La revolución sosegada de Luis de la Fuente

El nuevo seleccionador impone poco a poco su estilo pausado y tranquilo, en oposición a la adrenalina de Luis Enrique

De la Fuente, en el entrenamiento de la absoluta

De la Fuente, en el entrenamiento de la absoluta / SeFutbol

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Luis de la Fuente debutó como seleccionador con un convincente triunfo ante Noruega (3-0), pero pocos días después, la derrota en Escocia (2-0) supuso un auténtico golpe de realidad. 

En poco menos de una semana, el nuevo seleccionador probó lo mejor y lo peor del fútbol: encumbrado al principio por haber rescatado la pegada y el carácter ganador del equipo, destronado después por haber rotado demasiado, desnaturalizando a la selección en un estadio siempre exigente como Hampden Park.

Por eso, en su segunda cita con el calendario de la selección, para disputar la Nations League en los Países Bajos, De la Fuente diseñó una lista de convocados con más jugadores veteranos, futbolistas que en su día ya habían sido campeones de Europa en 2012 (Alba y Navas), o bien que tienen experiencia en Mundiales, como Rodrigo Moreno o Asensio.

Es solo una de las aristas de la ‘revolución tranquila’ del técnico riojano. Curtido en las categorías inferiores –no solo de la selección, también del Sevilla y del Athletic-, a De La Fuente le llegó la oportunidad el pasado mes de diciembre de convertirse en seleccionador, tras la volcánica etapa de Luis Enrique, y está dispuesto a imponer su estilo: sosegado, tranquilo, sin alardes; con objetivos bien definidos pero sin ruidos.

Más detalles, menos intensidad

Así están siendo sus primeros entrenamientos al frente de la selección: menos intensidad que con Luis Enrique, sesiones más cortas (el calendario aprieta y los jugadores llegan al tramo final de curso con las piernas cargadas) y un tono más tranquilo, de conversaciones más relajadas con los jugadores.

Si los entrenamientos de Luis Enrique eran una descarga de adrenalina, los de Luis de la Fuente parecen centrarse más en pulir detalles. Al nuevo seleccionador se le vio especialmente cercano a algunos futbolistas en la primera sesión de entrenamiento, quizá para reforzar mensajes de confianza, caso de Ansu Fati, llamado en segunda instancia tras la lesión de Nico Williams.

“No necesito mear colonia ni ser un salvador de la patria. Yo soy un tipo normal, ese es el perfil que me gusta; y creo que desde ese perfil también se puede hacer un gran trabajo”, defiende el seleccionador en el reportaje que le ha dedicado ‘Informe+’, de Movistar.

Delegado del Athletic

El documental explica algunos detalles reveladores de su carácter: religioso (su amigo Justo enciende una vela a la virgen de la Vega de Haro antes de cada partido), cercano y familiar (su padre fue marinero), De la Fuente puede presumir de conocer el fútbol en todos sus niveles, de lo más bajo a lo más alto. Incluso fue delegado de campo en el Athletic, cuando Joaquín Caparrós entrenó al club de San Mamés.

Caparrós, que lo conocía de la cantera del Sevilla, quería tenerlo a su lado en el día a día. De la Fuente, que nunca había desempeñado ese trabajo, pudo conocer otra faceta más del fútbol, hasta ese momento desconocida para él.

Por eso le molesta que se diga que no tiene experiencia. Como jugador, ganó dos Ligas con el Athletic –el club al que llegó siendo juvenil, dejando atrás su Haro natal- y como entrenador, trabajó en el fútbol base del Athletic y del Sevilla –ayudó a la formación de Navas, Sergio Ramos y Puerta, entre otros- y también pasó por el amargo trago del desempleo, 18 meses en lo que no tuvo trabajo tras ser despedido como entrenador del Alavés. Con la sub 21 fue campeón de Europa y medalla de plata en Tokio

Ahora le espera el reto de la absoluta, palabras mayores para un entrenador al que no le asusta el vértigo del cargo. En cuestión de una semana, podría celebrar un título, la Nations League, y devolver a la selección al primer plano del fútbol internacional, como ya estuvo en el inolvidable periplo ganador entre 2008 y 2012