Cenicienta, la mayor historia jamás contada es la vuelta de tuerca que La Ratonera Teatro le ha dado al cuento clásico. Una vuelta de tuerca en forma de comedia teatral en la que la protagonista acude al baile porque quiere conocer gente y no al príncipe, «pero, si este cae, pues vale».

La compañía huye de los tópicos para centrarse en otros valores, en una obra con texto y canciones originales de Gema Martín y Roberto C. Berrío. Pero esta reinterpretación no trata sólo de la Cenicienta: también es un guiño a los cómicos ambulantes del siglo XIX. Y es que los artistas de La Ratonera se consideran actores nómadas, que viajan de teatro en teatro. Actores nómadas que esta noche se suben a las tablas del Auditorio Parque Almansa.

La Ratonera es una pequeña compañía de teatro creada en 2002 por Roberto C. Berrío y Gema Martín. La crítica la reconocida como un referente en las producciones familiares. Precisamente, en 2012 consiguieron dos importantes premios por Cenicienta, la mayor historia jamás contada. En los Broadway Awards Spain 2012 obtuvieron el premio a Mejor Espectáculo infantil y en los Premios de Teatro Musical consiguieron el galardón a Mejor Musical Infantil.

«Para nosotros fue algo increíble. Te sientes valorado y que el trabajo que llevas años haciendo es realmente bueno», contó Martín, productora y actriz en la obra.

Pero esta versión de la Cenicienta no es sólo para niños. Es una obra con la que, «hasta ahora, también han disfrutado los adultos». Que sea una producción para toda la familia «no significa que si no tienes hijos no puedas ir a verla». «Recuerdo muchas representaciones en las que entre el público había adultos sin niños. Habían oído hablar de la obra y tenían curiosidad. Algunos incluso se hicieron fotos con nosotros», aseguró la actriz.

En el imaginario popular actual, La Cenicienta es un cuento infantil en el que la protagonista lo pasa mal, pero nada que no sea apto para niños. Pero la historia clásica que contaron Charles Perrault y más tarde los hermanos Grimm, «es una historia terrorífica». Disney reinterpretó la obra, la convirtió en cuento infantil. Y en 2011, La Ratonera decidió hacer su propia versión del cuento. «Siempre desde el respeto y con mucha creatividad. Es diferente, pero sin perder la esencia», remarcó la productora.

Un hada que no lo soluciona todo

«En el escenario, nosotros interpretamos a un grupo de cómicos ambulantes del siglo XIX. Al principio de la obra llegamos a un pueblo y nos piden que contemos la historia de Cenicienta. Pero no somos actores y encima tenemos que cantar. Yo hago de mujer barbuda y en el cuento tengo que hacer de Hada Madrina. El maestro de ceremonias, que es Ricardo, hace de hermana fea. Todo está pensado para que el público se divierta», manifestó Martín.

En Cenicienta, la mayor historia jamas contada, La Ratonera se aleja del tópico «joven bella busca príncipe guapo». Más bien se trata de que Cenicienta quería conocer a gente y se fue a un baile, en el que por casualidad conoció a un príncipe. La compañía apuesta por valores como el esfuerzo, la amistad, el respeto o la tolerancia, entre otros. Según Martín, el montaje se inspira en la época Barroca, las películas de Fellini, Berlanga o el surrealismo de Dalí. La obra es un viaje entre la nostalgia y el romanticismo.