Habrá que esperar a la última jornada para saber en que categoría jugará el Alhama ElPozo la próxima temporada tras no pasar del empate ante el Sporting de Huelva (0-0). Las alhameñas ya no dependen de si mismas, por lo que tendrán que ganar el próximo sábado al Alavés, y esperar a que tanto el Villarreal pierda con el Athletic como que el Sporting Huelva haga lo propio ante el Levante Las Planas. Todos los partidos se disputará el próximo sábado a las 12.00 horas. En caso de empate a puntos con cualquiera de estos, o triple empate, el Alhama saldría perjudicado y perdería la categoría. Por lo tanto, tendrá que ganar y esperar que el milagro se obre en Huelva y Bilbao. Los dos descensos se lo jugarán Sporting Huelva, Villarreal, Alhama ElPozo y Alavés. Los demás, lo tienen todo hecho.

Y es que con un solo disparo entre los tres palos, en los más de noventa minutos de juego, no se pueden hacer milagros. Alguno más tuvo el Sporting Huelva, que superó en posesión de balón a las de casa. La primera parte fue muy igualada. Los dos equipos salieron al campo conscientes de lo que se jugaban. Un error por pequeño que fuera, podría tener un desenlace fatal.

Por ello, las defensas se cerraron bien, no se complicaban en ninguna acción, y en el medio campo no había un claro dominador. Se notó la ausencia de la benjamina, Daniela Arqués, convocada con la selección española sub-17. Volvía tras cumplir un partido de sanción, la muralla y capitana, Judith Caravaca.

La segunda parte empezó de idéntica manera. Mucho miedo escénico a encajar y muchas precauciones defensivas. La fortuna se alió con las locales en el minuto cincuenta y ocho, ya que el envío de Ana Carol, tocó Judith y el balón lo escupió el palo. Pasaban los minutos y cada vez el miedo era mas palpable en ambos equipos. El técnico visitante movía el banquillo, pero el local no tenia mucho donde escoger.

La tensión se cortó en los últimos minutos. En el ochenta y dos, se pidió un penalti en el área onubense tras caer Raquel Pinel. La colegiada no quería complicaciones. Tampoco quiso saber nada dos minutos después cuando Judith Caravaca pudo tocar el cuero con las manos dentro de su área.