Baloncesto

El Odilo Cartagena logra otra gesta que le deja a un paso de la Final Four

El equipo cartagenero, en un partido con interrupción por un fallo en el marcador, gana en la prórroga al Real Betis y ya está a un triunfo de jugar por el ascenso a ACB (87-83)

José A. Muñoz Devesa

Cartagena nunca olvidará esta temporada. Su fantástica liga regular, cerrada con un brillante séptimo puesto, los partidos felices en su cancha, donde pocos equipos han salido sonrientes, y ahora esta eliminatoria contra el Real Betis (87-83). El conjunto cartagenero golpeó de nuevo al cuadro verdiblanco en los cuartos de final por el ascenso a la Liga Endesa y estampó el 2-1 en la serie antes de abrochar el pase a la Final Four mañana domingo (12:30). Varios jugadores portuarios superaron los 10 puntos en una exhibición ofensiva del conjunto de Jordi Juste que dejó sin opciones a los visitantes, incapaces de contener los golpes que les llegaban de cada esquina y de exprimir el acierto de Hughes (25 puntos).

García de Vitoria agitó el árbol desde un quinteto inicial con variantes de piezas y de estilo respecto al duelo del pasado domingo, en busca de un cambio de guion. Necesitaba el Betis un buen saco de puntos para hacer frente al repertorio de los albinegros y meterle al duelo la misma marcha que su rival. Respondieron con Blat y Domènech desde el perímetro mientras los andaluces alternaban las fichas para mantener la fiebre defensiva. Benite había comenzado ya a controlar el reloj y el Odilo a cerrar los espacios. Cuatro cartageneros rodearon al jugador brasileño y ni así el carioca perdió el balón. El baile de rotaciones le sirvió al técnico andaluz para encontrar la inspiración de Radoncic y de Hughes (16-26 en la primera pausa).

Defensa sevillana intensa. El candado y la velocidad para robar y correr auparon a los béticos. El volcánico Hughes regresó a la pista cargado de adrenalina, aunque los hispalenses habían heredado esta vez el mal de los triples fallados. Domènech viró de dirección para picar por dentro y el maestro Hermansonn le sacó una técnica al conjunto visitante. Esa picardía… El Betis multiplicaba los brazos cuando un jugador local recibía en la pintura. El ritmo del encuentro era altísimo y cada canasta costaba un derroche de sudor por la fiereza de los defensores. El Odilo había resistido a un notable cuadro hispalense en la tregua de un terrenal Hughes. El americano percutió a distancia, como si no le pesaran los años en un choque de tanta intensidad (39-47 en el descanso).

Un triple abrió un careo entre tiradores que pronto aceptaron Doménech y Benite. Al Odilo le costaba más abrirse paso en el ataque estático y erraba cuando encontraba una posición más cómoda; el Betis era feliz quemando pastilla. El cuadro visitante abría una pequeña brecha en el marcador. Suárez ejecutaba a media distancia y en la cancha contraria Ugochukwu aceleraba para herir por el centro. Funcionaba mejor la conexión Cvetkovic-Benite y el Betis dio otro arreón (57-67). La aparición de un pujante Ugochukwu devolvió el aliento a su equipo, pero fue Hughes, otra vez, Hughes, el hombre de las canastas imposibles, quien cerró el parcial con dos tiros libres (61-70).

Llegados a este punto, tres partidos en siete días, los dos aspirantes a la Final Four ya se conocían de memoria. Los puntos fuertes y los débiles. Ya no hay mucho margen para las sorpresas. Y ahí, solo queda mirar al frente, y no negociar con el esfuerzo. El Odilo Cartagena había recuperado el factor cancha y, con ello, su condición de aspirante con un gran triunfo en Sevilla, pero el equipo de Juste no había venido a participar en la fiesta del cuadro bético. Su defensa, siempre muy cerrada, complicándole la vida a los poderosos pívots de García de Vitoria.

El Odilo Cartagena replicó con un argumento idéntico para ajustar el marcador. Van Eyck, un jugador que no se lo piensa dos veces antes de tirar, metió los triples para colocar a su equipo a cinco puntos (69-74). Esta ventaja creció mucho más debido a la intensidad del Real Betis, que sabía que tenía que ir al límite para asaltar el Palacio de los Deportes. No había tregua. En ningún bando. Y los locales llevaron el partido a la prórroga. En el tiempo extra un triple de Alberto Martín decantaba la eliminatoria a favor de los locales (87-83).

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