La IV edición del Rockin' Time Festival vuelve con un cartel de apabullante rock and roll: el neoswing de los alicantinos The Trouper's Swing Band, el psychobilly de los murcianos The Hellhates, vieja escuela con los también locales Los Desguaces y Antonio Cassinello Trío, y Willie Climent, que revivirá al mismísimo Elvis para la ocasión; un total de cinco grupos en concierto encabezados por los getxotarras Dead Bronco, que se han convertido en uno de los grupos más importantes entre los que se dedican a la 'música de raíces', aunque ellos denominen lo que hacen 'americana sludge'. La banda liderada por Matt Horan acaba de lanzar al mercado hace justo una semana Driven by frustration.

Gracias a un incendiario directo y a sus sólidas grabaciones, Dead Bronco se han hecho enormemente populares en todo el continente europeo, y llevan más de cinco años abanderando este movimiento en Europa. El norteamericano Matt Horan, líder de la formación vizcaína, nos habla de ello.

¿Cómo llega un norteamericano a montar un grupo de raíces en Euskadi?

La verdad, no estaba planeado. De hecho, no había hecho country en mi vida hasta que llegué a Euskadi. Todo esto empezó una noche en Algorta. Estaba tomándome una birra fresquita en un bar cuando salí fuera a fumarme un piti y vi en la esquina del callejón un grupo de tíos tocando canciones de Johnny Cash y Willie Nelson; me quedé 'flipao'. Me acerqué y les pregunté si me podía unir a ellos, y así fue.

¿Qué pasa en Getxo para que salgan tantas bandas que tienen la música de raíces como punto de partida?

No lo sé, pero yo creo que a la música le pega el estilo de vida. Euskadi es muy 'country'; la gente trabaja y vive de la tierra, son autosuficientes, gente fuerte. Eso es lo que representa el folk: música del pueblo contando historias de ese tipo de vida.

Alguna vez has dicho que tu música refleja tu estilo de vida. ¿Cómo encaja el imaginario sureño de Dead Bronco en un lugar como Euskadi, que no parece tener mucho que ver?

Mis letras hablan de mi vida en general. Hay algunas que son de gente que conozco, otras son de ficción, y otras son una mezcla de todo. Hablo mucho de experiencias que hemos tenido en la carretera y de giras que hemos hecho, no nos vestimos de vaqueros, ni estamos vendiendo nada del estilo. Son canciones sinceras, y se pueden aplicar a todo tipo de situaciones.

Antes de este nuevo disco tengo entendido que contemplaste la posibilidad de dejar la música. ¿Estabas desilusionado por algún motivo? Al final decidiste renovar totalmente el grupo -sólo quedas tú de los Dead Bronco originales-.

Me encontré estancado a la hora de componer. Sentía que tenía que seguir un estilo en concreto y un ritmo específico. Después de seis años me cansé. Veía las giras y ensayos más como un trabajo, y no tenía esa ilusión de estar por ahí, y eso es algo muy necesario para sobrevivir a las giras. Terminamos la gira de Bedridden & Hellbound y me encontré en una posición donde tenía que tomar una decisión que era disolver el grupo o crear algo completamente nuevo y hacer un cambio radical. Quería hacer un disco sin limitaciones y trabajar con músicos abiertos que tuviesen las mismas influencias que tengo yo; y creo que el cambio ha sido un acierto total, y me encuentro muy feliz y con esa chispa otra vez, y eso se nota en los escenarios. Hay muchísimas ganas de mostrar nuestra nueva creación: ame- ricana sludge.

¿Y cómo afectan los cambios a la grabación y al directo?

En este disco tuvimos el lujo de trabajar con el productor Alex Pis, de Drive Division Studios; sin él no creo que hubiéramos sacado algo tan brutal... Sus consejos dentro y fuera del estudio fueron esenciales para el éxito de este disco. Hemos creado un sonido nuevo, 'crusty' y sucio, y con mucha actitud. ¡Los directos ni te los cuento! Son bestiales, tienes que vivirlo para entenderlo.

