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Fútbol sala

El Jimbee Cartagena tumba al Barça

Triunfo por 4-3 gracias a un gol de Motta en el minuto 39

Paco Sarabia

Paco Sarabia

El Jimbee Cartagena tomó la arriesgada decisión de declarar ‘Día del club’ el choque ante el Barça. Podía existir el peligro, al obligar a los abonados a pasar por taquilla, de vivir un ambiente más desangelado de lo habitual. No fue así; el Palacio de los Deportes volvió a vivir una tarde de las que hacen afición, una de esas que explican por qué el Jimbee Cartagena se ha convertido en una referencia del fútbol sala nacional. El equipo de Duda derrotó al todopoderoso Barça (4-3) en un duelo vibrante y con un guion que ya parece una marca registrada del cuadro rojiblanco: sacrificio cuando el rival aprieta, orgullo y un golpe de genio en el tramo final para llevarse el gato al agua. Otra vez, un gol en el último minuto rubricó una victoria que consolida el carácter ganador de este grupo antes de embarcarse en su aventura europea.

Porque el Jimbee Cartagena tiene mil maneras de ganar, pero todas nacen de la misma esencia: trabajo, sacrificio y confianza ciega en sus posibilidades. Cuando el partido se enreda, el conjunto cartagenero se mueve como pez en el agua y, cuando huele la oportunidad, muerde. Así lo volvió a demostrar ante un Barça que llegaba con la etiqueta de gigante, de líder y de único equipo invicto en liga hasta el momento, pero que acabó sucumbiendo ante la fe inquebrantable de los de Duda.

Osamanmusa con el esférico

Osamanmusa con el esférico / Loyola Pérez de Villegas

El encuentro comenzó con un Barça más cómodo en la circulación y con mayor presencia ofensiva, pero el primer golpe lo asestó el cuadro portuario. En el minuto seis, el recién recuperado Cortés avanzó por el perfil izquierdo con su habitual intensidad y su chut se encontró con Tomaz, que, con el colmillo afilado, mandó el balón al fondo de la red en boca de gol.

Sin embargo, el Barça reaccionó con la calidad que se le presupone. En una acción de estrategia perfectamente ejecutada, Pol Pacheco igualó la contienda, haciendo justicia a los méritos de los azulgranas hasta ese momento. Pero el ADN del conjunto portuario no entiende de concesiones ni de bajones: apenas un minuto después, otra jugada ensayada, esta vez salida de la pizarra de Duda, terminó con Waltinho definiendo tras una asistencia de Darío en un córner. 2-1 y el pabellón rugiendo. El Jimbee, siendo el Jimbee una vez más.

Eran los mejores minutos de los cartageneros, que incluso pudieron ampliar la renta antes del descanso. Pero el fútbol sala, caprichoso, volvió a mostrar su crueldad. Cuando el cronómetro agonizaba, con solo ocho décimas por jugar, Pito aprovechó un error de concentración de Jesús Izquierdo para robarle la cartera dentro del área y empatar el partido. Un golpe psicológico que no tumbó al Jimbee, pero sí recordó que ante rivales como el Barça, cualquier error se paga muy caro.

El segundo acto comenzó con los de Javi Rodríguez tomando la iniciativa, pero sin encontrar el camino al gol ante un sólido Chemi, que volvió a hacer un partido descomunal, y una defensa muy ordenada. Y, cuando peor lo pasaba el Jimbee, volvió a emerger la personalidad de un equipo que nunca se desconecta y que sabe que su momento puede llegar. Gon Castejón, uno de los nombres propios del encuentro, se inventó una pared con Waltinho y, con un disparo seco y ajustado al palo, devolvió la ventaja a los locales (3-2).

Waltinho celebra con Darío Gil el 2-1

Waltinho celebra con Darío Gil el 2-1 / Loyola Pérez de Villegas

El duelo entró entonces en una fase eléctrica, con ocasiones en ambas áreas y el ritmo propio de una final anticipada. Antonio Pérez, con un zapatazo a la escuadra, firmó un golazo para empatar de nuevo y poner el 3-3, dejando el desenlace abierto a la épica. Y en la épica, ya se sabe, hay un equipo que se mueve mejor que nadie en los últimos años.

A falta de poco más de un minuto para el final, el propio Antonio vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con un jugador menos. Error imperdonable ante un Jimbee que no necesita segundas invitaciones. En, prácticamente, la siguiente acción, Motta apareció en el momento justo, en el lugar preciso, para desatar la locura. El ‘Mottazo’ final (4-3) hizo vibrar al Palacio y volvió a sellar una victoria agónica.

Con este triunfo, el conjunto de Duda adelanta al Barça en la clasificación, aunque con un partido más, y reafirmando su candidatura a todo. El equipo llega lanzado a su estreno en la Champions League del próximo jueves, cargado de moral, confianza e ilusión.

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