Fútbol

Los deberes del FC Cartagena antes de iniciar la temporada

Paco Belmonte, junto a Breis, en su última intervención pública

Paco Belmonte, junto a Breis, en su última intervención pública / Iván Urquizar

Alfonso Asensio

Alfonso Asensio

Ya han pasado tres semanas desde el final de la temporada que terminó con el descenso del Fútbol Club Cartagena desde la Segunda División hasta Primera RFEF y aún no ha realizado el club albinegro ningún movimiento de cara al siguiente curso. Tiene la directiva todo el verano por delante, pero también muchos deberes. El asunto más inmediato es el de los impagos a la plantilla, a solventar antes del 30 de junio. El siguiente paso será crear y presentar la campaña de abonados que vuelva a llamar a la afición y, por último, debe atacar el mercado de fichajes para recomponer un equipo desierto.

El FC Cartagena aún no ha movido ficha en cuanto a la preparación de la campaña 2025-26 que dará comienzo a finales del mes de agosto. Por ahora, sólo existe el rumor de la llegada de Dani Ponz al banquillo albinegro mientras que el apartado de fichajes no parece prioritario. Otros temas, esencialmente financieros, mantienen ocupados al club cartagenero.

La aparente inactividad del Cartagena puede deberse al trabajo en la sombra que supone la presentación de los documentos para solicitar la compensación por descenso de LaLiga. El plazo para la presentación de estos documentos es de hasta 20 días hábiles después de la fecha de abandono de la categoría y debe dirigirse a la Comisión Delegada de LaLiga con un balance de sumas y saldos; una relación de todos los acreedores a los que el club debe dinero; una copia de la información contable remitida al CSD; un certificado acreditativo de las deudas con la RFEF, si existen; una lista de todas las reclamaciones judiciales en contra del club; y un certificado que indique las categorías en las que ha militado el club en los últimos diez años.

Todos estos apartados son de suma importancia y ganan especial relevancia en el caso del Cartagena. En el centro de todo están los impagos a la plantilla, producidos este año. Aún debe la entidad portuaria varias mensualidades a algunos jugadores -con otros ya ha cumplido- y los 1,25 millones de compensación por descenso están en el aire. Tal y como detalla el artículo 7 del Reglamento General de la Liga de Fútbol Profesional, «El pago del importe de la compensación económica por descenso de categoría se hará efectivo siempre que se encuentre al corriente de sus obligaciones económicas».

Le queda al Cartagena una semana para desbloquear esa compensación mediante el pago de las nóminas atrasadas con los jugadores, ya que el próximo lunes 30 finaliza el plazo para la presentación de todos los documentos antes mencionados con sus condicionantes. No obstante, ese no es el único tema que preocupa en el Cartagonova. También sigue pendiente el club cartagenero de pagar el finiquito de Abelardo tras su despido en septiembre del año pasado. Aunque no tenga una incidencia directa en otros asuntos financieros, es una deuda que sigue lastrando las posibilidades del club.

Todos estos aspectos han podido retrasar el anuncio de la campaña de abonados, que el año pasado inició el 7 de junio. Los socios albinegros pudieron renovar su carnet de manera anticipada y con ciertas ventajas desde el 7 de junio hasta el 8 de julio, un periodo que casi ha expirado ya y con el que no cuenta el club. El Real Murcia, con quien compartirá categoría el Cartagena el próximo curso, tampoco ha presentado su campaña, pero sí lo han hecho otros clubes como el descendido Tenerife, el Alcorcón o el Sanluqueño, entre otros.

La última tarea, si consigue el FC Cartagena solucionar las otras, será la de entrar en el mercado de traspasos con la intención de rehacer el equipo. Sólo cuenta el equipo con Ortuñoy Assane Ndiaye, mientras que todos los demás abandonan el barco. También lo podría abandonar Ndiaye, con interés de clubes de Segunda División como contó esta redacción días atrás.

Tiene trabajo por delante la directiva cartagenera antes de empezar un nuevo curso con la intención de ascender, tal y como adelantó a las peñas el presidente Paco Belmonte.

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