¿Qué es para usted una buena novela negra?

Lo que debería ser una buena novela negra para un lector depende de lo que el propio lector busque en ese tipo de género literario, y ahí podrían correr ríos de tinta. En mi caso particular, una novela negra debe tener algunos aspectos imprescindibles: entretenimiento, tensión, intriga, personajes con carácter (sea cual sea ese carácter), una ambientación concreta... Cualquiera de estos componentes, o todos juntos, son motivo suficiente para engancharme a una novela negra. Por supuesto, valoro también la carga de denuncia social o lo que el texto pueda aportar para dar luz a actos que suceden todos los días y que a veces quedan silenciados por la sociedad en la que vivimos.

¿Cuáles serían sus personajes y autores negros favoritos?

Huelga decir que la lista sería demasiado extensa, pero está claro que algunos personajes y sus autores marcaron y siguen marcando mi forma de escribir, de leer y de ver el género. A veces creo que para mí todo empezó con Bram Stoker y su inmortal personaje de Drácula. También con Arthur Conan Doyle y su celebérrimo Sherlock Holmes, George Simenon y el comisario Maigret, Agatha Christie y el detective Hércules Poirot, Chandler con Marlowe? De la misma forma, ocupan un lugar importante en mi bagaje literario, Manuel Vázquez Montalbán con Pepe Carvalho, Henning Mankell y su Kurt Wallander, Ian Rankin con John Rebus, Jussi Adler-Olsen y su peculiar policía Carl Mork? Y tantos, tantos otros magníficos autores y personajes cuyas obras siempre tengo a mano.

¿Se ha sentido atraído por este género desde siempre?

No siempre, claro, cuando era un niño leía a Julio Verne y sus espectaculares aventuras con las que tanto aprendí. Luego vinieron los antes citados, y así empezó a gestarse esta gran pasión por el género negro.

¿Qué opina de la expansión que vive en España esta literatura?

La literatura negra y policial estuvo considerada como un género menor, igual que la novela romántica y en algunos casos la literatura de ciencia ficción. Los tiempos cambiaron, llegaron autores de fuera que gustaron y vendieron mucho y así se descubrió poco a poco que aquí también se escribía buena novela negra. Pienso, sinceramente, que el público ya no sigue los dictados establecidos y lee lo que le apetece. La novela negra es un género que gana adeptos día a día y el secreto reside en que los lectores se lo pasan bien leyendo nuestras historias, estén ambientadas en Oslo o en Teruel. Las editoriales españolas han tenido mucho que ver en esta clara expansión. Han apostado por los autores que triunfaban fuera de nuestras fronteras pero también, y esto es lo más importante, por los que escribimos en España.

¿Y qué le ha traído a participar en estas jornadas, qué espera de Cartagena Negra?

Mis novelas están ambientadas en lugares mediterráneos. Forma parte del bagaje de mis libros, como los personajes o mi forma de escribir. Digo esto porque Cartagena me parece una ciudad ideal para ambientar novela negra, por ser una ciudad marítima con tanta historia, por ser uno de los principales puertos del Mediterráneo, y porque creo que a Camilleri le encajaría que el comisario Montalbano se paseara alguna vez por sus calles. Creo que Cartagena Negra debería erigirse como el Festival de Novela Negra del Mediterráneo. Sus lazos ancestrales con ese mar así lo merecen.

¿Cuáles son sus armas y métodos preferidos a la hora de matar?

No tengo armas ni métodos preferidos. Pienso en una trama que pueda atraerme hasta el punto de que se convierta en una novela, y armas y métodos suelen aparecer casi por sí solos.

Elija algún personaje real para quitar de en medio y justifique el crimen, claro.

Nadie merece perder la vida a manos de otra persona.

¿Qué le hace al inspector Monfort tan especial como para protagonizar esta serie de novelas?

Monfort es un inspector de policía peculiar, atrevido, divertido en algunas ocasiones y puede que detestable en otras. Monfort es un tipo con los pies en el suelo y con un gran corazón pese a sus defectos, vicios y virtudes. Es un personaje visceral que deja que su intuición marque las pautas que debe seguir día a día para resolver los casos que le encomiendan. Monfort es un poli como los de antes. Un policía que está convencido de que cuando los de su especie desparezcan de las calles los ciudadanos les echaran de menos. En cualquier caso, Bartolomé Monfort es un tipo difícil de olvidar.

¿Qué vamos a encontrar en Ojalá estuvieras aquí, la tercera entrega de la serie?

Ojalá estuvieras aquí parte con el hallazgo de un empresario asesinado en el emblemático Mercado Central de Castellón de la Plana. Se trata de Pedro Casas, que se dedicaba a la importación de baratijas de China que luego vendía a las tiendas de todo a cien que tanto afloraron en España no hace tantos años. Su hija, una bella y misteriosa joven, mantendrá en vilo las pesquisas del inspector Monfort y su ayudante, la agente Silvia Redó. En una trama paralela que sucede en un pasado no muy lejano, y que discurre durante toda la novela, Carmen y Luis deberán enfrentarse a los fantasmas de su propio pasado. Para ello, Luis, un personaje tan taciturno como entrañable, elige el boxeo como forma de vida; vida que les llevará a conocer de primera mano los horrores a los que es capaz de llegar el ser humano. Monfort y sus colegas trabajan a toda prisa para enmascarar el caso del empresario degollado en el Mercado Central, pero además, el inspector pasará por uno de los peores momentos de su vida al ver que su madre, ingresada en un hospital de Barcelona, se debate entre la vida y la muerte.

¿Es Castellón una ciudad tan atractiva como para ser escenario de tramas negras?

Sí, lo es, de la misma forma que estoy convencido de que lo son Cartagena, Soria, Burgos o Murcia. Para mí hubiera sido más sencillo ambientar la serie del inspector Monfort en ciudades como Barcelona, Madrid, Londres (ciudades maravillosas en las que he tenido la suerte de poder vivir), pero ambientar las novelas en Castellón me ofrece un plus de dificultad que me atrae y me divierte. Lo negro y oscuro ocurre por desgracia en todas partes, en Los Ángeles o en Badajoz. Creo que el lector puede llegar a conocer ciudades y provincias a través de las páginas de las novelas. Que el lector pueda viajar sin moverse del sillón de lectura es una de mis metas más importantes. Ojalá estuvieras aquí ha sido galardonada con el Premio Letras del Mediterráneo de novela negra 2017, precisamente por eso, por atraer a los lectores a que visiten la ciudad y la provincia por la que discurren los casos del inspector Monfort.

De las tres entregas del inspector Monfort, ¿cuál le ha proporcionado más satisfacciones?

Como a los hijos, se les quiere a todas por igual. No hay distinción, cada una es diferente, se pueden leer por separado para que el lector no tenga la necesidad de empezar por el primero ni la impostura de tener que comprarlos todos. Satisfacciones me han proporcionado las tres. Muchas.

Ofrézcale algún consejo al lector de novela negra.

No soy nadie para dar consejos, y menos a los lectores a los que creo muy inteligentes, pues ellos son los que marcan realmente el camino de aquellos que escribimos. Pero si me permitiera decir algo al respecto, diría que leyeran más allá de aquello que se publicita hasta la extenuación, de los grandes éxitos, de las novelas escritas por personajes mediáticos. A veces, tenemos mucho más cerca de lo que imaginamos aquello que realmente nos hará disfrutar de un buen rato de lectura, que es en realidad para lo que estamos, para que el lector se lo pase bien.