Quizá son demasiados los focos que apuntan hacia el Real Murcia antes de afrontar su cuarto partido de la temporada en la Primera Federación. Sin embargo, los síntomas que ha mostrado el conjunto grana en las dos últimas jornadas, con dos derrotas en sus dos primeros encuentros como local, hacen que las exigencias sean máximas en el inicio del nuevo curso más allá de los resultados. "Veo al equipo con confianza, entregado, y con ganas de revertir lo ocurrido en este inicio de año. No vamos a Ibiza de paseo, el equipo quiere hablar en el campo", ha señalado Gustavo Munúa antes del choque este domingo (12.00 horas, FEF.TV).
El entrenador del Real Murcia se muestra confiado en que los suyos mostrarán una versión mejorada a la ofrecida hasta ahora, sin embargo, sobre el papel el escenario al que se enfrenta no será nada fácil. Si ya en la jornada 2 se midió a un Córdoba que se encuentra entre los candidatos a pelear por las primeras plazas, este fin de semana visita a un UD Ibiza que también es uno de los máximos favoritos a optar por el liderato. Liderados por Guillermo Fernández Romo en el banquillo, exdirector deportivo grana, cuenta sus partidos por victorias (nueve puntos de nueve posibles), a pesar del alto número de incorporaciones que también ha realizado este verano tras su descenso desde el fútbol profesional.
"El Ibiza es un equipo sólido, práctico, que cuenta con individualidades arriba y con mucha verticalidad. No te puedes confiar en ninguna situación porque te crean peligro. Va a ser un lindo partido, pero son lindos partidos para hablar en el campo", volvió a remarcar Munúa sobre el encuentro de este domingo. El técnico uruguayo tiene claro los aspectos que debe mejorar su plantilla, aunque esto depende también de más factores. "Hay un poco de todo, la verdad. Hay una parte táctica y otra también psicológica. Nos han convertido goles en momentos que nos hacen daño, como por el ejemplo el otro día cuando recibimos el 1-2 a los treinta segundos de empatar. No es fácil asimilar eso, y te entra un nerviosismo que te hace jugar a contracorriete y a un ritmo apurado. A veces el partido te lleva por esas situaciones y en eso hay también una parte psicológica. Los partidos son largos y debemos seguir trabajándolos como los queremos trabajar", ha dicho.
En esta misma línea, el entrenador del Real Murcia confía en poder tener opciones de jugar con el marcador a favor durante varios minutos para comprobar el nivel de su equipo en esa tesitura. Algo que no ha ocurrido en los tres partidos anteriores, puesto que el triunfo ante el Recreativo Granada (1-2) en la primera jornada llegó en el minuto 93. "Tenemos que intentar que esos errores sucedan lo menos posible. Somos conscientes de que tenemos que ajustar cosas y ser más sólidos colectivamente. A partir de ahí, sé que el equipo va a tomar más confinaza y se van a ir dando los partidos para jugar con un poco más de viento a favor. Siempre estamos afrontando los encuentros con el viento en contra y eso, obviamente, nos dificulta. No es fácil darle la vuelta a los resultados y te genera nerviosismo. Desde la solvencia tenemos que empezara a crecer", ha asegurado.
Larrea y Baró, las bajas
Munúa contará con la ya conocida baja de Pablo Larrea, ya que el centrocampista sigue sin superar sus molestias físicas y al igual que en los anteriores encuentros no podrá estar disponible. Mientras que la ausencia obligada será la del lateral izquierdo Marc Baró por su expulsión ante el Sanluqueño el pasado sábado. Una posición delicada, puesto que el Real Murcia no cuenta con un lateral izquierdo natural para cubrir su ausencia, por lo que José Ruiz o Álex Zalaya son los máximos candidatos a desempeñar ese rol el domingo en Can Misses. No obstante, el técnico uruguayo también podría barajar un cambio de sistema entre sus opciones con la entrada de tres centrales ante un rival con mucha dinamita en la parcela ofensiva.