Domingo Edjang Moreno, ‘El Chojin’, lleva más años rapeando que sin hacerlo. A mediados de los noventa, este hijo de un guineano y una extremeña ya improvisaba versos en su Torrejón de Ardoz natal, cuando las rimas de CPV introducían el hip-hop en Madrid y todas sus ciudades satélites. Tras cuatro años sin nuevas canciones -en los que se ha atrevido, no solo a escribir una novela, sino a revisionar el clásico orwelliano 1984 con En 2084-, El Chojin vuelve al inconformismo y apela a la conciencia social en Recalculando ruta. Si en su libro llamaba a levantarse contra una sociedad diseñada por el poderoso, con este libro-disco, que suma quince nuevos temas y muchas poesías, reflexiona sobre el valor del pensamiento libre; y esta noche ofrece sus conclusiones en la REM.

Recalculando ruta: nuevos temas y ¿la escritura como terapia?

Desde luego, pero también como forma de vida en general. Es algo que hago diariamente, que me ayuda a colocar mis ideas, a saber qué pienso de lo que me rodea, a conocerme, a hacer planes y a comunicar lo que tengo dentro con un montón de gente ahí fuera. Me gusta pensar que hay muchas maneras de presentar a los demás lo que quieres decir. Poesía, narrativa, rap... Son distintos envoltorios para una misma intención.

¿Cuál es el argumento de Recalculando ruta?

Tal y como he hecho toda mi vida, pretendo contar en mis discos lo que me inquieta en la época en la que lo estoy escribiendo. Siempre busco dar la máxima calidad posible a todos los niveles -técnica, lírica y musicalmente hablando-, pero sobre todo recocerme en lo que cuento y buscar de alguna forma complicidad con quien me escucha. El tiempo me ha enseñado que los discos son un instrumento perfecto para comprobar que, a pesar de lo que nos gusta pensar de vez en cuando, no estamos tan solos, siempre hay alguien que piensa y siente como tú.

¿Y la reflexión?

La reflexión tiene que ver con el hecho incuestionable de que la vida nos obliga a reinventarnos y adaptarnos a lo que venga. Por norma general los planes no salen. El disco se llama Recalculando ruta porque lo normal es que entre donde estamos y donde queremos ir encontremos calles cortadas, tráfico y contrasentidos. La única manera de continuar es recalcular.

¿Se está volviendo más poeta/escritor que músico?

En sentido estricto -y aunque me duela reconocerlo-, nunca he sido músico, siempre he sido rapper. Los rapper escribimos rap y el rap desde hace unos años tiene la consideración de poesía urbana, de modo que se puede decir que sí, somos más poetas/escritores que músicos. De todos modos, a mí me gusta pensar que estamos en algún lugar intermedio, porque al final lo que presentamos a la gente sí es música, ya que es el vehículo en el que metemos nuestras letras (generalmente).

¿El rap le debe algo a la literatura?

Directamente supongo que no. El rap viene del barrio, y ahí la lectura en general no es prioritaria. Creo que es más bien al revés: la literatura le debe mucho al rap, porque gracias al rap muchos -como yo, por ejemplo- hemos desarrollado el gusto por leer. Siempre he dicho que el rap ha hecho que lea más que cualquier profesor de literatura que haya tenido nunca. Yo quería ser el mejor, y para serlo necesitaba las herramientas. Las herramientas son las palabras y las palabras están en los libros. Gracias a mi amor por mi estilo de música, leo y escribo, y estoy seguro de que a muchos les ha pasado algo parecido.

En su primer disco decía: «No pongo el dedo en la llaga, hago la llaga donde pongo el dedo». ¿Sigue siendo su filosofía?

Hay cosas que no cambian... Me gusta señalar donde nadie mira porque ahí es donde suelen ocurrir las cosas más oscuras e interesantes.

Le han puesto la etiqueta de ‘el chico amable del rap'. ¿Le molesta o cree que diluye su mensaje?

Me molestaba, pero porque creo que es porque me hacía pensar que si decían eso era porque no estaban escuchando de verdad lo que yo decía. Yo hablo de política, de racismo, de machismo, de xenofobia, de desigualdad, de soledad, de autosuperación, de miedos... Son temáticas que en absolutos son amables, lo que ocurre es que alguno ha confundido la forma de presentar mis temáticas con el contenido. Intento ser pulcro en la forma, pero lo que digo normalmente es duro o, al menos, complicado.

¿El rap interesa en España? Hay público, indudablemente, pero ¿cree que persiste el ninguneo de la parte oficial de la industria?

