PRIMERA RFEF | Real Murcia-Ibiza

El Ibiza confirma al Real Murcia en el papel de segundón

Los granas agravan su crisis en Nueva Condomina al caer derrotados por un Ibiza mucho más eficaz, que asalta el liderato y que gana el golaverage

Ángela Moreno

Ángela Moreno

Cuando el Real Murcia perdió el pasado 1 de febrero con el Alcoyano en Nueva Condomina, Fran Fernández consideró que el 0-1 no había sido justo. «Ellos con un balón parado y poco más nos han ganado el partido», indicó. Solo dos semanas después, tras el segundo pinchazo consecutivo en casa, esta vez frente al Sevilla Atlético (0-2), el técnico grana defendió que «no hemos sido inferiores al rival». Y ayer, justo unos minutos después de haber hincado la rodilla contra la UD Ibiza (0-2) en casa, el entrenador murcianista insistía en que «hemos merecido más y no lo hemos encontrado». «No hemos aprovechado nuestras oportunidades y en la mínima que han tenido ha cambiado el partido».

En el mundo de Fran Fernández el Real Murcia debería haber sumado los últimos 9 puntos en casa; pero en el mundo real, el Real Murcia ha encajado tres derrotas consecutivas. Tres derrotas merecidísimas, tres derrotas en las que los rivales hicieron mucho más méritos de los que habla Fran Fernández. Porque ayer, desmintiendo a Fran Fernández, el Ibiza no se llevó el triunfo de Nueva Condomina por un golpe de suerte; ayer el Ibiza salió líder del estadio murciano porque sabe a lo que juega, porque tiene una seña de identidad y porque tiene futbolistas capaces de cambiar en un abrir y cerrar de ojos el devenir de un partido.

Diez minutos al inicio del segundo tiempo le bastaron a los celestes para dejar KO a los granas. Diez minutos en los que marcó Bebé (47’), diez minutos en los que Javi Jiménez se inventó un golazo (57’) y diez minutos en los que solo la madera evitó una tragedia mayor (58’). Porque mientras que Fran Fernández empezaba a meditar en el banquillo la película que contaría en rueda de prensa, Olabe estrellaba un balón en el palo que hubiera significado el 0-3.

Solo diez minutos le bastaron a los de Jémez para hacer mucho más que el Real Murcia en esa primera parte que tan orgulloso había dejado al técnico grana, un técnico grana que llegó a decir ante los medios que «lo hemos intentado todo».

A lo mejor ese es el problema, a lo mejor es que hay que empezar a asimilar que el Real Murcia, por lo menos en Nueva Condomina, no da para más. A lo mejor es que como local hay que hacer muchas más cosas de las que hace el Real Murcia. Porque el Real Murcia que ayer tenía que dar un golpe sobre la mesa ante el Ibiza, se limitó a presionar, y no más de diez minutos; porque el Real Murcia que llevaba toda la semana pidiendo el apoyo de sus aficionados, cerró el primer tiempo con un solo remate entre los tres palos, un disparo de Palmberg al que respondió con una buena parada Ramón Juan.

No hubo más ocasiones, pese a las motos que venda Fran Fernández. Porque Flakus, ayer la novedad, ni apareció, pagando la maldición que persigue a los delanteros granas; porque los centros a la nada de Mier no asustan a nadie; y porque el meta celeste se mostró más rápido que Pedro Benito tras un balón filtrado de Palmberg que dejaba solo ante el portero al gaditano.

Ni cosquillas hizo el Real Murcia al Ibiza de Jémez, un Ibiza que tenía más que estudiado al rival. Dejó a los granas desfondarse en la presión y, pasada la media hora, cuando ya los locales habían pasado a su versión acomodada, apareció Bebé para agitar el ataque celeste.

Porque Bebé, con varios tiros desde fuera del área, hizo lo que no es capaz de hacer ningún futbolista ofensivo de los granas. Porque en el Real Murcia nadie es capaz de probar algo diferente, nadie es capaz de buscar desde fuera lo que no llega desde dentro. No lo hace Juan Carlos Real, no lo hace Davo, la gran apuesta de Goiria en el mercado invernal; y no lo hace Pedro Benito, un parche en la banda ante la baja productividad de los extremos, y no será por falta extremos.

No se movió el marcador al descanso, pero pocos dudaban de que, lo poco ofrecido por el Ibiza en ataque, ya daba más miedo que lo mostrado por el Real Murcia. Porque el Real Murcia puede lamentar la ocasión de Palmberg, una ocasión clarísima para haber puesto el 1-0 en el marcador; pero no hay que olvidar que también en el último tramo de la primera parte el Ibiza tiene una contra clarísima en la que López-Pinto no encuentra la inspiración poniéndole las cosas fáciles a Gazzaniga.

Más fiero fue Bebé nada más iniciarse la segunda parte. Tras una pérdida de balón de Isi Gómez, Gallar inventaba en un abrir y cerrar de ojos lo que pocos futbolistas granas son capaces de inventar. Su balón al área sorprendía a un Saveljich que dejaba vía libre a Bebé para que pusiera el 0-1 en el marcador.

Son cosas que pueden ocurrir. Lo que no puede ocurrir es que un gol en contra sea definitivo para el Real Murcia. Y más cuando ya estamos en febrero. Y más cuando juegas en tu casa. Porque el 0-1 fue, como siempre, el inicio del desastre, un desastre que se confirmaba solo diez minutos después. Con Bebé otra vez como gran protagonista, demostrándole a Goiria lo que es aprovechar bien las ventanas de fichajes invernales, el caboverdiano destrozó la cintura de Mier para asistir a un Javi Jiménez que, desde el borde del área, se inventó un auténtico golazo.

Eso era ser superior, y no lo que había hecho el Real Murcia en la primera parte; eso era ganar partidos que valen un primer puesto; eso es arrollar a un rival, eso era dejarlo KO. Porque el Ibiza en esos momentos podía hacer lo que quisiera ante los granas. De hecho solo la madera evitó que solo un minuto después del 0-2 llegara el 0-3.

Podía quedar media hora por delante. Podía intentar Fran Fernández hacer todo tipo de probaturas. Podía alargarse el partido hasta la medianoche. Nadie confiaba en la reacción del Real Murcia, una reacción que no llegó. Y menos después de que Ian Forns fuese expulsado por roja directa tras una fea entrada a Astrals (77).

Con el Real Murcia más muerto que vivo, ni los intentos de Toral fueron suficientes para hablar de reacción, y más cuando Ramón Juan ni se despeinó.

Sin gol, por tercera semana consecutiva, nadie salvó al Real Murcia de la derrota, una derrota que cuesta el liderato, una derrota que además deja el golaverage a favor para el Ibiza, una derrota que le confirma en el papel de segundón.

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