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Baloncesto

El Caesa Cartagena reacciona a tiempo ante el Oviedo (82-78)

Faverani dio al cuadro albinegro la victoria sobre Alimerka, al que se le escapó el triunfo en el último suspiro

José Antonio Muñoz Devesa

Vítor Faverani, tan imprevisible como genial, dio al Caesa Cartagena la victoria sobre el Alimerka Oviedo. El mérito del equipo de Félix Alonso radicó en su perseverancia. Cuando parecía que todo el pescado estaba vendido, que el cuadro ovetense tenía cogida por el cuello la presa, los locales se metieron en el partido ante la sorpresa del rival y del público del Palacio de los Deportes, que no dio crédito a la remontada albinegra. En un último cuarto frenético, el Caesa dio la vuelta al choque merced a un triple de la estrella brasileña casi sobre la bocina.

Con la de hoy, ya son dos la victorias del conjunto portuario, que se convierte en el tercer conjunto que gana en este arranque de temporada al cuadro carbayón. Superado por el trepidante y alocado juego del Oviedo, el Cartagena persistió en sus defectos, que son muchos tras lo visto en estas primeras jornadas. Este sábado tuvo uno muy grave: abusó de los lanzamientos desde más allá de la línea de 6,75 metros. El grupo de Alonso trataba de pegar mordiscos a la desventaja que sufría mediante lanzamientos lejanos, pero ése no era el camino. Paradójicamente, su victoria se produjo gracias a un triple de su jugador franquicia. Una canasta providencial para los intereses de su equipo.

El cuadro albinegro fue un ciclón en el arranque de la contienda. En apenas tres minutos firmó un parcial de salida de 7-2 que obligó a parar el partido al técnico visitante. El Oviedo empezó muy fallón, incluso en segundas opciones. Pero es un equipo con recursos, individuales y colectivos, que no se descompuso con ese primer arreón. Los asturianos, con una defensa muy pegajosa, empezaron a recortar. Cuando no podían correr, a los locales les costaba un potosí encontrar sus lanzamientos. Los carbayones también sufrían en la elaboración de sus ataques. Pero apareció el acierto de Roden y comenzó a coger vuelo el equipo. El primer cuarto acabó con un triple postrero de Svejcar que ponía el 25-22.

En el segundo cuarto, el colectivo de Javier Rodríguez aplicó la misma receta. El cuadro portuario echaba de menos los lanzamientos de larga distancia y también tenía problemas para abastecer a los pívots. Llegó al descanso seis abajo, 41-47, con todo por decidir. El Caesa Cartagena es un equipo de baloncesto racheado en ataque. Y cuando se suelta hace mucho daño. Fue lo que sucedió en el tercer cuarto, en el que logró recortar distancias en el electrónico y entró en los últimos diez minutos con una desventaja de cuatro puntos.

Antes, el Oviedo había sacado mucho jugo del guirigay en el que se convirtió el partido con triples por aquí y por allá. Por un momento, el choque se tornó en un concurso de tres puntos que no beneficiaba en nada a los portuarios, tan espesos en el lanzamiento como en el ataque estático. Solo durante el último cuarto el equipo de Alonso jugó con cierto criterio. Fue el tiempo de Faverani que tomó un gran protagonismo tanto en los tiros como en los rebotes.

Un Caesa muy apagado, incluso torpe -en el ataque perdió balones a porrillo-, espoleó al Oviedo, que aprovechó para sacar petróleo de su trepidante juego y no perderle el pulso al encuentro. Sin embargo, la resistencia visitante se diluyó como un azucarillo al final, algo que ocurrió por la cabezonería de los chicos de Félix Alonso, que se apuntaron una victoria tan agónica como celebrada.

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