Pasando la Cadena

Volver a empezar

José Luis Ortín.

José Luis Ortín. / José Luis Ortín

José Luis Ortín

El Real Madrid debe iniciar una nueva etapa tras pasarle por encima el tiempo y un equipazo que le sustituirá en su reinado europeo del último decenio. Porque, además, tampoco tiene el cuerpo para farolillos en España. Y ese volver a empezar es bastante más complejo que hacer algunos fichajes de postín.

Si alguna lección debe extraerse del repaso de Manchester es que más allá de las diferencias cualitativas de ciertos jugadores de Guardiola sobre los de Ancelotti, en determinadas posiciones, lo esencial fue la disposición táctica en el terreno de juego y un sistema engrasado durante siete fructíferos años en la Premier, con cinco títulos. Y eso no se improvisa. Que el técnico del City dispusiera de un punta deslumbrante sí es novedad esta temporada, pero que le escoltaran cuatro medias puntas goleadores y un quinto, Rodri, haciendo las veces, además de organizar, por el desahogo que le permite el central Stones adelantado a medio centro, es la culminación de un largo proceso de selección de jugadores idóneos para lo que quiere el de Sampedor. Salvando algunas distancias, en muchos momentos del partido nos recordó al inmenso Barça que enjaretó tras dejar fuera de la plantilla a sus estrellas Deco y Ronaldinho, y en enseguida también a Eto’o, culminado con la suelta de Messi de su banda derecha hasta hacerlo el mejor futbolista del mundo.

Así que no nos engañemos, ese volver a empezar del Madrid conllevara una travesía complicada que ojalá dure poco y se asemeje a la efímera tras la marcha de Cristiano. Pero, claro, entonces se trataba de sustituir a un solo jugador, cuestión en la que el resurgir de Benzema fue esencial, y ahora se trata de reeditar un tridente en el centro como el inolvidable que formaron Kroos, Modric y Casemiro, futbolista también clave al que se ha echado demasiado de menos esta temporada; los goles encajados desde el verano lo cantan, a pesar de contar con el portentoso Courtois bajo los palos y el encumbrado Militao, también resurgido tras la baja de Ramos.

Sustituir a uno o dos futbolistas, con suerte, puede ser factible a corto, pero implementar un sistema de juego para que encajen los llamados a relevar al alemán, al croata y al brasileño, amén de dar descanso al francés Balón de Oro, va mucho más allá de hacer una selección afortunada de cromos. Y el asunto empieza por quién debe dirigirlos.

La semana pasada glosábamos el impresionante currículum de Ancelotti, al nivel de los mejores del mundo, mas surgen dudas al tratarse de imaginar para el próximo decenio. El ejemplo lo hemos tenido con la sustitución de Casemiro. Tchouameni es buen medio centro, pero su juego es diferente al del brasileño y todavía no ha dado con la tecla para adaptarlo a lo que requieren los centrocampistas titulares merengues. De hecho, el técnico italiano ha vuelto al error de su primera etapa colocando en su puesto a Kroos y ya hemos visto el resultado. Mimbres hay. Valverde, Camavinga y el inminente Bellingham pueden formar un medio campo de lujo con los ya citados, sumando también al todavía por eclosionar Ceballos, pero la clave está en cómo jugar y dónde y cuándo colocar a cada uno de ellos. Y esa será la llave de los próximos años blancos. Porque fichar a un goleador es menos complicado. Hay pocos contrastados y se trata de tirar de chequera, aparte de promocionar canteranos, aspecto en el que no brilla Ancelotti.

Por el Nou Camp también templan gaitas. Ganada la Liga más triste, toca redefinir al Barça con la marcha de Busquets, que no es cuestión menor, máxime con la vergüenza pendiente en Europa. Y a más a más, que dirían allí, deben seguir con la lija en las cuentas. Rebajar en doscientos millones la masa salarial para poder inscribir jugadore -cuatro nuevos al menos, más los que ya están- será un calvario de imprevisibles consecuencias. Y sin contar la posible sanción de la UEFA por el caso Negreira, aunque ya anticipamos que seguramente Laporta le habrá servido a Ceferin la cabeza de Florentino, vía liquidar la Superliga, desenganchándose, para evitar males mayores y tranquilizar a los prestamistas de los mil quinientos millones del Espai Barça.

Cole Porter compuso Begin the Beguine, Xavier Cugat la grabó, Julio Iglesias la canta en español y José Luis Garci hizo una maravillosa película oscarizada.

En el fútbol, como en la vida, el arte y el amor, volver a empezar vivifica.

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