Soria salía a la venta la semana pasada. La compañía ha creído oportuno celebrar los 30 años de un disco que, la verdad, modestia aparte, nos salió bastante bien a los Gabinete.

¿Cómo fue la grabación?

Estábamos 'sembraos'. Yo estaba en un estado muy melancólico -porque me había dejado una chica y acababa de morir nuestro saxo Ulises Montero- y habíamos sacado el disco anterior, Al calor del amor en un bar, que tuvo mucho éxito y estábamos metidos en una vorágine de galas y demás. Pero bueno, cuando menos te lo esperas... El grupo tenía madurez, sabíamos trabajar en el estudio y había muchas ideas, que es lo que al final importa. Y la grabación del disco la recuerdo como muy agradable, muy sencilla, todo salía bien. Cuando al final lo escuchamos en el estudio nos dimos cuenta de que teníamos una bomba de relojería, que era un disco que nos iba a dar el espaldarazo definitivo, y así fue.

Creo que en un principio iba a llamarse 'Camino Cuenca'€ ¿Qué os hizo cambiar de lugar?

Era una broma que gastábamos en la furgoneta. Cuando salíamos de Madrid lo hacíamos a cualquier sitio de España. «¿Dónde vas hoy? Camino Cuenca», y la frase me gustaba para hacer una canción. Pensamos en Soria por el contexto melancólico y poético de ciudad perdida que tiene. Es un sitio al que hay que ir, no es cruce de caminos, y entonces había mucho cosmopolitismo en los grupos de La Movida, que hablaban mucho en sus canciones de Nueva York, París€ En plan socarrón pensamos: «¿Por qué no hablar de una ciudad pequeña a la que no va nadie, y que sin embargo tiene tanto contexto poético -allí vivieron Machado y Bécquer-?».

La canción, que comienza con el verso «Todo el mundo sabe que es difícil encontrar en la vida un lugar», es un himno nostálgico.

Sí, es una canción totalmente melancólica y nostálgica, pero tiene calidad y enganchaba. Las canciones que más éxito tienen suelen ser las de desamor, y mucha gente me ha comentado que esa canción le valió para sentirse bien. Creo que una de las funciones de la música es el consuelo, el sentirte acompañado por un canción que te da vida.

Tengo entendido que después del éxito de Cuatro rosas, la compañía os dijo que había que grabar rápido otro disco, que daba igual que fuera mejor o peor, que se vendería bien, y sacasteis El calor del amor en un bar y Camino Soria.

Fueron dos discos que nos pusieron en todo lo alto. En aquella época dabas una patada a una piedra y salía un grupo, y era tanta la competencia que resultaba muy difícil ponerse ahí arriba. Y sí, la compañía nos dijo: «Grabad un disco para el año que viene para seguir arriba», y Camino Soria nos catapultó definitivamente. Hicimos más de 120 galas, nos pasábamos todo el día en la furgoneta tocando el disco por todos lados y acabamos cansados.

Podría decirse que fue la síntesis perfecta de Gabinete Caligari.

Bueno, está claro que cuando ya has dado el máximo... A partir de ahí digamos que el grupo, como toda aquella época de La Movida, fue perdiendo fuerza. Después grabamos La culpa fue del cha cha chá, pero está claro que la cumbre de Gabinete Caligari fue Camino Soria, y no lo pudimos superar.

De Camino Soria se vendieron 300.000 copias. Subidos al tren del éxito, Gabinete se embarcaron en una gira extenuante que no dejó pueblo sin peinar. ¿Más dura fue la caída, como dice la canción?

Bueno, sí, todo tiene su principio y su fin, y Gabinete Caligari estuvimos 18 años juntos, desde el '81 al '99, cuando vi que el grupo ya no daba más de sí. Eso, sinceramente, lo notaba en el local de ensayo en la última época, cuando ya no había la ilusión de antes, incluso malas caras. Ya no estaba el éxito de antes, y así no se puede seguir. Yo tenía otras intenciones también, me apetecía seguir en solitario. Gabinete fuimos un grupo importante aquellos años. Modestia aparte, dejamos una obra maestra: Camino Soria.

