Entrevista | Enrique Garcés de los Fayos Psicólogo y escritor

"Desconectar e irse de fiesta debería ser obligatorio y estar prescrito psicológicamente"

El profesor de la Universidad de Murcia y escritor Enrique Garcés acaba de publicar el libro Psicología y tenis. Manual para tenistas, entrenadores y familias. Ayudar a los entornos a gestionar a los jóvenes deportistas es el objetivo de esta publicación.

Enrique Garcés de los Fayos, en una de las pistas del Murcia Club de Tenis.

Enrique Garcés de los Fayos, en una de las pistas del Murcia Club de Tenis. / Israel Sánchez

Dioni García

Dioni García

¿Qué es Psicología y tenis?

He planteado la búsqueda de un entrenamiento psicológico integral haciendo un recorrido por los diferentes capítulos del libro, cómo el entrenamiento psicológico tiene que ir acompañado con los padres y los entrenadores. Lo que planteo también es cómo o trabajar con el entrenador para que sea el ayudante en la parcela psicológica, y con la familia, trabajar para intentar, en la medida de lo posible, aunque actualmente se está complicando mucho, que el comportamiento hacia el tenista sea el idóneo.

¿En qué ves que los comportamientos de las familias no son los idóneos?

El tenis se ha caracterizado toda la vida por desarrollar comportamientos muy educados, donde se respetan mucho las normas y se cuida al tenista, pero ahora se ven en las pistas más hooligan, no tanto, pero algo parecido. Por ejemplo, me contaban el otro día el caso de una madre en Valencia metiéndose en la pista para tratar con la niña no sé qué cosas. Hemos llegado a sobreproteger a los chavales con comportamientos extraños, y en muchos casos, comportamientos desordenados, con malos gestos y expresiones fuera de lugar. No llega a ser, por suerte, lo que se ve en un campo de fútbol, pero están haciendo sus pinitos.

¿Has visto a lo largo de los años muchos niños y niñas abandonar el tenis por la presión familiar?

En 34 años que llevo en esto he visto muchos casos, y dentro de ellos he visto los que clarísimamente abandonan por las presiones, y otros que buscan otro tipo de excusas y se van aunque no te dicen que se van porque sus padres les presionan, pero lo vas notando en que no llevan bien la presión y terminan marchándose. Intuyes esa relación directa.

¿Los padres quieren tener un Federer, un Nadal y ahora un Alcaraz?

Ahora es Carlos Alcaraz. Tú sabes que he vivido momentos bonitos en la historia del tenis murciano como cuando Nico Almagro llegó a número nueve del mundo y ahora el pedazo de jugador que es Alcaraz. En ambos casos pasa lo mismo, que tienes una referencia evidente y cercana, porque Nico era de Algezares y Carlos de El Palmar, fíjate si ambos son cercanos. Los padres piensan que si ellos han podido, sus hijos también. Muy poquitos te dicen que quieren que sea como Alcaraz, pero el modelo que persiguen es ese.

¿En los entrenadores también has encontrado comportamientos poco adecuados?

No, en los entrenadores pasa todo lo contrario, aunque también hay alguno que otro que son la excepción, pero es muy raro. Es un tema de espectadores que están fuera de la pista. En el caso de los entrenadores y tenistas jóvenes, creo que el entrenador está cada vez mejor formado. De hecho, me estoy moviendo por bastantes clubes donde estoy presentando el libro donde me encuentro técnicos con una formación espectacular, y lo hacen bastante bien. Pueden cometer los errores lógicos porque no saben intervenir psicológicamente porque no los han enseñado, pero los jugadores suelen llegar bastante bien salvo los que están saturados por la familia. El problema tal y como lo veo es a partir de salir de la pista de tenis, cuando estás fuera y ves a tu hijo que gana o pierde, es ahí donde he comprobado que es donde surgen grandes problemas.

¿Se les sobreprotege?

