Su capacidad de sorprender y sorprenderse asegura creatividad para largo y nuevos proyectos que ilusionan al diseñador y sus colaboradores. El modisto valenciano pasa actualmente unos días de «descanso» en la localidad zamorana de Santiago de la Requejada, donde, pese a todo, nace el proyecto 'Sanabria', que asegura verá la luz para el verano de 2018; todo lo demás, de momento, queda en misterio. Su inspiración en tierras del norte le ha deparado satisfacciones, como el estampado de hortensias inspirado en tierras asturianas, uno de los más copiados en marcas nacionales e internacionales de moda, así que no podía despejar la cabeza del todo en estos días por Castilla. Lo dicho, creatividad a raudales.

Ha trabajado con los grandes, como la colección Dalí

Sí, fue un gran honor poder hacer la colección Dalí, pero también fue muy duro porque tenías que presentar tu trabajo a un comité que lo evaluaba y te hacía correcciones. Eran muy rígidos porque tenías que respetar lo que daba y representaba aquella imagen. Y por fin, después de mucho tiempo, me dijeron eso que me han dicho otras veces: «Haz lo que quieras que lo que haces es arte».

Porque valora que le dejen libertad para diseñar

Efectivamente. Porque si no, no lo hubiera hecho. No se trataba de volver a hacer lo mismo que estaba hecho, que ya era más que bueno, quería dar mi propia visión.

¿Ha sido muy difícil mantenerse en el mundo de la moda?

Ha sido muy difícil, y sobre todo en un país donde la cultura de la moda no es la más adecuada. En este país se ha visto siempre mejor cualquier cosa que viniese de fuera que lo que se hacía dentro. Se ha respetado mucho más todo lo que venía de fuera, era mejor que lo que se hacía en este país, tanto a nivel industrial como artístico o a cualquier otro nivel. El arte siempre es complicado.

Cuando diseña, ¿a quién tiene en la cabeza?

Procuras tenerla sobre algo bello. Siempre te gusta hacer a la gente más guapa, más feliz, más bella. A veces renuncias porque no es tan fácil, pero por lo menos lo intentas y lo intentas, y sobre todo disfrutas con lo que haces.

Como diseñador se le ha valorado mantener las raíces, la innovación en el diseño.

Es algo que me ha cautivado mucho. Me ha gustado mucho este pueblo [Santiago de la Requejada], como me ha gustado entrar y ver esa pila [de granito tallado en una pieza] que en realidad me dicen que era un comedero. En las raíces se encuentra la esencia de Montesinos. Creo que es maravilloso, es bello, todo lo que encuentras hecho con la mano. Son cosas que te cautivan, una piedra que no es igual que la otra. A mí siempre me gustaba la prenda que estaba tarada, por ejemplo, la que tenía un defecto, la que tenía algo diferente a otra. Eso es la que pasa con la belleza y con el arte, con todo lo que está hecho con la mano

¿Es difícil mantener los principios en la creación en una sociedad que demanda que todo sea rentable?

Pues es muy difícil, muy difícil. Es muy difícil hacer rentable la moda, y yo no soy la persona más adecuada, ahí tienes a los justos y pecadores [Risas]. Y sobre todo es difícil hacer negocio con el arte si no te has muerto.

¿Se plantea retirarse o hasta que el cuerpo aguante?

No. ¿Sabes qué pasa? Que afortunadamente hago lo que me gusta y cada vez hago menos lo que no me gusta, como ir a fábricas, y estar más en el proceso de creación que en el proceso industrial. Creo que hasta que el cuerpo aguante.

En su trayectoria profesional no ha rechazado ni hacer el vestuario de películas.

