Mereció más premio el Águilas en su complicada visita a Estepona, pero en el último suspiro del encuentro se le escapó el empate en una jugada en la que los defensores del equipo que entrena Sebas López no supieron evitar, en primer lugar un centro lateral y después un remate de Tahiru solo ante la portería que le daba la victoria a los locales (2-1).

El primer tiempo mostró gran calidad por parte de los costeros, continuando con la inercia ganadora del primer partido ante el Manchego, y siendo superiores a los malagueños. Sin embargo, el fútbol control del segundo periodo no sirvió para asegurar un resultado positivo.

El Estepona no acertaba a superar la primera línea de presión que ejercían los jugadores de ataque de López, logrando numeroso robos de balón y ocasiones de gol, como las que tuvo Isi Ros o Emaná, quien con una lanzamiento a puerta puso en apuros al portero local Razak.

Sin embargo, fue en la primera aproximación de los locales al cuarto de hora cuando Omar Perdomo, con un disparo raso desde la frontal, batía a Iván Buigues, adelantando a su equipo. Antes de la media hora, Emaná repitió el lanzamiento desde la frontal, aunque en esta ocasión Razak despejo el esférico, lo que aprovecho Aitor Pons para marcar el gol del empate.

Los de Sebas López continuaron marcando el ritmo del partido, llegando a la portería rival ante un equipo que sobre el pitido del descanso volvió a mostrar señales de ser un equipo muy peligroso. Rubén Mesa estrelló el balón en el larguero con un remate de cabeza.

En el segundo acto, los costeros no pudieron mantener el ímpetu de los primeros 45 minutos, ni la fluidez en la circulación de balón. La cita dio paso a un fútbol control sin apenas presencia en las áreas, tan solo Isi Ros avisaba a Razak. Cuando se llegaba al último minuto y los de El Rubial tenían el partido controlado, llegó una jugada por la banda izquierda de Omar Perdomo, quien remataba de cabeza en el área pequeña Tahiru para darle la victoria a su equipo, un gol que refrenda que en los partidos hay que estar intensos hasta el pitido final.