El mismo título, Driven by Frustration , invita a la desesperanza que confirman temas como Scumbag , Life of Leech o Stuck In the mud . ¿Es un disco guiado por la frustración? ¿Qué nos puedes contar?

Pues, para mí, el titulo del disco es positivo. Mi propia impotencia y limitación es lo que me hace seguir para delante: por mis cojones voy a conseguir lo que quiero en esta vida. Cómo no, este disco se hizo a toda hostia, estilo Dead Bronco. Tuve dos meses para montar un grupo, componer y grabar 12 canciones, dos videos y estar listos para girar. Ha sido una locura, pero estamos más que contentos con el resultado, y veo que somos capaces de hacer cualquier cosa en tiempo record.

En tus letras, la bebida, las armas, la muerte y la religión tienen un nexo común. ¿La vida es así y hay que contarlo?

Para mí sí; si no lo hiciera, creo que explotaría. Literalmente. Yo tengo dos tipos de escapes mentales que me gusta ejercitar por mi propia sanidad: el surf y la música. Escribir es una terapia para mí. Realmente siento que me he quitado un peso de encima cuando termino una canción muy intensa. Es una forma de coger las cosas negativas en mi vida y sacarles provecho.

No faltan tampoco las alusiones a Dios ( Lord call me home ) ni al Diablo ( Devil's Road )...

Aunque la letra no es nada alegre, el mensaje final siempre es que la vida es dura y cada uno tiene su historia, pero no podemos dejar que nos tire para abajo; hay que seguir luchando siempre y no elegir el camino fácil.

En este nuevo disco nos encontramos con un sonido muy compacto, más elaborado que nunca y muy compensado. ¿Era momento de mostrar todo el potencial de la banda?

¡Nunca hay mejor momento! Ya que hice un cambio tan radical, el resultado tenía que ser novedoso y explosivo, no quedaba otra...

Vuestro sonido nace de esa mezcla entre el country y un espíritu punk. ¿Dirías que en este trabajo alguno de esos dos elementos se ha impuesto?

Amo la música country, pero también mi apasiona el punk y el metal; como dije antes, necesitaba un cambio. Antes éramos hillbilly con toques de punk, y ahora somos punk con toques de hillbilly. Dead Bronco siempre está cambiando; vete tú a saber qué estaremos haciendo en el futuro...

¿Y qué puntos crees que tienen en común ambos tipos de sonido (punk y country)?

Los ritmos compaginan bien juntos, y los dos son géneros que representa la clase trabajadora. Es buena mezcla; no es por nada que hubo tantos grupos de punk que han hecho discos de country y viceversa...

Contando el EP homenaje a Hank Williams, creo que vais a disco por año. Sumado eso al ritmo de conciertos que ofrecéis..., ¿de qué manera se saca tiempo y dedicación para componer nuevos temas? ¿Estáis acostumbrados a ese ritmo tan vertiginoso?

Sería increíble poder tomarnos un tiempo para grabar un disco con calma; eso sería la hostia. Pero esto no es un hobby, nosotros vivimos de la música, y el negocio es duro. No somos un grupo de Los 40 principales, no llegamos a las masas. Somos una touring band, un grupo que gira a muerte. Nuestros discos y giras son lo que le da de comer a nuestras familias. Sin los fans que vienen a los conciertos y nos apoyan comprando merchandising, todo esto no sería posible. Ellos me motivan para querer seguir sacando discos. ¡Soy una máquina de canciones, esto no puede parar!

Se te da bien inventar etiquetas: del 'Broncobilly sound' de antaño al 'Americana Sludge' actual.

Elegí 'americana' por el género de música americana y por los instrumentos tradicionales que tocamos del género, como banjos, mandolina y contrabajo. El ' sludge' viene por la definición de la palabra: una mezcla de doom y hardcore punk.

¿Qué sorpresas nos esperan en el escenario?

Tenemos un show completamente nuevo con muchas sopresitas.