He hecho muchas. Sí, sí. De entrada hice las tres primeras películas de Pedro Almodóvar. He trabajado con los más grandes, con Bigas Luna; igual que en el mundo del teatro, de la danza, con Nacho Duato, con Alicia Alonso... Me sabe mal dejarme alguno. Es algo muy gratificante porque es un trabajo muy creativo en el que aprendes de estos grandes. Recuerdo a Alicia Alonso que estaba casi ciega y decía algo así de que daba igual que se viera o no se viera. Aunque eso que pusieras fuera tan pequeñito, ella decía que lo importante era que la que baila sintiera que eso estuviera ahí.

Desde el punto de vista rural, usted sería un emprendedor, una persona que se levanta, se cae y se vuelve a levantar.

Muchas gracias. Más que un superviviente sería un ave fénix.

Pero cuando el ave fénix tiene un nombre y resurge crea expectativa...

A Dios gracias, puede ser que sí. A cada caída y a cada vuelta parece que hay más gente a tu lado, para lo bueno y para lo malo, pero sí.

¿Su mayor satisfacción profesional?

Las grandes colecciones, el desfile de Las Ventas en el año 85. Poner la moda de pie a 18.000 personas en aquel momento, en este país y ante el mundo, en la capital de la Cultura europea. Fue un hecho insólito. Igualmente, la colección de Dalí, la compañía Nacional de Danza con Nacho Duato, aquel festival con el castrati lo recordaré toda la vida, las Comedias Bárbaras o Medias Palabras con Bigas Luna. Algo espectacular que te eriza el vello.

¿Y su fracaso?

El día a día, pero hay que llevarlo bien.

El día a día tiene su recompensa

¿Una recompensa? Hombre, pues sí. La medalla de las Bellas Artes que te pone el rey es agradable. Cualquier premio es algo que te gusta y te da fuerza para seguir, para continuar trabajando.

¿He oído que el trapo ha muerto?

Pues puede ser, porque yo he hablado de la moda como el trapo, la verdad, pero yo creo que hay que darle la vuelta al trapo. El trapo ha muerto pero el arte nunca muere, y a mí me gusta el arte de la moda.

¿Los diseñadores, en el amplio sentido de la palabra, se adaptan o sucumben ante la industria?

Se adaptan. Sin la industria no seríamos nadie. Creo que es al revés: somos nosotros los que nos tenemos que poner al servicio de la industria.

¿Proyectos...?

Hay muchos proyectos muy interesantes, afortunadamente; desde el proyecto 'Sanabria', pasando por 'Vestidos de Ángel', que es un proyecto enriquecedor y difícil de contar. Estamos haciendo un libro, un documental de Francis Montesinos. Se ve que me estoy haciendo mayor y hay muchos proyectos, afortunadamente. Es muy bonito hacer una película y escribir un libro, pero 'Sanabria' y 'Vestidos de Ángel' son dos de los proyectos con los que me quedaría.

¿Hay una colección Sanabria

No, pero nace aquí, en Sanabria. El verano de 2018.

No es usted precisamente una persona que se deje influir por la moda.

Me guío por el corazón. Creo que el corazón es el instinto que te hace funcionar por ese camino. Las cosas que te tocan la fibra son las cosas que te dan paso a hacer algo creativo, más que las revistas o que hoy se lleva esto o lo otro.

¿La moda vintage

Pues casi que sí, porque ya soy tan mayor que retomo cosas del principio. Yo creo que la moda vintage vuelve cuando uno no es creativo. Hay cosas que siempre utilizas, las vuelves a poner de pie a y las utilizas por un camino diferente.

Y un genio tiene una referencia de la moda que admira.

Yo creo que cualquiera de todos los grandes creadores. Lo que me ha gustado mucho es ver la interpretación de cada uno de ellos en el contexto de su país. Me gusta cualquiera de los grandes y, por encima de todos, el español Balenciaga, del que todos hemos aprendido, tanto españoles como del mundo entero. Balenciaga ha sido el más grande creador de moda del mundo. De hecho, en los primeros museos de moda de todo el mundo, cuando en este país aún no existían museos de moda, siempre tuve la gran suerte de encontrarme ese Balenciaga en el mundo entero.