¿Qué es para usted una buena novela negra?

Para mí, una novela negra de calidad es aquella que además de presentarnos una muerte sorprendente y un misterio acorde, también presenta a unos personajes profundos, que desarrollan sus miedos, pasiones e ideas a lo largo de la trama. Pienso que la buena novela negra trasciende la trama y va más allá, a un nivel más profundo de evolución de sus elementos. Eso sí, el caso que se plantea tiene que ser atractivo. Nadie quiere una novela negra tan sumamente intimista o lírica que no cuide su argumento y que termine por no enganchar. Es esencial que te atrape desde las primeras páginas.

¿Cuáles serían sus personajes y autores negros favoritos?

Una pregunta difícil. Yo me inicié en esto de los misterios con el mejor detective de todos los tiempos, el señor Sherlock Holmes, del cual me declaro fan incondicional. Más tarde descubrí a los clásicos del género negro, como Chandler y su Philip Marlowe. Finalmente conocí al que a día de hoy es mi sabueso favorito: el inspector sueco Kurt Wallander, creación del difunto Henning Mankell. Pero mis romances detectivescos no terminaron con Wallander, ya que después he conocido a autores nacionales tan geniales como Toni Hill, autor de la trilogía de Héctor Salgado, ubicada a Barcelona.

¿Se ha sentido atraído por este género desde siempre?

Rotundamente, sí. Creo que hay cierta mística y cierto morbo en la muerte, ¿no? El hecho de que un cadáver aparezca en extrañas circunstancias, y que se produzca un desfile de sospechosos, pistas, giros en la trama… Hay una cantidad de elementos que a mi entender hacen de este género el más juguetón de la literatura, el que mejor permite la intervención del lector, que quiere anticiparse y averiguar quién es el culpable.

¿Qué opina de la expansión que vive en España este tipo de literatura?

Una gran cantidad de escritores nacionales han sabido adaptarse a las exigencias del género. Donde antes valía con un crimen atractivo, los lectores comenzaron a demandar unos personajes más profundos, subtramas, mayor realismo y humanidad, crítica social… Estos elementos, que siempre se les han atribuido a los grandes autores escandinavos, han estado presentes durante las últimas décadas en las letras de autores como Lorenzo Silva, Marta Sanz, Dolores Redondo, Antonio Parra, Alfonso Gutiérrez o el mismo Toni Hill. Puede decirse que la novela negra está a buen recaudo en España. Hay un gran número de sospechosos habituales, y creo que si no lo somos ya, pronto seremos un referente mundial. No creo que nuestros mejores autores tengan mucho que envidiar a los mejores autores escandinavos, y lo dice alguien que idolatra a Henning Mankell y a Camilla Läkberg.

¿Y qué le ha traído a participar en estas jornadas, qué espera de Cartagena Negra?

Cartagena Negra se ha convertido en un referente en el panorama noir español, y para mí es un orgullo haber sido invitado. ¿Qué espero? A mis 29 primaveras todavía no tengo mucho que enseñar, pero sí que tengo mucho que aprender. En este marco incomparable voy a reunirme con auténticos referentes de la novela negra que me aportarán mucho para que pueda seguir desarrollándome como autor, y si al mismo tiempo soy capaz de aportarles algo a ellos, me daré por satisfecho.

¿Cuáles son sus armas y métodos preferidos a la hora de matar?

No tengo un instrumental homicida predilecto, y si lo tuviese, no lo guardaría en un doble fondo de la caja fuerte que hay detrás del cuadro colgado en la pared de mi dormitorio. Me encanta crear confusión, por ejemplo, presentando un cadáver al que parece que le ha ocurrido algo evidente -como puede ser un suicidio-, y que luego, conforme la trama avance, se descubran las circunstancias reales de la muerte.

Elija algún personaje real para quitar de en medio y justifique el crimen, claro.

Odio no ser original, pero seguramente quitaría de en medio a todos los políticos mangantes que tenemos. ¡Pero no matándoles! Con encerrarles a la sombra unos añitos y con que devuelvan hasta el último céntimo que nos han robado sería suficiente. ¿Matar? Mataría a la Esteban, pero básicamente por la competencia literaria que supone para todos los escritores que, como yo, no podemos alcanzar su excelso nivel. Me despierta envidia, como ves. Con un pica-hielos.

¿Quién es César Giralt y qué tiene de especial como para protagonizar una novela negra?

Si bien el inspector Giralt resulta estereotípico en algunos aspectos (malhumorado, sarcástico, problemático), es también singular en muchos sentidos. César perdió a su hermana a manos de un terrible asesino en serie, y en cuanto lo cazó, en lugar de entregárselo a las autoridades, lo ejecutó a sangre fría. Ese suceso sin duda le cambió, y desde entonces arrastra un sentimiento de fracaso por no haber sido capaz de salvar a su hermana y un odio visceral que le impide seguir adelante con su vida y que puede acercarle a la autodestrucción.

¿Cree que Barcelona es un lugar peculiar para la novela negra?

Si pensamos en una ciudad noir dentro de España, esa es Barcelona. Es un lugar precioso con un aire místico, una personalidad propia, montañas, mar, cuna del modernismo… ¡Lo tiene todo! Es un enclave al que se le puede insuflar vida y muerte, y además es una gran ciudad donde podría darse un gran crimen, en términos estrictos de verosimilitud. En mi caso, además, es la tierra natal de mi madre, y es una ciudad que me encanta visitar un par de veces al año.

¿Vamos a volver a ver a Giralt en una nueva entrega de su serie?

¡Sin duda! Y no va a haber que esperar demasiado. Donde lloran los demonios, la segunda novela del inspector Giralt, verá la luz previsiblemente en noviembre. Tanto la editorial, Dokusou Ediciones, como yo, estamos muy ilusionados porque creemos que esta nueva entrega puede ser algo grande. Habrá que esperar a ver qué acogida tiene entre los lectores y la crítica, pero esperamos que como mínimo sea tan buena como la de La pieza invisible.

¿Qué es eso de la Generación 16 y qué tiene que ver con la eclosión que vive el género en la Región?

La generación 16 es un término que acuñó Asensio Piqueras. Convocamos una feria del libro en Murcia en 2016, y entonces nos dimos cuenta de que había una gran cantidad de autores que habían publicado sus obras entre 2015 y 2016. Muchos de ellos éramos autores de novela negra, como Cristóbal Terrer, Alfonso Gutiérrez o yo mismo; pero muchos otros simplemente eran autores emergentes de la reunión que compartían la firme voluntad de ayudarse y hacer de nuestra región un lugar con una mayor oferta cultural.

Ofrézcale algún consejo al lector de novela negra.

Como consumidor habitual de novela negra (y de literatura en general) sigo una máxima que puede resultar un tanto despótica: no leo aquello que no consigue engancharme. Para mí, leer no puede consistir en hacer un esfuerzo por avanzar hasta que «la trama mejore». Odio esa premisa. A mi entender, un buen libro tiene que atrapar al lector en las veinte primeras páginas; más si cabe si hablamos de una novela negra, donde el misterio es primordial. Leer debe ser un placer, no un esfuerzo. Ese sería mi consejo: leed para disfrutar.