En cierta medida sí, porque también la sociedad que tenemos ahora es muy diferente a la que tuvimos nosotros, donde nuestros padres nos dejaban más hacer, pero los de ahora están más encima. Así, a un niño de 13 o 14 años los padres no son capaces de enseñarle el orden, y los sobreprotegen tanto, que llegan educados y disciplinados, pero están haciendo tanta inversión personal en todos los sentidos con estos críos, que la palabra disfrute desaparece y empiezan a aparecer otras cosas. Eso sí, no quiero demonizarlos, pero les faltan habilidades piscológicas. Muchas veces les cuento que la función del padre es ser taxista, y que se deben comportar como taxistas y no como aficionados. Si llevan a sus hijos a jugar a Yecla, pierde y vuelves desde allí metiéndole la bronca, diciéndolo lo que tenía que haber hecho, generas una violencia psicológica innecesaria. No es la que lancen un botellazo ni nada de eso, pero ese tipo de comportamientos van minando a los jóvenes tenistas, creando una frustración que provoca que tiren una raqueta o chillen en la pista. Todo eso son consecuencias de lo que estamos hablando.

¿Está ayudando el ejemplo de Alcaraz para que más padres piensen en los beneficios del psicólogo?

En el caso de Carlos Alcaraz, como lo están haciendo muy bien en cuanto al conjunto de técnicos que le rodean, que le apoyan en las diferentes parcelas, al final lo que observo es que las familias están más sensibilizadas y aparecen en el tenis con más ganas de hacerlo bien. Por ejemplo, noto que ahora están más abiertos a aspectos como la psicología, aunque el tenis es un deporte que habitualmente se ha abierto a la psicología, pero ahora lo noto más.

Se ha hablado mucho del documental de Netflix, donde creo que la gente se ha quedado con la idea que tiene Alcaraz de disfrutar del tenis y de la vida y no del sufrimiento que lleva detrás. ¿Piensas que se ha sacado de contexto todo?

Absolutamente, y algunos compañeros suyos como Bautista, con sus declaraciones, han ayudado. No se puede ser un jugador de rendimiento si te vas de fiesta, y lo dice un jugador que ha estado ahí pero nunca ha ganado nada como Bautista, y Alcaraz se divertirá mucho, pero lleva cinco Grand Slam. Al respecto, te puedo contar una anécdota. El último congreso de la Sociedad Iberoamericana de Psicología del Deporte coincidió con el momento donde Carlos tuvo la reacción de romper la raqueta el año pasado, y la gente empezó a decir que era el fin del mundo. Tuvimos la suerte de que allí estaba Isabel Balaguer, su psicóloga de verdad, y se le preguntó en el congreso cómo veía la reacción de Alcaraz tras romper la raqueta. Ella dijo que veía a un chico de 21 años que se está formando, que está trabajando por ser un gran tenista, que había ganado hasta ese momento cuatro Grand Slam, que no veía una dificultad más allá de una reacción que en cualquier momento puede pasar, y que no pasa absolutamente nada que ocurra. Ella está haciendo un gran trabajo con Alcaraz porque él sigue disfrutando del tenis. Yo creo que un deportista, por muy profesional que sea, tiene que disfrutar del deporte que está haciendo, porque están el rendimiento y el resultado, y y no hay atajos para conseguirlo ni en los más pequeños y ni en los más profesionales. Siempre voy con el mismo discurso, que lo primero es disfrutar y después viene el rendimiento y los resultados. A veces buscamos la inmediatez de las cosas, buscando solo si el tenista ha ganado o perdido. Lo más espectacular de la final de Roland Garros del otro día no fue ese partido que ganó, para mí lo más espectacular es que cuando se clasificó para la final, Alcaraz dijo que la veía como un partido más. Eso me sonó a un muy buen trabajo psicológico porque en sí es un partido más. Es evidente que conlleva una repercusión mayor que otro, pero si solo estás pensando en el resultado final, estás muerto. Y después también es importante que después del resultado que obtuvo se vaya de fiesta, que desconecte después de dos semanas de gran presión, que es algo que debería ser obligatorio y que yo pondría como prescipción psicológica. Si has perdido en primera ronda es evidente que tienes que seguir trabajado, pero si has llegado a la final, tienes que desconectar ya que tienes el siguiente torneo enseguida. Algunos entrenadores solo piensan en volver al entrenamiento de manera inmediata y eso es un error porque los chiquillos dejan de disfrutar.

