Lili -la protagonista de esta pieza- es una 'perra', una condición que no se aprende sino que es inherente a su persona. Y es una 'perra de nadie' porque, como dice la creadora, solo aquel que «es nadie y de nadie, puede llegar hasta el fondo de su intimidad».

Imágenes sobrecogedoras y una música con un papel destacado acompañan momentos de denuncia, cómicos e incluso fragmentos «incómodos» en los que la artista interpela a sus espectadores. El público se convierte así en cómplice de un recorrido introspectivo que intenta hacernos ver que Lili, igual que sus 'vigilantes de la noche', vive en el interior de cada uno de nosotros.