El Real Madrid se proclamó ayer vencedor de la Supercopa Endesa disputada en el Palacio de los Deportes de Murcia al imponerse en la final al Unicaja Málaga (81-88). El conjunto blanco impuso su ritmo en la primera mitad y supo sufrir en la segunda ante un rival que, pese a las ausencias en su plantilla en el juego interior, plantó cara hasta el último momento y le puso contra las cuerdas durante un tercer cuarto en el que evaporó los 13 puntos de ventaja con los que el Real Madrid llegó al descanso.
Guiado por un Facundo Campazzo (19 puntos y 5 asistencias) que acabó haciéndose con el MVP del torneo, al igual que en las ediciones de 2019 y 2020, las últimas que disputó antes de su marcha a la NBA, el Real Madrid acabó imponiendo su dominio en Murcia. Derrotó el sábado al Barça en el Clásico y este domingo repitió el mismo guión ante un Unicaja que hace apenas una semana le pasó por encima en el Trofeo Costa del Sol. En el conjunto de Ibon Navarro destacó un Kendrick Perry inspiradísimo en la faceta ofensiva durante los primeros veinte minutos y un Osetkowski que supo sostener a su equipo en el juego interior ante las amenazas constantes de Walter Tavares y Vicent Poirier.
El encuentro arrancó con un intercambio rápido de canasta y un juego alegre por parte de ambos equipos, donde destacó el acierto desde el perímetro. El Unicaja con un Kendrick Perry inspiradísimo desde la línea de tres y el Real Madrid con Hezonja y Musa contestando (13-11). Tavares comenzó a hacer daño en la pintura ante los problemas del cuadro andaluz en esa posición, mermado durante toda la Supercopa por las bajas, y fue entonces cuando tras ajustar las defensas el Madrid encontró algo más de dificultades para mantener su juego fluido (15-14). Además, pudo contar con mayor ventaja en este periodi si no llega a ser por la falta de acierto desde el tiro libre, con un sorprendente 2/9 para los blancos desde esta distancia. Todavía así, fueron los de Chus Mateo quienes se hicieron con el primer asalto (17-21).
En el segundo cuarto fue el Unicaja el que trató de elevar un poco más el ritmo, sobre todo después de una salida en la que el Real Madrid confirmó su buen momento (23-30). Con un juego algo más pausado que en los anteriores diez minutos, el Madrid mantuvo el guion en pista, a pesar de las tres faltas de Poirier, y el Unicaja trataba de engancharse de nuevo (29-36). No obstante, con el regreso a la acción de Campazzo y Musa, el conjunto blanco rompió esta primera parte con las eléctricas acciones del argentino. Unos minutos locos, en los que Campazzo firmó ocho puntos y una asistencia, que finalmente dejaron el marcador en 31-44 al descanso.
Trece puntos de diferencia debía de recortar el Unicaja en la segunda mitad si quería mantener sus opciones para hacerse con el primer título en juego de la temporada. Y se puso manos a la obra. Primero enseñando los dientes nada más regresar de vestuarios, y después con tres canastas consecutivas que dieron un mordisco al marcador y que obligaron a solicitar tiempo muerto a Chus Mateo (41-49). El Unicaja, a cuentagotas y con paciencia, logró recortar la renta de un cuadro madridista bloqueado por momentos. La tercera falta de Osetkowski complicó algo más el guion para el cuadro malagueño, pero Ibon Navarro mantuvo el plan y el resultado fue un parcial de 4-0 que abrió un nuevo partido (51-54). A un minuto y medio para finalizar el cuarto, el Palacio estalló con un triple de Kalinoski y dos tiros libres de Ejim confirmaron la remontada (56-54). Sin embargo, el arreón final permitió al Madrid reaccionar por mediación de Tavares y Campazzo (56-61).
El inicio del último cuarto se convirtió en un duelo anotador entre Osetkowski y el Real Madrid, al que pronto se sumó Djedovic para poner al Unicaja de nuevo por delante tras un 9-3 como parcial de salida (65-64). Chus Mateo se vio obligado a tener que poner de nuevo en pista a Dzanan Musa ante la falta de acierto en ataque del conjunto blanco, y eso permitió aguantar a un Unicaja crecido y repleto de confianza (69-70). Llull apareció en el momento exacto tras varios intentos fallidos y Poirier cerró una buena conexión del Madrid a cinco del final (69-75). Tuvo varios acercamientos el Unicaja de nuevo a falta de poco más de dos minutos para finalizar, pero los de Chus Mateo supieron controlar la ventaja para evitar que ocurriera lo mismo que en el tercer cuarto (77-83). No obstante, el Unicaja no se dio por vencido en ningún momento y peleó hasta la última posesión antes de que el Real Madrid se hiciera con el título (81-88).
Con este galardón, el Real Madrid continúa siendo el equipo de la ACB que más Supercopas tiene en su palmarés, ya que la conseguida anoche en Murcia es su décima. Además, es la sexta que consigue de manera consecutiva, un torneo que está levantando cada inicio de temporada desde 2018. El Barça, que cayó eliminado en semifinales ante los blancos, es el segundo en la clasificación con seis, y la última la conquistó en la edición de 2015. En 2016 y 2017 los vencedores fueron el Gran Canaria y el Valencia Basket, respectivamente.
Misma ilusión
Walter Tavares, pívot del Real Madrid, declaró que «hay que seguir con el mismo hambre y la misma ilusión». «Llevo seis años aquí y llevo seis supercopas. Hay que seguir con el mismo hambre y la misma ilusión», dijo el caboverdiano a Movistar+ tras el encuentro. «Son dos partidos en dos días y hay poco tiempo para recuperar. Estos partidos se ganan con la cabeza y con el corazón porque físicamente no estábamos muy bien», explicó.
Por su parte, Sergio Rodríguez aseguró que su «equipo pinta muy bien». «De los cuatro títulos este es el menos importante, pero es un inicio bueno, y este triunfo nos da energía y confianza», dijo el Chacho Rodríguez también en los micrófonos de Movistar+. «El equipo pinta muy bien. Tenemos un equipazo con jugadores de mucho talento y la vuelta del Facu (Campazzo) nos pone en otra dimensión. Tenemos que cuidarnos de las lesiones y espero que sea una gran temporada», agregó el base antes de dar el pistoletazo de salida al nuevo curso de la Liga Endesa, que arrancará este fin de semana con la disputa de la primera jornada.
Campazzo iguala a Sergio Llull y Juan Carlos Navarro
Facundo Campazzo, base argentino del Real Madrid, se hizo con el título de mejor jugador de la Supecopa Endesa, el MVP, al ser clave en la victoria de su equipo en el torneo celebrado en el Palacio de los Deportes de Murcia. El argentino, de 32 años, en el inicio de su segunda etapa con el conjunto blanco, y sobre un parqué que jugó como local con el UCAM Murcia, iguala con su compañero Sergio Llull y con Juan Carlos Navarro, quien fue jugador del Barça, como el que más veces se llevó este trofeo individual. Esta distinción se une a las que obtuvo en 2019 y en 2020.