Fíjate que el otro día, en una conversación pública, Corretja le decía a Ferrero que se acordara de las fiestas que ellos se habían pegado.

Claro, por eso te digo que el concepto de fiesta cada uno lo maneja como quiere. Para mí es una desconexión necesaria. Aunque yo nunca me iría a Ibiza, cada uno va donde considera mejor buscando esa desconexión tan necesaria para regresar recargado. Te digo más. Incluso ahora que estoy trabajando con algún profesional que está lejos del nivel de Alcaraz, después de hacer un torneo regular, tiene que parar. Pasa una cosa, que esto no es el fútbol, donde están muy planificadas las temporadas, donde ahora mismo llevan ya dos semanas de vacaciones y no volverán hasta dentro de un mes. Pero esto no pasa en tenis, aquí un tenista no tiene más de dos semanas de vacaciones, eso es rarísimo, por eso hay que ir metiendo micro vacaciones.

La madre de Carlos, Virginia, llega a decir en el documental que no quiere que su hijo sea un juguete roto.

Así es. En el libro menciono en varios momentos que el gran éxito final de la carrera de un tenista no es ganar 20 Grand Slam, el éxito es que al final, cuando terminas y te retiras siendo Nadal, Alcaraz o cualquier otro, que no salga afectada lo más mínimo tu personalidad, que la persona que está dentro tiene que salir intacta, porque si no es así esto es un desastre. Para qué quiero un deportista, y me vienen a la cabeza Pantani y Maradona, si luego no va a saber cómo manejarse en la vida. Por lo que intuyo y leo, creo que con Carlos Alcaraz se está haciendo muy bien porque está primando la persona, y la vida es para disfrutarla, no es para sufrirla. Hay algunos entrenadores que esto lo conciben como que tiene que ser agónico, y ahora se ha puesto de moda el caso de una chica de Hellín que va a los torneos y duerme en el coche, como el método Williams. El otro día se lo decía a su psicólogo, que tiene que explicar a sus padres que el tenis no es agónico, que esto de sufrir no es verdad, esto lo hacían en la Alemania del Este pero se superó, y lo segundo es que también vas a acabar con la chiquilla. También veo algunos tenistas en Murcia que están compitiendo por España a niveles brutales a edades muy tempranas, pero al final, algunos de ellos, cuando tengan 14 o 15, lo mismo dicen adiós, no quieren más este rollo porque la vida son otras cosas. Y ahí estamos, dando el follón y diciendo lo que considero para los que me quieren escuchar.

Por último. Dijo Ferrero tras la final de Roland Garros que «Carlos ha hecho algo sumamente importante que le va a ayudar mucho más si cabe para que crea más en él». ¿Un triunfo como el que consiguió en la final ante Sinner es capaz de reforzar la autoestima de un deportista?

La frase de Ferrero la veo como una frase hecha porque efectivamente este triunfo, pero como el de Roma o Pekín el año pasado, han ido reforzando a Alcaraz por una razón fundamental, porque su entorno o parte de su entorno podrían haber perdido confianza en él por lo que pasó en la gira de Estados Unidos del año pasado. Creo que esto le refuerza, evidentemente, por dos cosas, una por estar más seguro de sí mismo, y otra estar más seguro de que lo está haciendo bien, y eso es lo que le lleva a tener mayor autoestima y a quererse más.

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