Si de algo puede presumir la Región de Murcia con la cabeza bien alta es de su naturaleza y de los innumerables entornos que la conforman por cada uno de sus rincones, desde la Sierra del Carche en el Altiplano hasta Cabo Cope y Puntas de Calnegre en la zona más meridional, pasando por Sierra Espuña, las Salinas de San Pedro o el Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila. Raro es aquel que, nacido en los límites del reino de la marinera, no ha paseado o ha oído hablar de alguno de estos singulares parajes que son emblemas de nuestra Comunidad y que encabezan a menudo la lista de imperdibles para los numerosos visitantes y turistas que llegan a la Región.

Bien es sabido también que el sudeste de España alcanza temperaturas de infarto en los meses de verano, por lo que puede que esas apreciadas rutas de senderismo que cada vez albergan más adeptos no sean las opciones más recomendables para la época de estío. No obstante, para aquellos que estén enganchados a vestir de Quechua y deseosos de colocar su recién adquirido reloj de actividad en la muñeca, hay parajes que invitan a ser pateados si el objetivo es llegar a una tranquila zona de baño donde sería impensable zambullirse en otra época del año.

El paraje de Fuente Caputa cumple con todos los requisitos para convertirse en uno de los destinos preferidos de quienes busquen un lugar en plena naturaleza en el que disfrutar sus días de verano. Este enclave, situado en el municipio de Mula, se encuentra en las proximidades del Embalse de la Cierva, un lugar donde encontramos el letrero de ‘prohibido el baño’ pero al que también merece la pena acercarse por las preciosas vistas que regala. Por suerte, en la poza de Fuente Caputa no solo está permitido remojarse sino que es cien por cien aconsejable. No importa si hemos accedido a través del manantial que alimenta a la Rambla de Perea y que llega hasta el río Mula, o si hemos decidido atravesar ese camino sin asfaltar de 2 km que nos deja en la parte inferior, casi a pie de poza; en cualquier caso el baño es apetecible y, sin embargo, muy poco codiciado quizá por la falta de conocimiento por parte de los que no son aledaños de la zona.

«Parece un hidromasaje»

Desde Guadalupe y Molina de Segura llega un grupo de amigos que, esta misma semana, han descubierto e incluido en su lista de preferidos el entorno de Fuente Caputa. Carmen, Juanfran y Rebeca han terminado sus estudios universitarios recientemente y ahora están disfrutando del verano, por lo que decidieron ir hasta Mula gracias a la recomendación del padre de uno de ellos. «Es la primera vez que venimos y nos estamos llevando una muy buena impresión», comentó Carmen, que agradecía que las rocas hicieran «de muelle», algo que facilita el acceso al agua.

«Te apoyas en algunas rocas al principio y luego tienes que soltarte, porque ya no haces pie», relataron los amigos, que se metieron varias veces a refrescarse en estas cristalinas aguas. «La parte por donde cae el agua parece un hidromasaje, te sientes casi como en un jacuzzi» , confirmaron entre risas, «y además no está muy fría», añadieron.

Reconocieron que para llegar con el coche fue «un horror». «Pensábamos que el GPS estaba equivocado, pero finalmente hemos aparcado y hemos llegado sin dificultades», narró Juanfran quejándose del tramo de 2 kilómetros que habían recorrido por un camino sin asfaltar.

Cerca de ellos, una pareja que no se atrevió más que a mojarse los pies admitió que era su primera visita a la Región de Murcia. Llegados de Francia, desde los Alpes, ella nacida en Madrid y él natural del país galo, aterrizaron en nuestra Comunidad para visitar a una amiga, que les recomendó que se acercaran a Fuente Caputa. «Hemos venido a la poza caminando desde el manantial, a unos diez o quince minutos de aquí», comentó ella, que se sentía indignada con «la tremenda cantidad de suciedad» que encontraron por el camino. «Botellas, pañales, plásticos, colillas... Esto no es normal, la gente no tiene educación», apostilló, aunque reconoció que la zona le pareció «muy bonita y muy auténtica», y por ello insistió en la importancia de «cuidar y preservar todo esto».

Salud medioambiental

El concejal de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Mula, Francisco Javier Llamazares, informa de que «los terrenos de Fuente Caputa tienen titularidad privada», por lo que el Ayuntamiento no tiene competencias directas en el paraje, aunque «los cursos de agua son públicos». Esta última afirmación corresponde a Manuel Ibernón, agente de desarollo local y especializado en Medio Ambiente. Ibernón explica que desde el Consistorio se llevan a cabo algunas acciones para ayudar a la conservación de la zona. «Hace unos años instalamos unos contenedores para facilitar la recogida de basura y periódicamente se vacían», ya que confirma que «uno de los principales problemas del lugar es que la gente tira muchos residuos, y es complicado mantenerlo todo limpio». Añade que en ocasiones organizan en esta misma línea «actividades de voluntariado» con el objetivo de sanear el entorno del flujo del agua, así como excursiones con niños «para que conozcan el valor de esta zona, a modo de tarea de educación medioambiental».

Hay quien compara el marco en el que se ubica Fuente Caputa con el popular Salto del Usero, que se encuentra en Bullas y que este año ha limitado su acceso a un aforo de cien personas al día durante la temporada de verano «con el fin de evitar el deterioro y conservar esta zona de baño del río Mula», según manifestó el edil de Medio Ambiente de Bullas, Juan Valera.

La situación de Fuente Caputa, sin embargo, se encuentra alejada por el momento de lo vivido en Bullas. Incluso en julio y agosto se puede acceder sin problema y el bullicio no es una particularidad de este espacio natural, aunque las tardes y los fines de semana presentan algo más de agitación.

Fauna y flora

Desde el Ayuntamiento de Mula, Manuel Ibernón resalta una de las características que hacen especial a este lugar: su flora. «Por una parte, tiene la vegetación propia de rambla, como adelfas, taray o juncos», detalla, «y al mismo tiempo, por las laderas encontramos la fauna propia mediterránea, como tomillo, romero o pino carrasco».

Precisamente esta última parte de la vegetación rodea y limita la poza junto al acueducto de Perea, dibujándola en un contorno claro y acotado. Además, sirven como recurso que invita a organizar un picnic bajo una agradable sombra que se agradece en las horas fuertes de sol, ya que el terreno impide colocar una sombrilla.

En cuanto al mundo animal, se pueden divisar sapos, ranas y lagartijas, además de multitud de insectos que ahorman la parte más molesta de encontrarse en plena naturaleza. Especialmente recomendable es acudir con algún repelente específico para avispas si no queremos compartir nuestra comida con ellas. Por lo demás, solo queda disfrutar y ayudar a mantener el bienestar de este tesoro de agua dulce.