El talento cinematográfico murciano sale de casa. No se limita a explotar los recursos de la Región sino que se desplaza mucho más allá. Nuestro cine amplía y abarca horizontes cada vez más distantes y, en este caso, conquista un escenario extremadamente inhóspito, sobrecogedor y, lo que resulta aún más pasmoso, llega a él antes que nadie. El director murciano Luis Endera será la primera persona del mundo dispuesta a rodar un largometraje en Spitsbergen, una isla situada al norte de Noruega, en una base minera rusa que fue abandonada en el tiempo récord de dos días en 1980. La película se llamará Pyramiden y constituye el proyecto más ambicioso de toda su carrera.

Luis Endera es director, guionista y músico de cine. Nació en la capital del Segura en 1972 y durante su juventud estudió música en el Real Conservatorio de Murcia, llegando a terminar el quinto curso de piano. Ha completado una ingeniería técnica en imagen y sonido en la Universidad de Salford en Manchester (Reino Unido) y trabajó en distintas profesiones relacionadas con sus estudios hasta que decidió volcarse en el sueño de su vida, realizar cortos y largometrajes.

Lo poco que se puede adelantar es que Pyramiden será un thriller psicológico que versa sobre una pareja joven dedicada a viajar por el mundo y a contarlo en un blog especializado. Visitarán la isla noruega y su pueblo abandonado, donde tendrán lugar una serie de acontecimientos que complicarán su estancia. La historia hará cobrar vida a antiguas leyendas noruegas y, para más detalles, solo resta esperar.

El escenario de su nuevo proyecto «es un pueblo completo: tiene un colegio, un hospital, un centro cultural, un cine y al lado una mina, todo ello abandonado». El lugar está aislado, no tiene electricidad y la ciudad más cercana está a 100 kilómetros en barco, hechos que le enfrentarán al reto de llevar a cabo un rodaje obligado a no sufrir contratiempos: «¿y si se rompe una cámara o alguien se pone malo? habría que esperar a que venga el barco, a lo mejor a las tres horas».

Además de tener el escalofriante plus de haber sido desalojado prácticamente de un día para otro, el pueblo está custodiado por guardias armados con rifles porque «podrían ser atacados por osos polares» y «para evitar que se lleven recuerdos» pues aun conserva objetos de valor.

Entusiasmado con el proyecto, Endera no se explica cómo es posible que él haya sido la primera persona en el mundo con la ocurrencia de ambientar una película en semejante escenario. «Puede que otros no lo hayan visto muy interesante» explica, pero «la gente le saca partido a una cabaña abandonada, ¿como no aprovechar esto?»

El murciano aún tiene mucho cine por delante y tiene claro que sus aspiraciones y futuro van a estar muy ligados a este mundillo que él tanto disfruta. Sueña con seguir haciendo una película cada año o dos, vivir del cine «no de súper lujo» pero con cierta solvencia y verse dentro de diez años con una pequeña productora haciendo películas «y así, feliz». «Me jugaría un brazo por ello».

Campaña 'crowdfunding'

Para poder llevar a cabo el filme, Endera y su equipo han creado la plataforma Pyramiden.es en la que describen la idea del proyecto y da la posibilidad de echar una mano a través del crowdfunding a quien quiera apoyarlo y desee ayudar a su financiación. El director viajará en agosto a la isla noruega para grabar un cortometraje con el cual desea motivar este apoyo y poder llamar la atención de alguna distribuidora.

De ello dependerá la cantidad de recursos y tiempo que pueda emplear para el futuro rodaje, aunque el murciano ya ha demostrado anteriormente que es posible hacer una película con pocos recursos y que funcione. En 2015 estrenó Desde el infierno que fue rodada en doce días y contó con un equipo de solo diez personas, y el año pasado lanzó Desiertos que se grabó en cinco días y «encima uno de ellos llovió». Se trata de sus dos últimos largometrajes y han gozado de una gran acogida por la crítica.

Ambas podrán ser visionadas por todos aquellos que colaboren en el crowdfunding de Pyramiden.

El micromecenazgo, puramente hablando, puede ser considerado como una forma de financiación, pero para Luis es un método que le acerca a sus mecenas y le «toca la fibra».

El director cuenta que «hay gente muy apretada de dinero que incluso te pone 10 euros», los cuales adquieren más peso por lo que el «gesto de voluntad» aporta en sí. «Hay personas que viven mucho mi película» explica Endera, quien asegura «eso me emociona y tengo en cuenta sus opiniones y hacerlos partícipes en todos mis trabajos».