Real Murcia

Felipe Moreno: éxito en los despachos, asignatura pendiente sobre el césped

El cordobés afronta su tercer verano al frente del Real Murcia para reiniciar de nuevo el camino del club hacia el fútbol profesional, el único objetivo que se le continúa resistiendo desde su llegada

Felipe Moreno, en el centro, durante un acto institucional en Nueva Condomina.

Felipe Moreno, en el centro, durante un acto institucional en Nueva Condomina. / Israel Sánchez

José Pablo Guillén

José Pablo Guillén

El Real Murcia lleva años teniendo que afrontar ‘finales’. Unas las juega en el terreno de juego y otras también fuera del césped, sin embargo, las alegrías están llegando casi siempre desde los despachos y los sinsabores desde el estadio. En todo lo que respecta a la parcela económica, Felipe Moreno es el goleador que la institución necesitaba. Ha sido capaz de dotarle de una estabilidad financiera a un club casi desahuciado en este aspecto, marcando tantos en escenarios donde nadie esperaba, como el último acuerdo alcanzado con LaLiga o los ya anunciados con Hacienda y Seguridad Social, y optando por tirar de estrategia en otros campos, como un Plan de Reestructuración que todavía falta por ver si es validado por la Audiencia Provincial a principios de este mes de julio.

Todos estos movimientos han provocado que los aficionados del Real Murcia hayan podido recuperar la fe y la ilusión en su equipo. En poder regresar al fútbol profesional una vez que ya se han conseguido hacer todos los deberes por los que un día perdió esa condición en el verano de 2014. Una afición agradecida, pero hastiada cada dos semanas cuando ha tenido que ir a ver su equipo. Y es que si Felipe Moreno se acerca al sobresaliente en su gestión institucional y económica en el club grana, es la deportiva la que se ha convertido en su talón de Aquiles. Precisamente en el punto en el que, avalado por sus trece años en el Leganés, todos pensaban que el empresario cordobés era la persona idónea para armar una estructura deportiva sólida y poder estar en disposición de abandonar la tercera categoría.

Sin embargo, once años después del descenso administrativo, el Real Murcia continúa sin poder disputar un partido (o una eliminatoria) clave que le conduzca directamente a Segunda División. Y será el tercer verano que Felipe Moreno tenga que reiniciar de nuevo el camino del club para buscar el objetivo fundamental y por el que tanto ha peleado también para estar en condiciones de ello en los despachos.

No se le puede negar al presidente del consejo de administración grana su ambición y consciencia del status del club. Y es que durante este tiempo, en varias intervenciones públicas, ha sido el primero en lanzar el mensaje de que había que pelear por la primera plaza del grupo (que otorga el ascenso directo a Segunda División), pero sus palabras no se han visto acompañadas más tarde en la toma de decisiones.

Decisiones en las que, en estos tres años, ha contado con dos directores deportivos distintos. Incluso con la intención de que compartieran el cargo. Aunque todo apunta a que Asier Goiria será el que continúe ahora el trabajo tras una temporada en la que los granas disputaron el play off de ascenso por primera vez en siete años, pero en la que cayeron a las primeras de cambio con una plantilla que no se aprovechó el mercado invernal para reforzarse a consciencia de las debilidades que se venían mostrando desde los primeros meses de competición.

Sin dar la tecla con el banquillo

Presumía también Felipe Moreno de ser un gestor paciente con sus entrenadores, pero esa paciencia tampoco se ha transformado en resultados. Y es que el próximo técnico que contrate, cuando se anuncie la rescisión de un Fran Fernández que fue renovado por una temporada más por clasificarse para el play off, será su cuarto en sus dos temporadas completas en la capital del Segura. Algo que también le ocurrió en sus primeros años en el Leganés, con la salvedad de la etapa de Gaizka Garitano, con dos ascensos y tres años consecutivos en Primera División.

Un cambio en el banquillo pudo haber llegado esta misma temporada mucho antes, cuando en el partido ante el Fuenlabrada en casa, a mediados del mes de marzo y a diez jornadas para finalizar el curso, el empresario cordobés ya avisó de que estaba preparado para cualquier escenario si el equipo llega a cosechar un resultado negativo.

Moreno cuenta ahora con el bagaje suficiente de conocer todos los aspectos e idiosincracia tanto del club como de la ciudad, por lo que intentará que a la tercera vaya la vencida. No obstante, ya es consciente de que para ello deberá dar un paso adelante. Un examen autocrítico en el que lo realizado hasta ahora puede que no haya sido suficiente sobre el terreno de juego para poder optar al ascenso, ni si quiera en una temporada en la que ha tenido a tiro el liderato durante varias fases de la misma y se ha ido desperdiciando cada oportunidad. Un aspecto que se suma a lo vivido en la campaña anterior, tirando por la borda casi una primera vuelta por completo debido a una mala toma de decisiones en verano que le llevaron a no poder pelear por estar ni siquiera entre los primeros clasificados.

Aspectos que se suman a la incapacidad de estos años de mostrarse como un equipo sólido en casa, dejando escapar muchos puntos claves, y de diversas planificaciones deportivas que cierran el mercado sin cubrir con garantías todos los puestos del primer equipo.

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