Primera RFEF
FC Cartagena: Alejandro Arribas, atrapado en la telaraña de Duino
El exfutbolista se planta ante el inmovilismo de los dueños del FC Cartagena y negocia ahora un nuevo contrato para concluir el proceso de forma inmediata

Alejandro Arribas / Ivan urquizar
Continúa el lío en el Fútbol Club Cartagena. Esta rocambolesca situación que mantiene al club sin representación institucional, con dos figuras en la presidencia y en la que no se sabe bien quién hace qué, no podía llegar muy lejos. Y menos aún si el que paga el pastel es el único que aún no puede comer. Alejandro Arribas se ha plantado ante la desobediencia de Paco Belmonte y el inmovilismo de Felipe Moreno en cuanto a la transferencia de la propiedad del FC Cartagena y negocia un nuevo contrato para finiquitar la compra.
El club albinegro es, desde hace mucho tiempo, el escenario ideal para aprovechar la situación y jugar con el útil sentimiento de la afición cartagenera. Ya ocurrió hace diez años, con el club en estado crítico, y volvió a ocurrir este verano en un momento clave. Los ‘beneficiados’ son los mismos, aunque desde una posición diferente.
Felipe Moreno y Paco Belmonte se aseguraron de adquirir el club por su valor mínimo en 2015 intentando, además, no responsabilizarse de alguna de las deudas que en su momento sirvieron como moneda de cambio. Como la del préstamo de Francisco Guardiola, juzgada recientemente y a la espera de resolución. Ahora intentan obtener el máximo beneficio desde la propiedad asumiendo el mínimo riesgo.
Tras descender deportivamente y al borde de un segundo descenso administrativo por impagos, la propiedad buscó desesperadamente una solución y la encontró Alejandro Arribas. El exfutbolista aceptó el trato poniendo su confianza en los dueños de Duino Inversiones y sin indagar demasiado. Puso el dinero para saldar las deudas con los jugadores, evitó el descenso de categoría, aseguró la inscripción del equipo en Primera RFEF y conformó una plantilla de garantías para regresar al fútbol profesional. A pesar de aportar todas las facilidades, Arribas sólo ha encontrado dificultades y piedras en su camino.
Por eso se ha plantado. El comprador del FC Cartagena ha detenido la pantomima y ha dado su ultimátum para obtener la propiedad del club que ha adquirido. Para eso llegó a un acuerdo en verano. Un acuerdo que se puede convertir en papel mojado tras la famosa reunión de Madrid.
Un nuevo acuerdo
Esa reunión entre Alejandro Arribas y Felipe Moreno que pretendía resolver el futuro de la presidencia del Cartagena fue precisamente concebida para negociar un nuevo contrato de compraventa que sustituya al anterior. El primero, acordado en verano y anunciado en los canales oficiales del club, contemplaba un pago a plazos que ha servido como excusa a Paco Belmonte para no abandonar el cargo ni traspasar los poderes. El segundo, se concreta durante estos días.
Lo que pretende Arribas es que este nuevo contrato sirva para obtener la propiedad de manera inmediata y para deshacerse del bloqueo de Belmonte, que no le permite dar un paso sin su aprobación. No obstante, no está siendo sencilla la negociación. El equipo marcha viento en popa a toda vela y eso juega, caprichosamente, en contra de quien lo ha provocado. A favor de quien mantiene la propiedad. En un nuevo acuerdo, Felipe y Belmonte podrían exigir nuevas condiciones más beneficiosas para sus intereses por culpa del buen momento y rumbo del equipo.
O todo, o nada
Para agravar aún más la situación, todo el dinero aportado por Alejandro Arribas desde su llegada a la entidad cartagenera podría estar en riesgo. Si no llega a un acuerdo y termina abandonando la compra del club albinegro, en principio, el madrileño perdería el montante que ha puesto a disposición del club. Estos días serán claves para el futuro de la presidencia y la propiedad del Cartagena. Se decide lejos del Cartagonova y con la mediación del presidente del Real Murcia.
El equipo de Javi Rey vuelve a entrenar tras tres días de ‘puente’
La gran victoria del FC Cartagena frente al Algeciras el pasado viernes merecía una recompensa. Después de sumar la cuarta victoria del curso, que también es la cuarta en casa, ya que sólo ha vencido el cuadro albinegro jugando como local, el técnico cartagenerista dio a su plantilla un respiro. Ese respiro se ha traducido en tres días de descanso desde el domingo hasta la vuelta al césped durante la mañana de hoy miércoles. Quien sabe si era ese el motivo de la efusiva celebración de los jugadores en el vestuario al término del encuentro. Este ‘puente’ improvisado llega antes de una semana muy exigente que tiene por delante el FC Cartagena. Será un duro periodo de la competición con dos partidos de liga y uno de Copa del Rey en apenas seis días. Este periodo comienza el próximo domingo a las 12.00 horas en Marbella y finaliza el sábado 1 de noviembre en el Cartagonova frente al Villarreal B. Entre medias, el miércoles 29 de octubre, tendrá que viajar el cuadro portuario a Córdoba para visitar al Puente Genil en la primera ronda copera con la exigencia física que conlleva disputar un partido a todo o nada tres días después de un compromiso liguero y tres días antes del siguiente.
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