Cuando Guillermo Fernández Romo era despedido como director deportivo del Real Murcia en diciembre de 2016 pocos cuestionaron su salida. Con los aficionados granas celebrando la llegada al club de Raúl Moro y el plan deportivo de Deseado Flores, que asumiría el puesto dejado por el madrileño, Romo se marchaba sin hacer ruido solo seis meses después de aterrizar en Nueva Condomina y tras unas semanas en las que había sido el centro de las críticas por la irregularidad de una plantilla a la que se le imponía estar en play off pese a contar con un presupuesto más que reducido.
Infravalorado por el murcianismo y el entorno, que prefirieron proteger al técnico, el murciano Paco García, Guillermo Fernández Romo no quiso ni esperar a ver qué iban a hacer con él Raúl Moro y Deseado Flores, que aterrizaban en el Real Murcia para tomar el control de la gestión, poniendo fin a la etapa de transición liderada por Guillermo Martínez Abarca. El madrileño llegó con la directiva del presidente murciano y se marchó con ellos. El mismo día en el que se celebraba la Junta de Accionistas que daba la bienvenida a Moro, el club emitía un comunicado informando del despido del director deportivo.
Siete años después, el Guillermo Fernández Romo al que gran parte del murcianismo le colocó la etiqueta de ‘patito feo’ se ha convertido en un cisne. Un cisne que en los últimos años ha ascendido a la cabeza de los profesionales más valorados de Primera RFEF y que este domingo se enfrentará por primera vez al Real Murcia. Y no lo hará como director deportivo sino como entrenador, porque el madrileño es desde hace varias temporadas uno de los técnicos referentes de la categoría, asumiendo este pasado verano el banquillo del Ibiza, recién descendido del fútbol profesional y rival de los granas en la cuarta jornada del Grupo II.
Aunque Fernández Romo ya se midió al Real Murcia en su etapa en el Jumilla, en aquella ocasión lo hizo como director general de los vinícolas. Ahora, en cambio, será uno de los grandes protagonistas del duelo que Ibiza y Real Murcia disputarán el domingo (12.00 horas) en Can Misses, un duelo que enfrenta a dos de los gallitos de la categoría. Pero, pese a que granas y celestes persiguen el deseado ascenso, ambos han empezado con rachas completamente opuestas. Mientras que los ibicencos suman nueve de nueve, los granas solo han ganado un partido, perdiendo los dos disputados en Nueva Condomina.
Busca su segundo ascenso
Con el Ibiza, Guillermo Fernández Romo buscará su segundo ascenso al fútbol profesional. El primero lo lograba en la temporada 2021-2022, curso en el que lideró a un Racing de Santander que se proclamó campeón del Grupo I con números de récord en una categoría que se estrenaba después de la desaparición de la Segunda B. Anteriormente ya se había quedado a un paso de lograrlo con el Cornellá, llegando en verano de 2019 a la final del play off, donde fue eliminado por el Castellón. Un año después, también en el banquillo barcelonés, lograba el billete para jugar en la nueva Primera RFEF.
Después de llevar al Racing a Segunda, Romo se ganaba la continuidad, debutando como técnico en el fútbol profesional, aunque sería despedido en diciembre al no conseguir los resultados esperados. Ya en junio, la UD Ibiza pujaba fuerte para que liderara un proyecto ambicioso, que ha acabado reclutando a jugadores como Escassi, Eugeni, Álex Gallar, Patrick Soko y Cedric y que ha echado a rodar con tres victorias seguidas, triunfos que le colocan como colíder por detrás del Castellón.
Será el Real Murcia el equipo que este domingo intente frenar la racha de los celestes y empezar a acortar distancias en una clasificación que a las primeras de cambio se le ha puesto muy cuesta arriba a los granas, que ya ven de lejos al propio conjunto balear y al Castellón.