"UNA NOCHE PERFECTA"

Flick, el dueño de las finales, desnuda al Madrid (capítulo III)

Flick desciende del palco del estadio de La Cartuja (Sevilla) tras ganar la final de la Copa al Madrid en la prórroga y con una réplica del trofeo en su mano.

Flick desciende del palco del estadio de La Cartuja (Sevilla) tras ganar la final de la Copa al Madrid en la prórroga y con una réplica del trofeo en su mano. / FCBARCELONA

Marcos López

Marcos López

Llega y gana. Llega en julio pasado y gana títulos allí por donde pasa. Hansi Flick no para de coleccionar éxitos teniendo, además, la capacidad para destruir al Madrid. Y no solo una vez. Lo hizo en el Bernabéu (0-4). Después repitió en Arabia Saudí con la conquista de la Supercopa de España (2-5) y ahora ha sido en Sevilla donde ha alzado la Copa del Rey (3-2). No hay clásico que se le resista al técnico alemán, que ha encontrado, y en menos de un año, la fórmula para crucificar al Madrid.

"Ha sido una noche sencillamente perfecta", ha declarado el técnico alemán, quien se ha mostrado "orgulloso" del comportamiento que tuvo el Barça en la final. Tres clásicos, tres victorias y un aplastante parcial de 12-4. El Madrid había ganado 22 finales en los 11 últimos años. Ahora lleva dos perdidas y de forma consecutiva. Y el Barça de Flick le ha metido una media de cuatro goles por encuentro.

"Ha sido absolutamente increíble la forma de luchar, cómo han logrado remontar... Estoy muy orgulloso de mi equipo"

Hansi Flick

— Técnico del Barça

Falta ahora el cuarto y último clásico. Será el domingo 11 de mayo en Montjuïc y con la Liga en juego. "Ha sido absolutamente increíble la forma de luchar, cómo han logrado remontar... Estoy muy orgulloso de mi equipo", ha precisado Flick, autor de la increíble mutación que ha vivido el equipo. De su mano ha cambiado hasta la mentalidad del club.

Hubo un tiempo, y hace casi dos décadas, en que el club blanco se inventó un antídoto -entregó incluso las llaves del Bernabéu- en la figura de José Mourinho. Era el personaje que sostenía al madridismo ante la época más dorada de la historia azulgrana con Pep Guardiola en el banquillo. Ahora, tal vez, Florentino tenga que crear otro personaje de similar calado para desmantelar la obra, maravillosa obra, creada por Flick en el Barça.

Ancelotti y Flick se saludan antes de iniciarse la final de la Copa del Rey en Sevilla.

Ancelotti y Flick se saludan antes de iniciarse la final de la Copa del Rey en Sevilla. / Europa Press / Óscar J. Cardoso

No hay mayor mérito para el alemán que haber elegido el camino más complicado, pero, al mismo tiempo, más excitante para transformarse en tan solo nueve meses en el peor enemigo del Madrid. Un equipo desacomplejado, capaz de arrebatarle hasta la épica al club que más presume de ella.

Podría ser el símbolo Lamine Yamal, que lo es por su juventud y porque amenaza con instaurar una dinastía que dure mucho tiempo. El sábado regaló dos asistencias en Sevilla: la primera a Pedri en el 1-0 y la segunda a Ferran Torres en el decisivo 2-2

O, quizá, ese rol le correspondería a Raphinha, cuya generosidad y altruismo en el juego le ha transformado en uno de los mejores futbolistas del mundo. Incluso hasta defensas adolescentes como Pau Cubarsí, joven que se acaba de sacar el carnet de conducir, o tipos con oficio al estilo de Iñigo Martínez, un capitán sin brazalete, dueño de un enorme carácter, imprescindible en la ‘guardería’ el Barça que ha enterrado el duelo por Messi. 

El Madrid podría pensar que es Pedri, faro, guía, luz, GPS azulgrana, quien simboliza todo lo que no tiene ahora mismo Ancelotti. Ni ha tenido, al menos en estos tres primeros clásicos de la temporada. Y queda aún el del 11 de mayo en Montjuïc para determinar si aún puede mantener su corona liguera o llega el Barça de Flick y también se la quita.

Un plan redondo

Es, sin duda alguna, el alemán el nuevo ‘anticristo’ del Bernabéu. Ha logrado, sin que Florentino adivinara peligrosidad en su aterrizaje en Barcelona en mayo -vino, firmó, estuvo dos días lejos de las cámaras construyendo su heterogéneo equipo de trabajo- cambiar la jerarquía del fútbol español.

Ha ejecutado su plan con habilidad y, además, mucho atrevimiento sin renunciar a sus principios. Un profano del ‘ADN Barça’ -el alemán nunca había entrenador fuera de su país y eso que acaba de cumplir 60 años- ha rescatado la esencia del ‘cruyffismo’ más puro, teniendo el ataque por bandera y añadiendo nuevos registros a un fútbol alegre, divertido y excitante.

Ancelotti, en fuera de juego

Siendo, además, valiente en la defensa de su idea llevando a su zaga a 50 metros de Szczesny, un portero que estaba jugando a golf con su hijo disfrutando de sus primeros días de la jubilación cuando le llamó el Barça en octubre pasado. Hasta en siete fueras de juego hizo incurrir al Madrid en la final, incluyendo un gol anulado a Bellingham y un penalti a Mbappé, invalidado por posición ilegal previa de Brahim.

Florentino no entiende nada. Tenía al Madrid campeón de Europa y de Liga, poseedor de un ‘doblete’ histórico. Hasta que llegó Flick, entrenador que estaba en el paro -nadie se había fijado en él- y desmontó el ancestral poder de la ‘Casa Blanca’, dejando así en fuera de juego a Ancelotti, cuyo futuro en el banquillo blanco queda seriamente cuestionado.

Y Laporta, que ya tenía en su radar a Hansi, antes incluso de que tuviera que aceptar a regañadientes el fichaje de Xavi, sonreía eufórico en Sevilla, orgulloso de ese "irreverente" Barça que ha creado el alemán.

Tal y como sucedió en su día con Rijkaard -autor ideológico de la segunda Champions de la historia del club- o con Guardiola -creador del Barça perfecto-, el presidente acertó de llenó con el extécnico del Bayern Múnich y exseleccionador de Alemania. Vino Flick y desnudó al Madrid.

Flick, siete finales, siete títulos

Con el Bayern Múnich

1 Copa de Alemania: Bayern-Leverkusen (4-2)

2 Champions: Bayern-PSG (1-0)

3 Supercopa Europa: Bayern-Sevilla (2-1)

4 Supercopa Alemania: Bayern-Dortmund (3-2)

5 Mundial de clubs: Bayern-Tigres (1-0)

Con el Barça

6 Supercopa España: Barça-Madrid (5-2)

7 Copa del Rey: Barça-Madrid (3-2)

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