Decir Cartagena es decir mar, es puerto, y son miles las historias de las que ha sido testigo la ciudad portuaria, a la que hoy vamos de ruta. Una ruta cargada de aventuras desde el puerto que nos recibe a su entrada, hasta el emblemático Teatro Romano.

Nos recibe esta semana en el puerto de Cartagena un precioso galeón, réplica de los galeones que surcaban los océanos en los siglos XVII y XVIII y construido por la Fundación Nao Victoria, y que surca los mares de medio mundo desde 2011, año en el que fue echado a la mar desde Punta Umbría en Huelva. Desde entonces, haciendo escala en los cuatro continentes, atraca en diferentes ciudades dando la oportunidad a todo aquel que se acerque a poder visitarlo.

En el cine hemos podido ver aventuras de piratas y de conquistadores, subidos a bordo de barcos como éste, como La Perla Negra, de Piratas del Caribe. Los peques de la casa se sentirán por un día auténticos aventureros a bordo de este navío, y más si son fans del famoso Jack Sparrow. Sin embargo, la visita también valdrá como clase práctica de historia, y es que, cuando los niños vuelvan a casa, podrán abrir sus libros de Ciencias Sociales y relacionar de mejor modo los contenidos relacionados con la época del descubrimiento de América tras su experiencia en un barco de estas características.

Impresiona ver la dimensión de su eslora, que es de casi 50 metros, así como todos esos mástiles sobre los que se sujetan sus espectaculares velas. Llama la atención especialmente el gran timón, pero a los niños lo que les apasiona es ver la artillería y acercarse a los diez cañones de hierro fundido.

Este escenario es especialmente adecuado para explicarles a los niños la función de los barcos a lo largo de la historia y hasta nuestros días, ya que al muelle de contenedores de Cartagena llegan barcos a diario con mercancía que proviene de medio mundo. Una excusa perfecta para entablar conversación sobre los viajes, sobre qué se llevarían los marinos y gente de mar en sus viajes, los trabajos relacionados con el mar, con la manipulación de mercancías, y de cómo mucho de lo que llega a los comercios de nuestro barrio ha tenido previamente un largo viaje a través del océano.

Hasta el domingo el galeón estará atracado en Cartagena esperando a quien desee visitarlo, pero si no es posible acudir este fin de semana, también tenemos en el puerto un catamarán que hace salidas hasta el faro de Navidad -con una duración de 45 minutos-, al igual que el barco turístico Puerto de Culturas. El paseo en este último tiene una duración de sesenta minutos, saliendo ambos desde el Muelle Alfonso XII. En el catamarán los niños no pagan, pero los adultos sí; el barco turístico es gratuito hasta los tres años, con descuentos para menores de 12 años, estudiantes, pensionistas, y grupos en familia de dos adultos y dos niños menores de 12 años.

El entorno portuario y la dársena de Cartagena nos dan una idea de la importancia de este lugar como enclave estratégico y económico a lo largo de la historia, por lo que recomiendo especialmente la combinación de dos actividades si vamos con niños: una es por la zona del Muelle, con salida en barco o visita al Galeón, y, la segunda, es ir al Museo del Teatro Romano, ya que ofrecemos a los peques dos experiencias muy interesantes y a pocos metros de distancia. Además, movernos por el centro de Cartagena -sin necesidad de coger el coche- nos presenta una gran oferta gastronómica.

El Museo del Teatro Romano nos ofrece una gran variedad de actividades enfocadas a niños y familias, como pueden ser los talleres didácticos que allí imparten, en los que podemos construir una ciudad romana en miniatura y conocer cómo era Cartago Nova, y así familiarizarnos con el modelo de urbanismo de aquella época. Los niños descubrirán las murallas y el papel que desempeñaban los diferentes tipos de edificios civiles y religiosos en una etapa tan importante de la historia, al igual que aquellos que eran destinados para uso público o de cara a espectáculos. Y es que la maqueta con la que trabajarán les permitirá manipular y visualizar de manera activa. Además, lo bueno es que, tras el taller, la visita al Museo cobra una mayor dimensión, ya que se materializa lo que han tenido en sus manos, a escala real, como es el propio anfiteatro.

Otra actividad muy interesante es la de ´Maccus, Pappus y otras estrellas del espectáculo´, en la que se focaliza el papel del teatro en la época antigua, haciendo énfasis en el Teatro Romano de Cartagena. Para los niños con edades de entre seis y ocho años -que son los que pertenecen al Primer Ciclo de Educación Primaria-, tienen un entretenido y divertido taller de Cartagineses y Romanos, en el que podrán formar parte de una tropa o legión. Participarán por grupos en una singular batalla en la que se les harán preguntas sobre lo que antes les hayan explicado.

De este modo, Aníbal y Escipión cobran vida de nuevo de manos de la historia, puesto que hasta los más pequeños de la casa con ayuda de los más grandes y de los entendidos en historia y arqueología-, podrán adentrarse en ese mágico espacio que nos ofrece la ciudad portuaria de Cartagena, puerto no sólo de culturas, sino también de diversión.