¿Cómo afectó a tus relaciones ser famosos y millonarios?

Bueno, lo de millonarios no fue para tanto [Risas]. Ganamos suficiente dinero para comprarnos casas. En aquella época podíamos ganar cinco millones de pesetas de caché, que era bastante alto, pero a nosotros nos quedaban a lo mejor 200.000. Había que quitar Hacienda, el equipo que llevábamos... Imagínate, dos tráilers de luces y sonido, llevábamos una parafernalia€, pero, claro, había que competir, y lo llevaban todos los grupos de la época. En la segunda mitad de los años ochenta los grupos tocaban en conciertos pagados por los ayuntamientos, y por eso los cachés también eran muy altos. Te daba para comprar una casa, pero no nos hicimos supermillonarios.

Edi Clavo evoca la época y el lugar en los que nació el disco: «Madrid, 1987, solisombra y J&B con hielo, entre el desparrame de una Movida que agonizaba y las tardes de toros en la grada 7 de la Monumental de Las Ventas». ¿Es cierto que estuviste a punto de lanzarte al ruedo para conseguir publicidad? ¿Qué ocurrió?

Es cierto lo que cuenta Edi. Fuimos un día él y yo a una novillada a Las Ventas, justo antes de sacar el disco. Estábamos muy 'contentos' de haber pasado la noche sin dormir, y como la corrida no iba bien y los toros eran muy pequeñitos le dije: «Yo me tiro ahí, que, ahora que vamos a sacar un disco, fíjate qué publicidad». Y estuvo la cosa a punto. Bajamos, pero al final nos paró un picador y no pasó de ser una anécdota de la juventud.

¿Gabinete aguantó hasta donde tenía aguantar?

Yo creo que aguantó más de lo que tenía que aguantar. Es mi opinión. Seguro que mis compañeros no tienen la misma opinión.

Parece que la profundidad de la herida entre vosotros deja hoy poco margen a la especulación sobre una posible reunión.

No, no es posible, está clarísimo. Además, he leído entrevistas de Edi Clavo que dice lo mismo. Un grupo no se puede reunir así porque sí.

Llevamos 19 años sin hablarnos, ¿cómo podemos quedar un día en un local de ensayo y ponernos a tocar?

No sacas disco desde 2010 aproximadamente...

Hubo un amago; tenía algunas canciones, hablé con la compañía... Pero, la verdad, en el último disco hay que reconocer que tampoco estaba muy 'sembrao'... Y escucharon estas canciones y me dijeron: «Mira, tío, sigue, confiamos en ti», me dieron ánimos. Para sacar un disco tienes que haber dado lo mejor de ti mismo y, por lo visto, todavía no lo he dado. Entonces en ello estoy. A ver si para el año que viene€

No sé si te has puesto tú mismo el listón de autoexigencia muy alto, después de haber escrito himnos como Camino Soria...

Sí, la verdad es que hay veces que tengo esa sensación, de que a lo mejor he podido ya dar todo de mí mismo. Pero antes de retirarme definitivamente me gustaría sacar un último disco, y creo que tengo tres o cuatro canciones que pueden valer la pena. Y después ya veremos, pero estoy empeñado en sacar ese disco.

¿Qué repertorio vas a traer este viernes al Teatro Villa de Molina?

El que llevo hace varios años. La última vez que estuve en Murcia fui con otra formación, que se llama Al Natural, y que va sin batería ni bajo. Esta vez en Molina voy con toda la banda, con mi batería y mi bajista, y eso da lugar a tocar más canciones. El repertorio es un resumen de mi carrera en solitario (Dónde estás, Qué barbaridad€) y canciones también muy conocidas de Gabinete. Espero que hagamos un concierto bueno y que a mis seguidores, a los cuales quiero mucho, les guste y salgan contentos del concierto.