El madrileño Guillermo Fernández Romo (23 de noviembre de 1978) ha sido la persona designada por el consejo de administración que preside Guillermo Martínez Abarca para que tome las riendas de la secretaría técnica del Real Murcia para la próxima temporada. Su experiencia está contrastada, ya que además de trabajar en dos clubes de Primera (Betis y Celta de Vigo), sus conocimientos sobre la Segunda B tras haber desempeñado sus tareas en entidades como el Melilla, el Pontevedra, el Alcoyano y el Olímpic de Xátiva ofrecen cierta seguridad. Se trata de una persona que tiene tanto el título de entrenador como el de director deportivo y el optimismo fue la nota predominante en una presentación en la que apenas pudo ofrecer detalles de lo que quiere construir para la siguiente temporada.

«Además de agradecer a la institución y al presidente que hayan confiado en mí para este proyecto, tengo que decir que llego al Murcia cargado de ilusión y de optimismo porque sabemos que nuestro final tiene que ser conseguir el ascenso de categoría. Tenemos once meses por delante para conseguirlo y mi objetivo es no parar de trabajar para llegar lo más alto posible», dijo Fernández Romo en sus primeras palabras como nuevo director deportivo grana.

Se supone que la llegada de Romo al despacho que antes habían utilizado tanto Sergio Fernández como 'Chuti' Molina, con quien el madrileño dice tener una buena relación personal a pesar de dar la impresión de tener mucha más tacto que el manchego, es algo así como la antesala de la llegada de un nuevo entrenador, una figura que con Fernández Romo ha roto ciertos esquemas, ya que algunos de los técnicos que parecían estar mejor posicionados han perdido cierta fuerza ante las opciones que baraja el madrileño. «Necesitamos un entrenador que haga mejores a los jugadores y tengo algunas propuestas para saber lo que opina el consejo al respecto», añadió Romo.

«Al consejo le ha gustado que soy yo mismo siempre y también la información que manejo de la categoría y que puede sernos de mucha utilidad. No tengo ningún miedo de hacer frente a un cargo tan importante en el Real Murcia, pero sí que siento mucha responsabilidad. Ahora mismo se nota cierta tristeza por cómo terminó la temporada, pero también digo que mi obligación será poner toda la ilusión posible en los jugadores, que son los que nos tienen que llevar a cumplir el objetivo».

Sobre si la decisión de quién será el nuevo entrenador se iba a tomar con mayor o menor celeridad, Fernández Romo quiso decir que «nos gustaría alguien que conozca el Grupo IV, pero todavía no hemos decidido nada. Es un error que una persona sola decida quién debe ser el entrenador porque aquí las decisiones se toman de manera democrática». «Está claro que queremos un remedio inmediato y tiene que ser una persona con la capacidad suficiente para las exigencias que hay que dominar en esta categoría y que necesitamos sin ninguna duda. Para hablar de los jugadores necesito un poco de tiempo porque en teoría no se sabe si competiremos en el Grupo III o en el IV, aunque yo prefiero este último no porque sea más fácil, sino porque no tiene posiblemente tanta igualdad como en el otro», quiso apuntalar el nuevo responsable de la parcela deportiva y, en unos pocos días, de comenzar a ofrecer renovaciones por un lado y alguna baja por otro.

La tarea que tiene por delante Fernández Romo es complicada, pero cuenta con un punto a su favor. Llega de fuera, en principio sin contaminar por todo el ambiente que rodea últimamente la Nueva Condomina. Si le dejan hacer su trabajo y si cuenta con la inestimable dosis de fortuna que siempre hace falta, el reto del ascenso será mucho más asequible.