Una de las frases que más escuchan los niños en la escuela es la de: «Hay que comer sano, comer fruta y verdura»; frase que repiten de manera continuada luego en casa. Pero, ¿de dónde viene todo aquello que ven en las lejas de los supermercados y en el frigorífico? Pues del campo y de la huerta.

Por ello, esta semana queremos acompañar a los más pequeños a una parcela del campo de Cartagena. Concretamente, nos vamos a la zona de La Palma, en la que grandes extensiones de terreno son cultivadas con diversos productos, que podrán ver a pie de paseo o de camino, y encontrarse con el origen de muchas de las verduras o frutas que luego tendrán en el plato y en la mesa.

La Palma es una diputación que pertenece a Cartagena, y la constituyen, además del pueblo, una serie de pequeñas aldeas como son La Aparecida, Los Conesas, Los Ingleses, Los Chorlitos? Su nombre data del siglo XVI -en el que se fundó-, ya que era junto a una palmera donde los pastores de entonces daban de beber a los rebaños que por allí pastaban.

Entre sus puntos de interés destaca el Museo Regional del Bolillo, una técnica ancestral, que cada año organiza el Encuentro Regional de Encajeras, en el que se pueden ver auténticas joyas artesanales, en forma de puntillas y tapetes. Así, este domingo podremos admirar el trabajo de alrededor de 600 participantes que se darán cita en el pabellón. También habrá dulces artesanales que se preparan a lo largo de todo el día de hoy para agasajar a participantes y visitantes. De hecho, se respira el ambiente festivo, ya que son las fiestas de La Palma, en honor a su patrona, Santa Florentina.

Nos invita al evento la presidenta de la Asociación de Mujeres Encajeras de Bolillo Santa Florentina, Agustina Moreno Marín, que lleva 21 años dirigiendo en la localidad las labores de conservación y mantenimiento de esta tradición, y nos explica el programa: a las diez de la mañana será la degustación de dulces típicos, y, de once a dos, la demostración de encajes.

Pero, como decíamos, otra de las cosas que llama la atención de esta diputación cartagenera son las plantaciones que la bordean, siendo una de ellas la explotación del brócoli. Nos acercamos a visitar los terrenos que tiene la familia de Eugenio Pagán, que ha heredado la agricultura y la tierra como medio de vida de sus abuelo y es vecino de la familia Valverde Máiquez. Nos enseña la plantación, que allá donde mires tiñe de un verde intenso la tierra, creando un manto de propiedades saludables para la alimentación. Nos cuenta que la mayoría se van al extranjero, ya que el brócoli está muy solicitado en Europa y es una de las verduras estrella en el plato, sobre todo, de los ingleses, como acompañamiento o como guarnición de carnes y pescados.

Es familia de las crucíferas, como las coles, coliflores y nabos, pero es el brócoli el que tienen un potencial mucho mayor en lo que se refiere a minerales y vitaminas. Es muy rico en vitamina A, vitamina C, ácido fólico, potasio y hierro. Es muy recomendable para las embarazadas -por su aportación en ácido fólico-, contiene glucosinolatos -que son componentes anticancerosos- y, además de tener poquísimas calorías, está más que indicado para combatir la obesidad, la hipertensión y el temido colesterol.

Por todo ello, el brócoli es todo un regalo de la naturaleza. Tiene tantas propiedades beneficiosas que nos vemos en la obligación de incluirlo en la dieta semanal de la familia; pero no debe ser lo único verde que pongamos sobre la mesa. Debemos acostumbrar a los pequeños a probar todo tipo de verduras y explicarles qué aportan y qué poderes consiguen con su consumo: el poder de la salud, que está en nuestras manos.

No faltan motivos para consumirlas, todas ellas, pero hoy toca hablar del brócoli. Su aporte en magnesio es beneficioso para el corazón, el potasio ayuda en la retención de líquidos y el calcio es bueno para los huesos. También nos ayuda a que el hígado trabaje mejor -con la eliminación de toxinas- y el 90% es agua. Además, está delicioso al vapor como guarnición, hervido con otras verduras y hasta en la paella de verduras puede ser acompañante con el pimiento rojo.

Así que este fin de semana tu destino es la salud y la artesanía en las manos a través del encaje. La Palma te espera con los brazos abiertos, pero sobre todo, con todo el cariño de sus gentes que año tras año se engalanan para recibir a todo aquel que quiera visitarles.

Recomiendo especialmente dos sitios a los que ir si se desea comer por la zona o tomar algo: Venta La Aparecida y Restaurante El Palmeral, dos lugares emblemáticos de la zona, en la que embutidos de primera mano, totalmente artesanales, harán las delicias de quien quiera asomarse a la barra, sin olvidar para finalizar la jornada pedir el tradicional asiático. Y es que las buenas costumbres, no hay que perderlas, sino continuarlas.