El Palmar ríe y llora de emoción en cinco horas y media de infarto con la victoria de Alcaraz

El Palmar vivió una tarde histórica con el triunfo de su vecino Carlos Alcaraz, que se llevó el Roland Garros en una final para el recuerdo, que duró 5:30 horas, la más larga de la historia del torneo. Decenas de vecinos de la pedanía murciana se dieron cita en el centro Los Colorines para ver cómo su vecino más ilustre, el que ha puesto en el mapa del mundo la localidad, daba la vuelta a un 2-0 en contra y acababa pasando a la historia. Todos los aficionados que se reunieron para ver al tenista murciano pasaron por todos los estados de ánimo durante las más de cinco horas de partido. De la tristeza de ver cómo Carlos se ponía 2-0 abajo en el segundo set, a la tensión de la tercera manga con el tie break, y por último a la alegría máxima cuando, en el último suspiro, su paisano se alzaba con el trofeo en París.

Una pedanía unida que celebró cómo el niño que vieron crecer como tenista se convertía en una leyenda. Para rematar la faena, el alcalde, José Ballesta, llegó al recinto para acompañar a los vecinos de El Palmar en una noche mágica para ellos.

Como era de costumbre cuando Carlos Alcaraz disputa una final de un Grand Slam, los vecinos de El Palmar se dieron cita ante una pantalla gigante, esta vez instalada en el Espacio Joven Los Colorines, con aire acondicionado para combatir el calor de la jornada, para animar desde la distancia a su paisano. Decenas de murcianos, desde las 15:00 horas, estuvieron, acompañando a Carlitos en su lucha por conquistar, una vez más, Roland Garros.

Así vivieron la final de Roland Garros de Carlos Alcaraz en el Club de Campo Murcia

Los vecinos de El Palmar llegaron con muchas ganas y mucha esperanza de que Carlos Alcaraz volvería a tocar la gloria en París. Pero esa esperanza se empezó a venir abajo cuando el tenista murciano cayó en el primer set y estaba obligado a remontar en el segundo para evitar que se le pusieran las cosas cuesta arriba.

Durante la segunda maga, la afición, que tampoco dejó de animar, vio una luz blanca al final del túnel, con el buen juego de Carlos Alcaraz, pero se apagó de repente cuando Sinner puso contra las cuerdas al murciano en el tie break. Los de El Palmar se vinieron abajo viendo cómo se le ponía muy complicada la situación.

En el fondo, los aficionados que animaban desde Los Colorines sabían de lo que era capaz Carlos Alcaraz, y aunque todo estaba en contra del murciano, siguieron manteniendo la esperanza por una respuesta del tenista. Así fue, Carlitos hizo levantar a sus vecinos cuando logró imponerse y poner la final 2-1, venciendo en el tercer set.

La cuarta manga fue un todo o nada: Carlos Alcaraz tenía la posibilidad de igualar la final y dejarlo todo para el quinto y último set, o recoger sus cosas y perder su primera final de un Grand Slam de las cinco que había disputado en su carrera. Los vecinos sufrieron, pero al final saltaron de alegría cuando Carlos remontó 3 bolas de partido de Sinner, y en el tie break, se llevó el cuarto set y mandó el partido a la última manga. Los seguidores que estaban viendo el encuentro desde El Palmar se abrazaban y animaban al grito de «sí se puede, sí se puede».

Llegó el momento de la verdad, el todo o nada. Un quinto set en el que se decidía todo, para bien o para mal. La afición de El Palmar estuvo en tensión todo el tiempo, y no era para menos; estaban viendo cómo Carlos Alcaraz luchaba contra otro gigante como Sinner, para levantar el Abierto de Francia. Estaba siendo una final histórica, y no se podía cerrar de otra manera que con un super tie break a 10 puntos para mantener los nervios a flor de piel. El tenista murciano, muy solvente, consiguió imponerse al italiano por 2-10 y sellar el quinto set con triunfo, siendo campeón de Roland Garros. Los aficionados de El Palmar estallaron con el último punto del tenista. La alegría invadió Los Colorines; todos se abrazaron mientras coreaban el nombre de Carlos Alcaraz. Una final agónica que duró 5 horas y media, pero que acabó con un final feliz para El Palmar.

Los vecinos de El Palmar estallan de alegría tras la victoria de Carlos Alcaraz en Roland Garros

Lo vivido en la tarde de ayer en El Palmar quedará para el recuerdo de todos los vecinos, como el partido entre el murciano y el italiano pasará a la historia como uno de los mejores, que se reunieron para ver cómo Carlos Alcaraz remontaba una final de Roland Garros y acabó tocando el cielo de París en el último set y en el último suspiro. Toda una pedanía unida por Carlos Alcaraz, que volvió a hacer historia a sus 22 años de edad, como también ocurrió en la Real Sociedad Club de Campo, en las mismas pistas donde se formó, donde también se vivió con intensidad durante toda la jornada un triunfo para la historia.