Alba Rey García (Águilas, 29 de junio de 2002) tenía apenas cuatro años de edad cuando empuñó por primera vez una raqueta de tenis. Su hermano mayor tuvo la culpa. Ella quiso seguir sus pasos y ahora, más de diez años después, ha vivido una temporada que difícilmente puede olvidar una deportista de su edad. Después de conquistar su primer torneo del circuito ITF Júnior, la Gran Canaria Yellow Bowl, le llegó la oportunidad de debutar con la selección española, con la que conquistó la medalla de bronce en el Campeonato de Europa. Además, fue campeona nacional de dobles y recibió la convocatoria para participar en el Mundial Júnior. Todo eso en apenas tres meses muy intensos, donde su carrera deportiva ha dado una gran salto en el tiempo, teniendo la oportunidad de codearse con las mejores tenistas del mundo.

«Ganar una medalla en el Europeo fue muy bonito, ya que tuve la oportunidad de representar a España en una gran competición. En ese momento me sentí muy bien, recogiendo el fruto el trabajo realizado en estos años», afirma esta aguileña de padres granadinos que con siete años ya tenía licencia con el Club de Tenis Águilas, donde sigue trabajando diariamente a las órdenes de Rubén Aguado y Jonathan Marín, sus entrenadores. El año ha sido de constante crecimiento para Alba Rey, quien afirma que «he ido de menos a más, teniendo la oportunidad de enfrentarme a tenistas mayores y de competir al más alto nivel. Pero sin duda, disputar el Mundial y el Europeo con España ha sido una experiencia única», comenta. Pero la temporada 2018 aún no ha acabado para esta joven promesa de 16 años recién cumplidos, ya que en las próximas semanas va a dar el salto a los torneos absolutos, jugando las previas en Castellón y Nules de dos WTA de 15.000 dólares. «Mi objetivo en estos momentos es ir poco a poco, conseguir algún punto y tener así la posibilidad de ahorrarme jugar las previas de estos torneos», explica la joven jugadora, quien tiene que viajar diariamente hasta Murcia, Alicante o Almería para poder entrenar junto a tenistas de su mismo nivel, un hecho que también le ha hecho madurar más rápidamente.

Hace justo un año tuvo que dar un giro a su vida diaria ante la imposibilidad de compaginar los estudios con el tenis. «Empecé a estudiar 1º de Bachiller a distancia para poder llevar adelante ambas tareas. La verdad es que me está yendo bastante bien porque soy bastante organizada desde pequeña»m, dice. Además, a partir de 2019 el nivel de exigencia crecerá aún más para Rey, puesto que tendrá que realizar más salidas al extranjero y en España ya solo competirá en Campeonatos de España y en torneos de la WTA. Pero esta joven ya está preparada para esos nuevos retos que se le presentan en su corta e intensa vida deportiva.