Desde luego que persiste. No aparecemos -en general- en ninguna lista cuando toca hablar de grupos musicales en este país. No estamos en las radios generalistas ni representados según el sitio que ya ocupamos en las televisiones, festivales y prensa musical. El hecho de que nos hayamos acostumbrado no quita que sea una injusticia difícil de entender. Metemos más gente en nuestros conciertos que algunos de los grandes nombres del pop español, tenemos más reproducciones en nuestros vídeos y en las plataformas de streaming. Antes pensaba que era cuestión de tiempo, ahora no lo tengo tan claro. Quizá debamos aceptar que en este país nunca se verá nuestra música con el mismo respeto con el que se ven otras.

«Mi enfermedad es el inconformismo», canta en Recalculando ruta. ¿Nos falta en estos tiempos?

En muchos aspectos no creo que esta época sea muy diferente a otras. Más o menos todo es igual desde que tenemos constancia, ¿no? Una clase social que lo controla todo y el resto, nosotros, tratando de sobrevivir y soñando con que nos toque la lotería. Creo que somos conformistas por naturaleza. Mucha gente confunde quejarse con el inconformismo, pero son cosas diferentes. Decir que no te gusta algo no es inconformismo, es el reconocimiento de un hecho. Desear al aire que cambien las cosas no es inconformismo, es pedir un deseo a una estrella fugaz. El inconformismo consiste en plantear acciones y ejecutarlas, en no bajar los brazos. Y sí, nos falta.

Cada vez parece más instalada la censura. ¿Cómo reacciona?

La censura nunca ha funcionado de verdad, o al menos así lo creo yo. La censura lo único que ha hecho históricamente es impulsar al creativo a encontrar formas de burlarla. Ninguna ley te prohíbe pensar porque éstas se centran en la forma en la que dices las cosas más que en el contenido. Yo creo que se puede ser exquisito en las formas mientras denuncias lo que desde arriba no quieren que denuncies. Sólo hay que encontrar el camino. En cualquier caso, no puedo estar de acuerdo con que se persiga a nadie por sus ideas.

¿Qué ocurrirá, como dice en una de sus rimas , el día que despierte la conciencia?

Lamentablemente no creo que ocurra nunca. Lo digo en el mismo texto: «Será más un deseo que una profecía». La conciencia es una bonita idea colectiva que hemos repetido montones de veces hasta terminar creyéndonosla, pero la realidad es testaruda y nos enseña que el ser humano no es como querría ser; es como es. Pocas cosas han cambiado en el fondo. Las desigualdades siguen siendo justificadas, la caridad sigue siendo aplaudida y los sistemas opresores siguen funcionado gracias a que los oprimidos los sostenemos. La conciencia ya está despierta, es sólo que no es lo que poetas anunciaban que sería.

«Mi estilo de vida es gorra y deportivas. La clase no está en cómo vistes, está en cómo miras». ¿Cómo mira El Chojin? Por cierto, ¿de dónde proviene el nombre artístico de El Chojin?

Miro con respeto y sin intención de alimentar el enfrentamiento. Me gusta pensar que un ‘hola’ acompañado de una sonrisa incita al de enfrente a devolverte el saludo y la sonrisa. Y las sonrisas funcionan. Bajan la agresividad y crean un mejor ambiente. En cuanto a lo de el nombre, El Chojin viene de un personaje de un anime japonés llamado Urotsukidoji.

¿Pensó en hacer rap conciencia desde el principio?

Lo que ocurrió es que al principio yo ni siquiera sabía que podían existir otras ramas. El rap que escuchaba era rap reivindicativo, y yo creo que la única forma de hacer rap era esa. Así empecé, así continué, y para cuando quise darme cuenta de que se podía hablar de otras cosas simplemente ya era tarde.

2017 ha sido un año de reuniones y giras. ¿Veremos a 995 de nuevo?

¡Me encantaría! Pero la verdad es que es algo muy, muy improbable...

¿Le preocupa que el rap no suene prácticamente en la radio y sí lo haga la música comercial?

No, no me preocupa, siempre ha sido así en este país. Me molesta, eso sí. Pero no nos ha ido mal de esta manera. Imagino que aún están en los puestos en los que se toman decisiones personas que generacionalmente no son capaces de asimilar no sólo que existimos, sino que funcionamos y hacemos un trabajo tan bueno o mejor que muchos de los grupos que sí programan.

¿Qué se puede esperar del concierto que ofrecerá en Murcia?

Mi plan siempre es intentar que la gente salga de la sala convencida de que no podía haber pasado una mejor hora y media en ningún otro sitio. Lo más importante para mí son los directos; ahí es donde presentas tus respetos a las personas que hay contribuido para hacer que tu sueño de infancia sea una realidad. Los repertorios los escojo con mucho cariño, y lo que veremos en el escenario será un concierto en el que trataré de ofrecer lo mejor que tengo, y no puedo dar más pistas. Si quieres saber qué temas presento y cómo, tienes que venir a verme...