Baloncesto

Wintering acaba con el Odilo Cartagena frente al Palencia

El equipo cartagenero ve truncada su buena racha de victorias ante un inspirado rival

Jordi Juste, entrenador del Odilo FC Cartagena.

Jordi Juste, entrenador del Odilo FC Cartagena. / Odilo Cartagena

José A. Muñoz Devesa

Wintering, ese base de Súper Agropal Palencia, se encargó de que la cantidad de suspense del encuentro entre palentinos y cartageneros se redujese a la mínima expresión (88-71). Pretendían los portuarios a base de defensa e intensidad en el contraataque que su duelo con uno de los mejores equipos de la Primera FEB mantuviese un cierto equilibrio. Y lo consiguió en los dos primeros cuartos del partido por poco, vaya, y en ciertos momentos de la segunda mitad a base de velocidad y actitud. Todo hacía presagiar que habría pelea. Un buen Jordá, muy bueno. Un entonado Asier González, estupendo. Un par de jugadores enchufados, Rogers y Blat, y un alocado escolta muy al gusto del Palacio de los Deportes de Cartagena, Van Eyck.

Pero no. Las cosas no son tan sencillas. El Palencia resulta que tiene un magnífico equipo. Un equipazo. Y que cuando ese conjunto se pone a jugar da verdaderas lecciones de baloncesto encapsuladas.

Por ejemplo, le bastó al cuadro local con los diez primeros minutos para dar un cursillo práctico al Odilo Cartagena de equilibro interior-exterior. Claro, el interior es muy sencillo cuando se cuenta con un jugador como Vaulet. Desesperante si no está en su día. Grandote, torpe, como un elefante entrando en una cacharrería. Pero a la vez letal, con unos fundamentos muy bien aprendidos. Ese gancho repetido, pin, pan, una y otra vez, machacando al rival, hundiéndole en la impotencia. Ese es Juan Pablo Vaulet, el hombre con una misión: machacar el aro rival a base de repetir tres movimientos básicos. Y cuando le sale, entonces que la gente se olvide de hacer frente en la pintura al cuadro entrenado por Luis Guil y que rece por completar una serie de tiro de concurso.

Pero anoche, encima, resultó que quien hizo una serie de tiro de concurso fue la escuadra palentina. El equipo castellanoleonés se mantuvo en un porcentaje superior al cincuenta por ciento en los triples durante casi todo el partido.

Enorme Vaulet, sonriendo ya en el segundo periodo desde el banquillo, gigante satisfecho. Pero también enorme Krutwig, muy preciso en el tiro y anulando los desesperados intentos de Van Eyck de resurrección cartagenera; enorme Borg, ese extraordinario jugador que le ha dado un extra inusitado al equipo violeta, sobre todo en la defensa y en el tiro exterior; enorme Wintering en su papel de líder carismático, muy oportuno en el triple desmoralizador y en la bandeja en el momento preciso.

El Súper Agropol Palencia salió muy concentrado, con una idea de la intensidad defensiva muy precisa y desde el primer minuto la puso en práctica. El Odilo Cartagena, que vio truncada su racha de tres victorias consecutivas, aguantó los primeros quince minutos, pero se vio desbordado el tiempo restante y no pudo en ningún momento contrarrestar los recursos, infinitamente superiores, del equipo local. Ni siquiera el esfuerzo de Van Eyck sirvió. Enfrente estaba Wintering, un gigante de verdad. ¿Mal partido de los de Juste? No. ¿Importa el resultado? Más bien poco. Las 12 victorias cosechadas por los cartageneros le permiten enfrentarse a estos rivales sin presión ni ansiedad.

Ficha técnica

Súper Agropal Palencia: Borg (9), Oroz (7), Hernández (7), Vaulet (15), Krutwig (16) -cinco inicial-; Wintering (15), Kunkel (3), Rodríguez (6), Pinilla (3), González (7) y Dimitrov.

Odilo Cartagena: Balastegui (5), Rogers (8), González (8), Domenech (7), Jordá (12) -cinco inicial-; Blat (8), Ugochukwu (5), Hermanson, Garuba, Van Eyck (16) y Martín (2).

Marcador cada cuarto: 22-15, 45-34 (descanso); 71-53 y 88-71 (final).

Árbitros: López Herrada, Albacete Chamón y Carpallo Miguélez. 

Cancha: Pabellón Municipal de Deportes de Palencia.  

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